“No es justo que se lleven presa a gente inocente”, el reclamo en Puerta 8, la villa donde se vendió la droga
Los vecinos piden que liberen a los detenidos y afirman que los dealers entran al asentamiento, pero no viven ahí
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LA NACIONSandra Rodríguez Ramos
“No es justo que se lleven presa a gente inocente y laburadora”, reclamó Sandra, que prefirió preservar su apellido, vecina de la villa Puerta 8, ubicada al lado del cruce entre la avenida Eva Perón y la calle Tucumán, en el partido bonaerense de Tres de Febrero. Su hermano, Juan, fue detenido esta mañana por la policía durante los allanamientos derivados de la muerte de 16 personas por el consumo de droga adulterada o envenenada.
Alrededor de las 16, las fuerzas especiales del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) abandonaban el barrio, mientras los vecinos salían a reclamar que liberaran a los detenidos, cortando la calle sobre la avenida Eva Perón.
El barrio, que ocupa únicamente una manzana, está repleto de casas bajas. Algunas pintadas de colores; otras, con el escudo de River grafiteado en su fachada. “Esto antes era un barrio retranquilo, hasta que se metió gente que no es de acá a intimidar y meternos miedo”, señaló a LA NACION Marilyn, vecina del barrio donde se produjeron los allanamientos, que tampoco quiso dar su apellido.
“No nos gusta vivir así, pero no tenemos otro lugar al que ir. Estamos luchando por que nuestros hijos no se críen en la droga”, agregó Daniela, de 30 años, mientras abrazaba a su hija de seis.
“A Juan lo detuvieron como jefe de la banda, pero es un pibe laburador y padre de familia. Es el dueño del almacén que está detrás de la casa donde encontraron la droga y las armas. Esa casa era de un hombre que falleció hace tres semanas y ahí ya no vive nadie”, añadió Sandra.
María hace años que no vive en el barrio, pero acudió hoy de inmediato cuando se enteró de lo ocurrido porque su hijo, Walter, sigue viviendo ahí. “Mi hermano, que era alcohólico, falleció el 10 de enero y la casa está vacía desde entonces. Yo misma vi cómo la policía entró y colocó la droga y las armas adentro. La ensuciaron. Cuando quise presentar los papeles de la casa, me dijeron ‘Callate, porque te vamos a meter presa’”, señaló María, que también se negó a dar su apellido.
“Hay mucha plata en juego, es un negocio multimillonario”, agregó Walter, que se reconoció como adicto y afirmó que acude a la casa de su tío vacía para consumir. “Hace tres días limpié todo y ahí no entra nadie más. Se llevaron a todo el que estaba en el callejón sin preguntar”, añadió.
Por su parte, la policía comunicó a los familiares de los detenidos: “Se los llevaron a comisaría para identificarlos porque se encontraban en el lugar donde la Fiscalía ordenó el allanamiento. No están detenidos ni acusados de narcotráfico, pero se están identificando en comisaría porque acá la policía no es bien recibida”.
“Las bandas tienen más armas que la policía”
Los vecinos de la villa Puerta 8 contaron que nunca hubo conflictos en el barrio, hasta hace unos meses que personas ajenas a él lo invadieron y sembraron el miedo. “La villa es chiquita, nos conocemos todos. Dejábamos los portones abiertos y nos sentábamos a charlar en las calles. Ahora ni siquiera pueden jugar a la pelota los chicos. Andan con picana y ni siquiera podemos salir a comprar sin que nos intimiden y amenacen. Vivimos encerrados”, relató Marilyn. Y añadió que “de toda la gente que se llevaron detenida, más de 15 personas, son solo dos o tres los que venden droga”.
“Ya no se puede caminar después de las diez de la noche. Las bandas tienen más armas que la policía. Tenemos miedo y yo, como madre, más aún. No puedo decirle a mi hija que salga a jugar y estar tranquila porque están vendiendo droga en plena calle. Me da mucha bronca e impotencia”, advirtió Daniela.
“Acá somos todos humildes, gente trabajadora. Somos muy unidos, cuando pasamos hambre o cuando se inunda la villa. La policía sabe quiénes son los que venden y no son de acá, vinieron de afuera, pero hay pibes de 14 años inocentes detenidos”, reclamó Julio, padre de uno de los chicos que fue demorado.
Alrededor de las 18, el corte se disolvió y varios vecinos acudieron a la comisaría para averiguar cuándo liberarían a sus familiares.
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