Ni “posdengue” ni Covid: revelan una infrecuente causa detrás del reciente aumento de las neumonías
Se trata de la psitacosis, según informó el Ministerio de Salud; difunden recomendaciones para la consulta rápida y el diagnóstico oportuno de esta enfermedad transmitida por aves infectadas
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Las autoridades sanitarias nacionales confirmaron en las últimas horas la detección de “un aumento de casos de psitacosis”, una enfermedad transmitida por aves infectadas, a partir de la investigación por laboratorio de las muestras de pacientes con neumonía aguda grave atendidos en centros del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), sobre todo en el conurbano bonaerense, desde La Plata y Berisso hasta Pilar.
Las personas pueden contraer esa infección causada por la bacteria Chlamydia psittaci al inhalarla en ambientes donde las aves la eliminan por las secreciones o el excremento. La infección, si da síntomas, provoca fiebre, malestar general y decaimiento, tos, o hasta neumonía.
La confirmación oficial se hizo a partir del estudio de casos comunicados por “algunos establecimientos del AMBA y la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI)” a través del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS), junto con datos “aportados por distintos actores del sistema de salud involucrados”. El estudio de las muestras de pacientes se centraliza en el Instituto Malbrán.
A comienzos de este mes, LA NACIÓN publicó que en las redes sociales circulaban mensajes de usuarios –algunos mencionaban ser médicos de guardia o terapia intensiva– que referían un aumento de infecciones pulmonares “atípicas” en pacientes con dengue o que acaban de tener la enfermedad. Como el año pasado, cuando para esta época también empezaban a circular los virus respiratorios a la par de la epidemia de dengue, esos mensajes hablaban de “neumodengue” o “neumonía posdengue”.
En ese momento, Analía Mykietiuk, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), ratificó ante la consulta que se estaban detectando “más neumonías en pacientes jóvenes”, pero aclaró que era necesario descartar todas las posibles causas atípicas “antes de asumirlo como una complicación del dengue”.
Esa lista de posibilidades por fuera de las causas más comunes (por ejemplo, neumococo o virus de Covid) que mencionó incluía Chlamydia pneumoniae, Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia psittaci (psitacosis), hantavirus, legionela y leptospira.
“No es una secuela del dengue por ahora, con los datos que tenemos”, insistió Mykietiuk sobre las infecciones pulmonares agudas graves que se estaban detectando en las guardias, sobre todo en el conurbano bonaerense. Otros profesionales consultados coincidieron. Juan Carlos Cisneros, subdirector del Hospital Muñiz, señaló en ese momento que en el hospital porteño especializado en la atención de enfermedades infecciosas estaban viendo algunos pacientes con neumonías atípicas, por bacterias que no son las habituales, pero en un número “muy bajo” que no salía de lo habitual.
De hecho, como se publicó, pruebas de laboratorio terminaron por descartar la infección por las bacterias o los virus respiratorios típicos y se confirmó que la complicación pulmonar se debía a la infección por Chlamydia psittaci. Recién el viernes pasado, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires dio a conocer que desde marzo pasado hubo “un aumento marcado” de neumonías atípicas en once municipios del conurbano, “que podrían corresponder al diagnóstico de psitacosis”.
Según se pudo reconstruir, la información del aumento de casos de neumonías atípicas en unidades de terapia intensiva (UTI) la dieron desde el mes pasado los asociados de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires de la SATI que recibían a esos pacientes. La entidad alertó a las autoridades sanitarias nacional, bonaerense y porteña. Cristina Orlandi, presidenta de la SATI, indicó que tienen 26 casos graves reportados por profesionales de distintas UTI desde La Plata hasta Pilar. Tres fallecieron.
En lo que va del año, la Provincia indicó que recibió 114 notificaciones por casos, de entre uno y 82 años de edad, en los que profesionales sospecharon de la enfermedad transmitida por aves. Solo se descartaron cuatro y hay otros 64 bajo estudio. El resto, de entre 19 y 78 años, son confirmados o probables (con una prueba positiva para Chlamydia psittaci).
La mayoría de esas notificaciones (65%) y confirmaciones diagnósticas (80%), de acuerdo con la información de la cartera a cargo de Nicolás Kreplak, se dio “entre la segunda semana de marzo y la segunda de abril”.
Carina Balasini, jefa de Terapia Intensiva del Hospital Pirovano y miembro del Comité de Infectología Crítica de la SATI, mencionó que, a partir de marzo, miembros de esa entidad comenzaron a ver un aumento de las neumonías bilaterales en pacientes jóvenes y graves, en los que no se detectaba virus ni gérmenes comunes. Hasta que uno de los centros pudo llegar al diagnóstico de psitacosis en un caso.
“No es un germen [por la bacteria de la psitacosis] en el que se piense habitualmente, sino cuando alguien estuvo en contacto con aves o heces, si limpia jaulas o trabaja con animales o en ferias, donde pueden tener loros, cotorras o hay animales enfermos –explicó Balasini–. El problema era que los pacientes llegaban graves y no tenían posibilidad de hablar y tampoco se pudo demostrar, en gran parte, el nexo con aves”. Con la primera confirmación, se pidió a los equipos de las UTI que tomaran muestras respiratorias (hisopado o aspirado traqueal) y de sangre para enviar al Malbrán, además de notificar a la autoridad sanitaria todo caso sospechoso.
