N95, quirúrgicos o de tela: ¿por qué no da igual usar cualquier barbijo?
Un estudio realizado en la Universidad de Duke midió la eficacia de diferentes mascarillas estimando el recuento total de gotas transmitidas al hablar con distintos tipos de barbijo, en comparación con las gotas emitidas sin ninguna protección.
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En abril, las autoridades sanitarias dispusieron el uso obligatorio del tapabocas como medida preventiva para hacer frente al coronavirus. En ese momento, se recomendó utilizar un cubrebocas casero para destinar los barbijos sanitarios al personal de salud. Hoy, el barbijo se convirtió en un elemento indispensable para la población y su uso se ha transformado en un hábito que perdurará mientras continúe la pandemia.
¿Sirve realmente usar un barbijo? Investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, llevaron a cabo un estudio para determinar de manera sencilla la eficacia de los barbijos en cuanto a su utilidad para mitigar el riesgo de contagiar a otros.
Los científicos midieron la cantidad de gotas que se desprenden al hablar sin ninguna protección, y luego contabilizaron las partículas que se emiten al usar diferentes tipos de barbijos. Para hacerlo, la persona debía decir cinco veces “Stay healthy people!” con diferentes tipos de mascarillas en una caja atravesada por un láser.
Las conclusiones demostraron que las máscaras N95 eran las más capaces de filtrar las partículas expulsadas. Las máscaras quirúrgicas de tres capas, y los barbijos de dos capas de algodón y una de polipropileno también son efectivas.
Por otro lado, las polainas de cuello fueron las que menos protección ofrecieron. De hecho, estas produjeron mayor cantidad de partículas respiratorias que no usar tapaboca, ya que el material rompió las gotas grandes en gotas más pequeñas. Otros barbijos que resultaron ser menos eficaces fueron los pañuelos y los barbijos de tela tejidos .
Otros cubrebocas estudiados fueron los de algodón de una capa y de dos capas, con diferentes formas y tamaños. Aunque no resultaron ser tan eficaces como el N95 y el quirúrgico, la cantidad de partículas emitidas disminuye considerablemente. Los investigadores advierten que el estudio es limitado, ya que la eficacia del barbijo puede estar determinada por la forma de la cabeza y el calce del tapaboca. Además, la cantidad de gotas desprendidas varía según las palabras y la manera en que se dicen.
Una persona asintomática puede no mostrar signos de que se encuentra infectada y aún así transmitir el virus a través de las partículas respiratorias que emite. Estas partículas pueden quedar minutos o incluso horas suspendidas en un ambiente cerrado. Usar barbijo permite disminuir la cantidad de gotas que emitimos cuando hablamos y reducir el riesgo de contagiar a otros.