“No hay indicios, no hay nada”: la agónica espera por un argentino desaparecido en Israel mientras defendía su kibutz
Lior Rudaeff, de 61 años, integraba con otros cuatro hombres el escuadrón de emergencia de la comunidad Nir Yitzhak, que Hamas tomó por asalto el 7 de octubre; había llegado a ese país de niño
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Cuando sonaron las alarmas la mañana del sábado 7 de octubre, con el feroz ataque de Hamas, Lior Rudaeff salió a defender el kibutz Nir Yitzhak, donde vivía. Está situado a unos diez minutos de la Franja de Gaza, a tres kilómetros y 900 metros, precisamente. A sus 61 años, integraba con otros cuatro hombres el escuadrón de emergencia de esa comunidad.
Dos de ellos fueron asesinados, mientras que Lior, junto con Tal Chaimi, de 41 años, y Oren Goldin, de 33, permanecen desaparecidos. “Desde entonces no se supo más nada. No hay indicios, no hay absolutamente nada”, dice desde la Argentina a LA NACION su primo hermano, Gustavo Rudaeff. Ese día, le mandó un mensaje que nunca le llegó. Fue la hermana de Lior quien más tarde le avisó: “Estamos en silencio, hay terroristas en el kibutz, después te contacto”.
El resto de la familia permaneció en el refugio por 48 horas hasta que finalmente, cuando el ejército israelí pudo despejar la zona de los terroristas, fueron rescatados.
De ese mismo kibutz también secuestraron a los argentinos Clara Marman, de 63 años, que hace 42 vive en Israel; su pareja, Luis Har (70); sus hermanos Fernando Marman (60) y Gabriela Leimberg (59), y su sobrina Mia Leimberg (17). El gobierno israelí identificó 199 rehenes en manos de Hamas; entre ellos hay al menos 15 argentinos.
Lior llegó con sus padres a Israel cuando era niño; tenía casi ocho años. Llegaron a ese mismo kibutz. Allí creció, durante mucho tiempo trabajó en el campo, manejó camiones para transportar la producción agrícola del kibutz y tuvo una fábrica de productos plásticos. Más allá de su trabajo, según explica Gustavo, todos tienen una función en la comunidad y su primo estaba encargado de la seguridad.
Allí también formó su familia: junto a su esposa Yaffa, de origen marroquí, tuvo cuatro hijos, y son abuelos de dos nietos pequeños, Tomer y Dagan. Noam, la única hija mujer, y Nadav ya no viven en ese kibutz. El hijo menor, Ben, estaba en el festival de música electrónica por la paz, donde Israel confirmó que hallaron 260 cuerpos. Corrió más de 10 kilómetros para poder salvarse, después de encontrar su auto completamente destruido. Bar, el cuarto de sus hijos, es reservista y ahora fue convocado por el ejército.
Yaffa, junto con Gregorio, el padre de Lior, y el resto de la familia, fueron evacuados a un hotel en Eilat, en el sur de Israel. Tuvieron contacto con las autoridades israelíes, quienes les están dando contención psicológica. “Los están preparando por si él no vuelve”, señala Gustavo.
“Es una situación realmente muy angustiante”, describe, y relata: “Particularmente por lo que nos toca vivir como familia, pero también por todo lo que está ocurriendo en la región. No hay perspectiva de hasta dónde puede escalar el conflicto y con la expectativa de que el gobierno argentino pueda generar algún tipo de gestión como para poder recuperar a los rehenes”.
Y continúa: “Está claro que para la Argentina negociar con un grupo terrorista no es una posibilidad, desde el punto de vista de política exterior se entiende que es un país democrático, libre, pero uno tiene la expectativa de que a partir de vínculos con otros países, que puedan ser intermediarios, se pueda estar realizando algún tipo de gestión para recuperar rehenes, porque estamos hablando de una cuestión humanitaria”.
Es el pedido que muchos familiares le trasladaron al presidente Alberto Fernández durante el diálogo vía Zoom que mantuvieron el domingo pasado. Desde Shanghai, el Presidente sostuvo: “Estamos haciendo permanentemente distintas gestiones, trabajamos con el gobierno de Israel. Es complejo porque todos sus familiares están en manos de terroristas, que obviamente no conocemos, la Argentina no tiene ningún contacto en la Franja de Gaza, no tenemos nada”.
Confirmó, de todos modos, información por entonces no conocida: que la Cancillería se contactó con la Autoridad Nacional Palestina, que encabeza Mahmud Abbas, enemistada con Hamas y que controla Cisjordania, además de gestiones con Israel, Egipto y Qatar, aunque agregó que se trata de un trámite “muy complejo”.
“Todo lo que las naciones puedan hacer, como lo están haciendo con las repatriaciones, para salvar vidas entiendo que debe estar número uno en la agenda de la política exterior en este momento; creo que eso es lo que más nos preocupa en este momento. La expectativa que tenemos con respecto a las gestiones que pueda estar haciendo el Gobierno es muy grande porque se trata de una cuestión humanitaria para salvar vidas y rehenes por un grupo terrorista que ni siquiera es reconocido por el propio Estado palestino, entonces es importante tomar dimensión de esto. Hasta el propio presidente de Palestina dijo que Hamas no representa a su pueblo”, insiste Gustavo. Y cierra: “Esperemos que aparezca mi primo”.
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