El maestro que no tiene aula para sus alumnos
Nicolás Montenegro es docente del Centro Educativo 322 de la localidad de Puerto Ruiz, en Entre Ríos, y no tiene espacio físico para enseñar
Nicolás Montenegro se levanta a las 5 de la mañana para ir a trabajar como playero en una estación de servicio. Este empleo le permite juntar el dinero para llevar a cabo su verdadera vocación: ser docente.
Al mediodía, viaja por un camino de tierra a la localidad de Puerto Ruiz, ubicada a 8 kilómetros de Gualeguay. Allí es el único docente del Centro Educativo 322, donde da clases en la casa de una alumna a sus estudiantes, que tienen entre 14 y 80 años.
“Los estudiantes necesitan un espacio físico que sea propio, que sea una escuela, no una casa de familia”, cuenta en una entrevista a LA NACION, y agrega que espera una autorización para mudar el aula a la comisaría del pueblo.
“Ser maestro significa tener vocación, ser buen ejemplo, guiar en los procesos de aprendizaje, estar abierto a distintas miradas y siempre estar preguntándonos todo”, explica el docente en una entrevista con el programa Más Despiertos. En 2015 comenzó dando clases en una iglesia y ahora está en la vivienda de una de sus alumnas. "Vamos a aprender a hacer una escuela”, asegura el profesor, de 34 años.
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