El diagnóstico se puede hacer a través de una muestra de sangre al comienzo de la enfermedad, para repetirlo a los 21 días o mediante una muestra respiratoria, que permite obtener un primer diagnóstico. “Tenemos en este momento 26 casos de neumonía con diagnóstico probable de psitacosis: 13 con diagnóstico por cultivos respiratorios”, agregó.
Se trata de pacientes jóvenes (en promedio, 42 años) y que, en algunos casos, habían consultado por dengue, pero fueron enviados a sus casas. Según continuó la especialista, todos empezaron con dolor muscular y volvieron a consultar. Algunos necesitaban ya ventilación mecánica, mientras que otros primero estuvieron en una sala general y, al empeorar, se los pasó a cuidados intensivos. “Casi un 90% de los que están en terapia intensiva están con respirador y, de ellos, la mayor parte requiere que los ventilemos boca abajo”, comentó Balasini. Un 80% de los casos también necesitan fármacos para controlar la hipotensión, con pocos pacientes que desarrollan insuficiencia renal.
La semana pasada, tras una reunión de los tres ministerios de Salud, incluidas las áreas de epidemiología y zoonosis, la SATI y la SADI, se decidió emitir comunicados, incluida la alerta de brote provincial. El viernes, en un webinar convocado por la SATI para profesionales, Pablo Saul, jefe de la UTI del Muñiz, y María Estela Cadario, del Departamento de Bacteriología del Instituto de Epidemiología (INE) del Malbrán, unificaron criterios para el diagnóstico y el tratamiento de estos pacientes.
“Ahora, tienen que trabajar los profesionales de zoonosis y epidemiología para investigar las fuentes de la infección”, planteó Balasini.
Entre los casos estudiados sobre los que se pronunciaron ayer las autoridades sanitarias, también se diagnosticaron neumonías por Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae, aunque detallaron que fueron “en un número no mayor al esperado”.
“No se han detectado casos de virus influenza A no subtipificables, ni otros virus respiratorios fuera de los conocidos en circulación –continuaron a través de la comunicación oficial–. Por otra parte, no se verifica en el SNVS un aumento del número de casos notificados de neumonías”.
Medidas de prevención
Ante esto, el ministerio a cargo de Mario Russo difundió una serie de medidas de prevención para la población y el manejo de aves en cautiverio elaborado en conjunto con la Sociedad Argentina de Medicina (nuclea a clínicos e internistas), la SATI, la SADI y el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Ante la aparición de fiebre, tos y decaimiento por más de 48 horas, Mykietiuk había recomendado hacer una consulta médica cuando empezaron a aparecer pacientes jóvenes con neumonías que daban negativo en las pruebas habituales para las infecciones respiratorias del invierno en medio de la epidemia de dengue.
Las autoridades sanitarias solicitaron a las jurisdicciones que también refuercen la vigilancia epidemiológica e informen al personal de salud local sobre este aumento de casos de psitacosis y neumonías adquiridas en la comunidad “con sospecha de ser causadas por gérmenes atípicos” para el diagnóstico oportuno.
Las recomendaciones generales para la población incluyen:
- No capturar aves silvestres, ni comprarlas en la vía pública.
- Mantener las aves en lugares ventilados y con espacio suficiente, sin hacinarlas.
- Alimentar a las aves correctamente y mantener las jaulas limpias.
- No permanecer largos períodos en habitaciones cerradas donde haya aves.
- No introducir aves recientemente capturadas o compradas sin certificado sanitario en jaulas donde ya hay otras aves.
- Dirigirse al centro de salud u hospital más cercano si aparecer síntomas respiratorios tras estar en contacto con aves posiblemente enfermas. “Si bien la enfermedad suele ser leve o moderada, a veces puede ser grave, en especial en los adultos mayores y las personas que no reciben tratamiento oportuno”, detallan las autoridades sanitarias.
Para el manejo de aves en cautiverio, indican:
- Limpiar diariamente el piso y toda superficie de la jaula o alrededores en contacto con la materia fecal de las aves.
- Humedecer siempre previamente con soluciones desinfectantes (dos cucharadas de lavandina diluidas en un litro de agua) para evitar la producción de aerosoles de excrementos resecos.
- Evitar todo tipo de estrés en las aves, respetar el espacio vital de cada una, alimentarlas correctamente y ubicarlas en lugares aireados.
- No permanecer por largo tiempo en lugares cerrados con aves.
- Aislar las aves recién adquiridas por 30-45 días, hacer un diagnóstico directo o indirecto y, de ser necesario, iniciar un tratamiento, todo antes de sumarlas al grupo si lo hubiera. De comprar aves, hacerlo en lugares habilitados y con asesoramiento veterinario; nunca hacerlo en la calle a vendedores ambulantes. Exigir certificado sanitario firmado por el profesional responsable, solicitar comprobante (ante un caso de psitacosis, eso permite identificar la procedencia para actuar, ya que es probable que existan otras aves afectadas). Evitar la compra o venta de aves con signos de descarga ocular o nasal, diarrea o adelgazamiento.
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