“Estamos hartos”. Bronca en Aeroparque por casi 20 vuelos cancelados y reprogramaciones: más de 5500 pasajeros afectados
Como los gremios de Pilotos y Aeronavegantes iban a realizar asambleas de 6 a 9, las aerolíneas trasladaron los servicios hacia Ezeiza; frente a esto, los sindicatos modificaron los horarios de las reuniones
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Confusión e incertidumbre. Esas sensaciones eran las que reinaban en el Aeroparque Jorge Newbery esta mañana, porque los vuelos que partían desde allí y que iban a tener retrasos o cancelaciones no las tuvieron, y los que se suponía que iban a salir a horario fueron reprogramados e incluso cancelados sobre la hora. Hubo –y sigue habiendo– más de 5500 pasajeros afectados.
Esto se debió a cambios de último momento en la agenda de las asambleas de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA). La reunión sindical estaba pautada de seis a nueve, por lo que Aerolíneas Argentinas había trasladado a Ezeiza siete vuelos que debían salir en ese lapso, y había anunciado afectaciones en otros 18 vuelos que partían desde el aeropuerto metropolitano.
Pero, sobre la hora, la asamblea fue cambiada de horario. Comenzó a las 8 y terminó a las 11. Esto provocó 18 cancelaciones y una decena de reprogramaciones que afectaron a 3000 pasajeros de Aerolíneas Argentinas. “Esta es una movida de ajedrez. Como la empresa movió los vuelos, movimos las asambleas para visibilizar nuestro reclamo salarial, para hacer ruido”, comentó a LA NACIÓN un piloto que circulaba por el hall mientras sus colegas estaban reunidos en una sala privada del aeropuerto. En tanto, Flybondi debió retrasar siete servicios y JetSmart, diez. En total, la medida de fuerza perjudicó a más de 2500 usuarios de ambas aerolíneas.
Desde el Gobierno confirmaron que descontarán desde $50.000 hasta $150.000 del sueldo a los trabajadores de Aerolíneas Argentinas que pararon en los aeropuertos las últimas semanas a través de las asambleas en distintos puntos del país. Así lo anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante su habitual conferencia de prensa en Casa Rosada: “Los gremios aeronáuticos perjudicaron a los pasajeros con un paro encubierto por los horarios de sus asambleas informativas. En total fueron afectados 10 vuelos de JetSmart, 10 de Flybondi y al menos 30 de Aerolíneas Argentinas. Se van a aplicar acciones disciplinarias con multas y sanciones contra todos los que realizaron estas medidas abusivas, como ya se hizo con más de 200 empleados”.
Alrededor de las 8.30, el cronograma de vuelos comenzó a cambiar en las pantallas del aeropuerto. Así, se modificaban los carteles azules con la leyenda ‘En hora’ a los rojos: “demorado” o “cancelado”.
En el medio del caos, un grupo de 20 personas que viajaba a un casamiento en Asunción, en Paraguay, se encontraba especialmente revolucionado. “Nos cancelaron el vuelo recién, ¡Y el rabino está acá también! ¿Quién los va a casar a los chicos?”, dice Beatriz Gómez, de 75 años, mientras hacía la fila junto a sus amigos y otros cientos de pasajeros varados, para exigir un cambio de vuelo. En su mano tenía una funda de traje con su vestido adentro, que colgaba de una percha para que no se arrugara.
La respuesta que le dieron al solicitar el cambio es que podrían viajar recién el lunes 3 próximo. “No tiene sentido, los novios ya van a estar de luna de miel”, explicaba la mujer. Eligieron finalmente pedir la devolución del dinero, mientras que los novios pagaron un pasaje en Panamá Airlines para que el rabino pueda viajar de todas formas.
“Estamos hartos, hartos. Nosotros pagamos con nuestros impuestos esta empresa, y cuando queremos viajar no podemos. No sabés la angustia que nos da perdernos este casamiento”, sumaba Alicia, de 71 años, amiga del padre de la novia, quien pidió resguardar su identidad.
A medida que transcurría la mañana de asambleas, cada vez había más vuelos cancelados, y el malestar se volvía evidente en las decenas de filas de pasajeros argentinos y extranjeros que esperaban una respuesta de Aerolíneas Argentinas.
“Todos mis ahorros están ahí. Los vuelos, los pases de esquí. Además tengo pocos días de vacaciones”, protestaba Bárbara Chávez, de 26 años, mientras hacía la fila en la casilla de la aerolínea de bandera para consultar por nuevos vuelos. “Supuestamente nos van a reprogramar. Si hay cupo, nos dijeron que para hoy, pero no sé: somos miles en la misma situación”, afirmaba.
Entre los extranjeros, la decepción se mezclaba con la incomprensión de la situación. “Estamos pésimo. Nos parece una falta de respeto”, decía la abogada brasileña Adriana Joya, de 50 años, que había volado desde San Pablo a Buenos Aires ayer y esta mañana intentaba viajar a Ushuaia junto a su marido. “Tenemos todo pago. Venimos de Brasil para conocer este país, hacer turismo, y nos reciben así. Estamos estresados, preocupados” agregó.
Además de las cancelaciones y retrasos en los vuelos, a partir de las nueve las valijas para despachar habían comenzado a no ser aceptadas por el personal de Intercargo, sindicato cuyos trabajadores tienen entre sus funciones la carga y descarga del equipaje, y que organizó su propia asamblea en el mismo horario. Es por eso que a lo largo de la mañana cientos y cientos de valijas comenzaron a acumularse en diferentes corralitos de cintas divisorias en el hall del aeropuerto.
Alrededor de uno de estos espacios ad hoc, Michael, un viajero estadounidense de unos 40 años, intentaba explicarle a un amigo por videollamada la situación. “Parece que hay algún tipo de huelga”, le decía en inglés, mientras le mostraba con el celular la treintena de valijas.
“Ya entregamos las valijas, pero nuestro vuelo a Bariloche se acaba de cancelar. ¡Ni siquiera es que se retrasó! Mi marido está tramitando que nos devuelvan las valijas. Ahora tendremos que buscar otro vuelo. Es terrible: tengo la mitad del hospedaje pagado en Bariloche. Es mucho dinero”, indicaba la brasileña Paula Flores, mientras se paseaba inquieta por el aeropuerto con su hijo de cinco años de la mano.
Sus valijas fueron aceptadas en el check in pocos minutos antes de las 9, horario en que comenzaron las asambleas de Intercargo.
Cerca del mediodía comenzaron los gritos de pasajeros que empezaron a descargar su ira contra el personal de Aeroparque. “¡Oh casualidad! Los sindicalistas se juntan los viernes, el día que la gente viaja. Pero la gente viaja después de trabajar hasta el cansancio todos los días. Esto es lo que sufre la Argentina desde siempre”, dijo uno de ellos a LA NACIÓN, luego de mantener una discusión acalorada con uno de los empleados del check in que le explicaba que tenía que esperar para reprogramar su vuelo a Salta, que había sido cancelado.
Finalizada la asamblea, minutos después de las 11, Juan Pablo Brey, secretario general de la AAA, informó a LA NACIÓN que el sindicato se reunirá con las autoridades de Aerolíneas Argentinas el lunes próximo, a las 11. En caso de no llegar a un acuerdo, anticipó, habrá un nuevo cronograma de asambleas durante septiembre.
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