Alarma en Tucumán: qué es la Legionella y por qué desencadenó un brote de neumonía
Se trata de una infección causada por una bacteria y que se transmite por el consumo de agua o a través de microgotas en el aire; advierten sobre los riesgos para las personas con comorbilidades
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Finalmente este sábado se confirmó que el brote de neumonía bilateral de origen desconocido, ocurrido en el Sanatorio Luz Médica de la ciudad de San Miguel de Tucumán que ya causó seis muertos y 19 infectados, es consecuencia de una bacteria llamada legionella pneumophila, que ocasiona la enfermedad de legionelosis. Así lo pudieron comprobar los análisis de las muestras remitidas a la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) “Dr. Carlos Malbrán” para confirmar la etiología del brote.
“Es una bacteria que se llama legionella pneumophila que fue descrita en los años 70 por primera vez como causa de un brote de neumonía. Generalmente, se la asocia al agua estancada y a la generación de aerosoles”, indicó a LA NACION María Marta Greco (M.N. 112235), jefa de servicio de Infectología del Hospital Español de La Plata.
La directora de Epidemiología del Municipio de San Isidro, Bárbara Broese (M.N. 130018), puntualizó que hay dos maneras en que se puede desarrollar la enfermedad: “Una forma neumónica que se la conoce como la ‘enfermedad del legionario’, que se trata con antibióticos de 7 a 10 días, y otra que se la conoce como la ‘enfermedad de Pontiac‘, que es como un síndrome gripal que se cura solo, sin antibióticos, en de 3 a 5 días”.
Para el médico clínico del Hospital Italiano, Luis Camera (MN 51995), la enfermedad se contrae por la contaminación de agua que se bebe en depósitos o por microgotas de aerosoles y vapor de espejos de agua dulce, como lagos o lagunas, en baños con jacuzzi, duchas o fuentes.
Según el médico Damián Águila (M.N. 12625), miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la transmisión de persona a persona “se considera un hecho excepcional”.
“Las fuentes de aerosoles que se han relacionado con la transmisión de la legionella incluyen torres de enfriamiento para aire acondicionado, sistemas de agua fría y caliente, humidificadores e instalaciones de hidromasaje”, precisó Broese, y aclaró que “los sistemas de aire acondicionado de los automóviles y de las casas no usan agua para enfriar el aire; por lo tanto, no presentan un riesgo”.
La tasa de mortalidad por legionelosis depende, según la especialista, de la gravedad de la enfermedad, la idoneidad del tratamiento antimicrobiano inicial, del entorno en el que se contrajo la infección y de diversos factores relacionados con el huésped, en función de si presenta alguna condición previa de salud. “En inmunodeprimidos no tratados, la tasa de mortalidad puede llegar a situarse entre un 40% y un 80%, aunque se puede reducir entre un 5% y un 30% mediante un manejo de casos apropiado, y en función de la gravedad de los signos y síntomas clínicos. En términos generales, la tasa de mortalidad oscila entre un 5% y un 10%”, señaló Broese.
Respecto del desarrollo de la enfermedad, Greco especificó que “tiene un período de incubación de dos a 10 días y generalmente la complicación más grave es la neumonía progresiva que desemboca en insuficiencia respiratoria y puede llevar al fallo multiorgánico”.
Broese coincidió y agregó que si no se trata la forma neumónica, generalmente, se agrava en la primera semana. “Al igual que con otros factores de riesgo que causan neumonía grave, las complicaciones más frecuentes de la legionelosis son insuficiencia respiratoria, conmoción e insuficiencia renal aguda y multiorgánica”, determinó la especialista. Y completó que la curación, que siempre requiere tratamiento antibiótico, “suele ser completa, aunque puede requerir varias semanas o meses. En raras ocasiones, una neumonía progresiva grave o un tratamiento ineficaz pueden derivar en secuelas cerebrales”.
Medidas de prevención
Aguila detalló que una de las principales medidas de control es cualquier acción que “minimice la proliferación de esta bacteria en los sistemas de distribución y almacenamiento de agua, en los sistemas de refrigeración y de generación de aerosoles”. Además, citó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y precisó una serie de recomendaciones:
- Mantener, limpiar y desinfectar periódicamente las torres de enfriamiento, utilizando de manera frecuente o sistemática agentes biocidas.
- Mantener una concentración idónea de agentes biocidas, como cloro, en las instalaciones de hidromasaje, asegurando el vaciado y la limpieza completos de todo el sistema por lo menos una vez a la semana.
- Mantener limpios los sistemas de agua fría y caliente, asegurándose que el agua caliente se mantenga por encima de 50 °C y el agua fría por debajo de 25 °C ; o bien tratar las instalaciones con un biocida adecuado para limitar el crecimiento bacteriano, sobre todo de hospitales y otros centros sanitarios y geriátricos.
- Reducir el estancamiento abriendo semanalmente las canillas no utilizadas de los edificios”.