“Necesito un prequirúrgico; es urgente”. Desesperación de afiliados de IOMA en Mar del Plata por la suspensión de tratamientos
Es por la falta de pago a tres clínicas de la zona; además, en solidaridad con los beneficiarios, los trabajadores de esa obra social hicieron un paro y no atendieron al público
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MAR DEL PLATA.- Bajo el rayo del sol, con órdenes en mano que en el algunos casos llevan días y hasta semanas en el intento de conseguir una autorización, cientos de afiliados del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) padecen a diario las dificultades de la suspensión de consultas y prácticas en las tres principales clínicas de la ciudad y, en las últimas horas, también una medida de fuerza del personal de la dependencia que, además de sufrir ese corte de servicios, reclama por condiciones laborales.
Las filas se advierten cada mañana frente a las oficinas de avenida Independencia, a la que recurren en procura de soluciones. En especial la tramitación para la pronta entrega de medicamentos para patologías de mayor complejidad y también tratamientos y cirugías.
“Da mucha bronca y a uno lo pone al límite de Un día de furia”, cuenta una mujer que, en la vereda, frente a las puertas cerradas y a los empleados que en el salón están reunidos con autoridades superiores que llegaron desde La Plata, cita la película protagonizada por Michael Douglas en la que el personaje agota su paciencia y recurre a la acción directa. “Necesito un prequirúrgico, es un tema urgente”, dice a LA NACION, mientras la atiende un policía, que es quien transmite inquietudes puertas adentro de las oficinas en virtud del nivel de urgencias.
Este jueves estuvo cerca esa situación ya que los afiliados que habían concurrido al lugar decidieron tomar el edificio por unas horas. A esa acción le siguió la medida del personal que dispuso una retención de tareas y un reclamo directo al presidente de IOMA, Homero Giles. Le pidieron por nota “destrabar el conflicto y reactivar los convenios” con las clínicas.
Un día después esperan personas con discapacidad, jubilados, pacientes de distintas patologías o parientes de aquellos que, por consecuencia de la enfermedad, no pueden llegar por cuenta propia, pero están a la espera de alguna medicación o un servicio médico.
Estas complicaciones habían nacido antes de fin de año, cuando tres de las principales clínicas de la ciudad –Colón, 25 de Mayo y Pueyrredón– decidieron suspender la atención a afiliados de IOMA debido a demoras en los pagos y, por sobre todo, la necesidad de una actualización del valor de consultas y prácticas en el marco de un contexto inflacionario crítico.
La situación incluyó reclamos de la obra social ante la Justicia, revisadas y rechazadas por las instituciones médicas ya que no son exclusivos prestadores, sino que hay en la ciudad otros sanatorios o instituciones similares que pueden dar respuesta a esa demanda.
Afectados
Las oficinas de IOMA en Mar del Plata tienen un alcance regional y abarcan más de 100.000 afiliados que viven en la ciudad o localidades de la zona. En todos los casos son empleados públicos de la provincia de Buenos Aires, activos o ya jubilados. Todo esto se agrava por estos meses porque hay afiliados que vienen a veranear y se encuentran con servicios suspendidos en las principales clínicas.
Federico Lombardo, director general de Regiones y Atención y Cuidado del Afiliado, llegó este viernes a Mar del Plata y estuvo reunido durante dos horas y media con el personal de la dependencia, que mantenía desde ayer una retención de tareas “en apoyo y en reclamo, como empleados y afiliados a la obra social”, según explicaron desde un panfleto pegado en el frente del local.
“Ellos como trabajadores de IOMA tienen las mismas complicaciones y restricciones que nosotros cuando van a atenderse a una clínica”, aseguró Noemí, que mascullaba bronca pero aclaraba que “es con la obra social y la provincia, no con el empleado”.
En el encuentro con el funcionario superior, además de los cortes de servicios médicos, hubo también planteos por déficits en las condiciones edilicias, mobiliario y recursos para la atención a los afiliados. Pidieron desde reparaciones hasta hojas y toner para las impresoras. “Hay una crisis terrible”, reconocieron los empleados.
El paso de una autoridad dejó algunos compromisos, por lo que el personal levantará esta medida de fuerza y el lunes volverá a atender, aunque con horario restringido, que sería de cinco horas. “Por una semana y según lo que se cumpla, normalizaremos o cerraremos”, afirmaron los trabajadores.
Las instituciones que decidieron suspender la atención de afiliados de IOMA están agrupadas en la Federación de Clínicas de Buenos Aires (Fecliba). “Pagos ordinarios están al día y otros extraordinarios están atrasados hasta cinco meses”, informaron a LA NACION. Aclaran que las diferencias pasan por la negociación de un nuevo convenio con esta obra social “que contemple los gastos reales de las prácticas y los actualice a medida que suben”.
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