“No hago paro”. Viaja 75 km entre la nieve y el hielo para darles clases a tres chicos en una escuela del fin del mundo
Marcela Staldeker es maestra en la escuela de Puerto Almanza, en Tierra del Fuego; considera justo el reclamo sindical, pero sus alumnos son su prioridad
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Marcela Staldeker es maestra en el fin del mundo. Y no hace paro. Ella es la le da clases a tres chicos, todos menores de cinco años, que cursan el nivel inicial en la escuela “44 Héroes del Submarino San Juan” de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.
Cada día tiene dos horas de viaje desde su casa en Ushuaia hasta la escuela rural de Puerto Almanza, pero ella no se plegó a la protesta sindical convocado por los gremios nucleados en la Confederación Nacional del Trabajo (CGT) para hoy, pese a que considera justo el reclamo de más y mejores salarios.
“Considero muy necesario que los nenes vayan a la escuela”, sostiene desde la escuela más austral del continente.
El viernes 1° de marzo, Marcela abrió el ciclo lectivo en Puerto Almanza, pese a que en la provincia hubo una protesta sindical de docentes con huelga en el inicio del año.
Hoy es su segundo día de clases, cuando en la mayoría de las escuelas públicas de Tierra del Fuego es el primer día, dado el alta acatamiento que tuvo esa medida de fuerza.
Marcela se levantó a las 5.30 cuando aún era noche en Ushuaia, para tomar un colectivo a las 7 y llegar una hora después a la escuela rural donde dicta clase de 9 a 12.15 frente al canal de Beagle.
Al mediodía toma otra vez el transporte dispuesto por el Ministerio de Educación de Tierra del Fuego y, a las 13.30, llega a la ciudad. De ahí camina 15 cuadras para estar en su casa.
En la escuela situada a 75 kilómetros de su hogar recibe a Ámbar, de tres años; a Máximo, de cuatro años y a Yaku, de cinco años. Son todos los niños del nivel inicial que comparten aula y maestra en uno de los dos salones de la escuela. El segundo salón es el de primaria y tiene cinco alumnos.
Secundaria, que reúne a tres adolescentes, dicta clases en el comedor. Ese aula comedor es también el lugar donde se hacen actos en invierno cuando es imposible permanecer afuera, al aire libre, bajo las inclemencias del clima.
Marcela es parte del equipo de tres docentes –una de ellas la directora– que atiende a la matrícula de 11 alumnos de la escuela del fin del mundo.
En el primer día de clase, mientras los sindicatos convocaban a una huelga docente, ella izó la bandera allí frente al Canal de Beagle. Cantó el himno. “Y la marcha de Malvinas Argentinas, claro”, sostiene Marcela. Es que aquí, en la última escuela del continente, se enseña que las Malvinas se honran día a día, como parte del territorio nacional.
Marcela no quiere fallarles a sus pequeños alumnos: dos llegan caminando. Otro en cuatriciclo. Pero las mayores dificultades para ellos y sus familias no es la distancia: es la ausencia de luz eléctrica y la ausencia de agua corriente ya que proviene de un chorrillo. Es una especie de cascada donde las familias y la escuela se suministran agua. “No hay agua corriente. El tanque se llena con el agua que viene del chorrillo”, cuenta la maestra.
Marcela está acostumbrada a sortear dificultades para enseñar: trabaja hace 14 años como maestra, desde 2010. Egresada del Instituto de Profesorado de Educación Superior de Ushuaia IPES –Florentino Ameghino– trabajó en cuatro escuelas antes de llegar a esta, la más austral del continente argentino.
Siempre lidió con la nieve, el frío y el clima extremo. Pero para enseñar aquí además tiene que recorrer 75 kilómetros cada día, desde su hogar. En los días de invierno el camino de ripio se tapa de nieve y de hielo. Hay hasta dos metros de nieve acumulada a la vera del camino. Y los maestros arriesgan su vida para llegar.
Hoy en la escuela “44 Héroes del Submarino San Juan” se volvió a izar la bandera frente al canal de Beagle. De acuerdo con el cronograma hoy a la mañana se sumaron los 5 niños de primaria. Y a la tarde 3 llegarán los seis de secundaria. Junto a ella estuvo Karina, la directora de la escuela.
Ninguna se plegó al paro provincial del viernes que pasó –convocado por el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF)– ni al paro nacional de hoy convocado por CGT y CTERA.
Los tres alumnos de nivel inicial fueron con sus padres el viernes, en el primer día de clases, para adaptarse a la escuela y con la maestra que no hizo paro en un ambiente de contención y de familiaridad. “El desafío es enseñar de un modo distinto”, sostuvo Marcela.
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