"No hay discriminación, pero sí mucha violencia"
Al llegar al país, afirmó que las leyes europeas no marginan
Simone Veil, ex presidenta del Parlamento europeo, rechazó con énfasis que exista discriminación en Europa y expresó que sólo hay intentos aislados de minúsculos partidos políticos extremistas por segregar a los extranjeros.
La insistencia de La Nación por conocer si existen nuevas formas de discriminación y desde qué sectores se impulsan provocó una reacción enojada de la "primera dama de Europa".
Tras el encuentro con medios locales, Veil abandonó su estilo diplomático y no permitió que se le explicara que la pregunta no aludía a una segregación política o legal, sino a otra de contenido social y humano.
Hasta ese momento, la experimentada política francesa se había aferrado al protocolo y evitó pronunciarse sobre las investigaciones de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA. Dijo: "Nos conmovieron estos atentados por eso quise venir acá".
El presidente Menem recibirá mañana a Veil, que llegó al país invitada por la Fundación Memoria del Holocausto. La entidad promueve la creación de un museo para dar testimonio permanente del padecimiento de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Veil no tiene previsto reunirse con familiares de los fallecidos en ambos episodios terroristas. Llegó con retraso a la conferencia de prensa en el Hotel Alvear, tras almorzar con el embajador de Francia y reunirse con el canciller Guido Di Tella.
En julio último, en el acto convocado en Nueva York por la comunidad judía al cumplirse tres años del atentado contra la AMIA, representantes internacionales fustigaron que las autoridades argentinas no hayan resuelto el caso "al margen de todas las promesas, las investigaciones judiciales y la ayuda internacional".
La dama de hierro
Vestida con un tailleur azul de verano, joyas a tono con su atuendo y con sus ojos, de un celeste profundo, Veil se presentó con rotundidad: "Desde hace 50 años es para mí un deber sagrado testimoniar sobre el Holocausto. Acepté venir dada la situación en el mundo y en muchos países, lo que hace necesario dar testimonio de aquel exterminio. Recordar el pasado es movilizarse hacia el futuro".
Consultada sobre el resurgimiento del neonazismo en Europa, Veil rechazó tal hipótesis e indicó que "algunos grupúsculos responsabilizan a los extranjeros por el desempleo, la crisis económica y la dificultad social. La gente tiene miedo al fundamentalismo islámico. Pero no hay nuevas formas de discriminación. Oficialmente no hay. Los extranjeros se benefician con las medidas sociales y los seguros por desempleo". Sin embargo, admitió que existen muchas formas de violencia.
Puesta a reflexionar sobre si observaba un común denominador entre el Holocausto, y las guerras en los Balcanes y Ruanda, conflictos exacerbados por las diferencias étnicas, desestimó la comparación. Dijo que el exterminio nazi fue sistemático y "existió la voluntad política de aniquilar a un pueblo".
Luchadora perseverante por los derechos del hombre, Veil confesó: "Ni Dios ni la religión aparecen en mi vida. Rechazo la opinión de quienes piensan que sólo puede ayudarse a los demás cuando Dios está en su vida". Veil, su madre y dos hermanas fueron prisioneras en los campos de Auschwitz y Berguen Belsen. Sólo ella y una hermana sobrevivieron al horror.
Sin pelos en la lengua, expresó que las sociedades son indiferentes frente a hechos como "Auschwitz o los campos de concentración en Rusia o la situación de los deportados".
La Nación quiso saber si Veil compartía la reflexión de Ernesto Sabato en el sentido de que, pese al enorme progreso de la Humanidad, no ha existido progreso en el corazón del hombre. Su respuesta meditada fue: "No sé, no sé. La humanidad es lo que es y no cambia. Pero la sociedad sí. Hoy es menos dura de lo que fue en el pasado. No se ayuda a Ruanda, pero tampoco se acepta lo que allí ocurre".
Su mirada brilló un instante. Fue al hablar del cautiverio a manos de los nazis. "Fue muy difícil. Creo que sobreviví porque quería la vida y eso me dio una esperanza diferente. Para sobrevivir en condiciones extremas se necesita suerte. Suelo rescatar, con los camaradas de cautiverio, lo maravilloso de estar vivos".
Luego expresó: "Tengo sobre la sociedad una mirada escéptica. En todo hombre hay algo bueno y algo malo. En situaciones límites, hay personas que son excepcionales y otras que reaccionan como bestias".