No hay detenidos por el brutal crimen que conmueve a Miramar
Por falta de pruebas ayer liberaron a los dos sospechosos que habían sido detenidos
MIRAMAR.- Casi al mismo tiempo que familiares, amigos y vecinos participaban del último adiós a Gastón Bustamante, el chico de 12 años estrangulado anteayer por delincuentes que habían ingresado a robar en su casa, la causa abierta para investigar este brutal crimen se quedaba sin detenidos.
Los dos sospechosos, que habían sido señalados por el padre de la víctima, fueron liberados ayer porque hasta el momento no hay pruebas que permitan acusarlos por el crimen.
Desde anteanoche, incluso momentos antes de la masiva movilización de reclamo de justicia que terminó con incidentes y destrozos en el edificio del palacio comunal, y con ocho policías heridos, buena parte de la plana mayor de la policía bonaerense se instaló aquí para trabajar en el esclarecimiento del homicidio.
El fiscal Rodolfo Moure informó que las huellas digitales encontradas en el escenario del crimen no coincidían con las de los primeros demorados, que viven en una casa que limita con la de la familia Bustamante y, según fuentes del caso, en más de una oportunidad y por cuestiones de convivencia habrían amenazado a Carlos, padre de Gastón.
"No vamos a detener a perejiles", advirtieron desde el Ministerio Público y así pusieron límites de exigencia bien claros a decenas de policías -muchos de ellos llegados desde otros distritos- que recorren esta localidad balnearia e inmediaciones en busca de datos de valor que permitan avances concretos en la pesquisa.
Moure confirmó que mantiene tres líneas de investigación, pero prefirió no aportar detalles. También aclaró que ningún familiar de Gastón está en la lista de sospechosos.
El informe forense certifica que la víctima recibió un violento golpe en el rostro que le provocó fractura de cráneo. Luego fue rematado mediante estrangulamiento con una media de vestir. La principal hipótesis es que los ladrones lo mataron porque el pequeño los conocía.
Además de la libertad de los sospechosos, las novedades judiciales pasaron ayer por la investigación de los disturbios. Cuatro mayores y un menor, todos con antecedentes penales, quedaron detenidos y se negaron a declarar. Para las próximas horas se esperan nuevas capturas.
"Los agresores son un pequeño grupo que venía preparado con capuchas, gomeras y decididos a hacer problemas", dijo ayer a LA NACION el intendente local, Patricio Hogan. Afirmó que están todos registrados en las imágenes.
Gastón Bustamante se encontró con el o los delincuentes cuando estaba sólo, en su casa de la calle 27 y 46. Anteayer, a las 10.30, su madre había salido a hacer compras y cuando regresó, media hora después, encontró a su hijo ya sin vida. Estaba tendido a un lado de la cama, vestido con calzoncillo y remera, y tenía el rostro bañado en sangre y una media anudada al cuello.
Huellas como pistas
Carlos Bustamante confirmó como principal faltante casi 500 pesos en efectivo. Los autores también tenían intenciones de llevarse un televisor y la computadora que Gastón había recibido este domingo como regalo de cumpleaños. Prepararon todo, pero huyeron sin más botín que aquellos pocos billetes. En los equipos electrónicos dejaron sus huellas digitales, que son la principal pista.
Las sospechas remitieron pronto a los fondos de la casa. Una frágil ligustrina, fácil de flanquear, la separa del lote donde residen los dos primeros detenidos que tuvo la causa. Los vecinos señalan que ambos, y más aún durante las últimas semanas, recibían visitas que permanecían hasta altas horas de la madrugada entre música a alto volumen y bebidas alcohólicas que compartían tanto en la casa como en la vereda.
Tanto la casa de los Bustamante como la de los sospechosos, liberados pero aún vinculados a la causa, permanecían ayer con custodia policial. "La investigación comienza a depender cada vez más de alguien que hable", dijo un investigador, ante la escasez de pistas más contundentes.
Parte de la plana mayor de la policía provincial se instaló aquí. Están los comisarios generales Hugo Matzkin y Roberto Castronuovo, superintendentes de Seguridad Operativa y de Investigaciones en Función Judicial, respectivamente. "El gobernador [Daniel Scioli] quiere que estén todos aquí y resuelvan esto pronto", confió un jefe policial.
También llegaron refuerzos de Infantería, que detrás de un vallado metálico custodia el palacio comunal. Además se dispuso presencia policial en el domicilio particular del intendente Hogan.
Las piedras lanzadas por los manifestantes, en su mayoría jóvenes y adolescentes, dejaron como saldo ocho oficiales heridos, entre ellos el jefe de la Policía Comunal, comisario Sergio Pollón, que lleva sólo 36 horas en el cargo. También sufrió un corte en el rostro el secretario de Producción de la comuna, Adrián Oliver.
Ayer, a primera hora, se había corrido de boca en boca la convocatoria para una nueva marcha. Raquel Prado, prima de Gastón, confirmó en el cementerio que no quieren más movilizaciones.
Hogan descartó que estos episodios, tanto el homicidio de Gastón como el ataque a la sede de gobierno, modifiquen la estructura policial local. Y si bien reconoció que en los últimos meses hubo un incremento del delito calificado en el distrito, la salida del comisario Andrés Ferreyra, que estuvo al frente durante los últimos seis años, se dio de manera natural. "Había cumplido un ciclo", aseguró a LA NACION.
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