Mutiló a una puma y lo condenaron a pagar una “cuota alimentaria” de por vida para su cuidado
El animal perdió una pata en una trampa y el productor agropecuario que la colocó deberá abonar 4000 pesos hasta que muera
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Unelén podría haber sido uno más de los cientos de pumas que mueren año tras año a manos de productores agropecuarios en la Argentina, que buscan eliminarlos para mantener seguro a su ganado, pero esta vez tuvo suerte, y logró sobrevivir a una trampa mortal, aun cuando perdió su pata derecha.
Ahora, por primera vez en la historia argentina, la Justicia condenó al productor que colocó la trampa por el cargo de “violencia en perjuicio de un animal de la fauna silvestre”, un delito penal tipificado en la ley 22.421.
El cazador deberá abonar una cuota para la manutención de Unelén, la puma que se vio imposibilitada de volver al monte, mientras el animal viva en el refugio cordobés de Calamuchita donde actualmente se encuentra en recuperación.
En un “acuerdo de reparación” avalado por la Justicia, el productor Sergio Neubauer deberá depositar mes a mes la suma de 4000 pesos, ajustable cada seis meses, durante el tiempo que viva la puma, es decir por un lapso de entre 15 y 20 años, según estimó el diario La Voz.
Se trata del primer caso de violencia en perjuicio de un animal de la fauna silvestre que obtiene un resarcimiento económico.
La caza del puma está prohibida
La pata derecha de Unelén, que entonces tenía tres años, quedó triturada entre los dientes de acero de una trampa conocida como “de oso” o “leonera”.
Ella no podía escapar e intentó zafar durante horas, hasta que brigadistas del Parque Nacional Lihué Calel, de La Pampa, la encontraron, colgada de un alambrado de campo. Ellos ya la conocían: la había visto varias veces por las cámaras ocultas del espacio protegido de 32.500 hectáreas.
El hecho ocurrió el 16 de mayo pasado. Atrapada, su instinto de huir la había lastimado aún más. Los brigadistas la durmieron y debieron realizarle una primera amputación en una parte de la mano derecha, que estaba muy lastimada.
“Dudábamos de que pasara la noche”, reconoció un brigadista a la corresponsal Carina Mongi, quien dio a conocer la historia de Unelén.
La puma fue trasladada unos meses a la reserva Parque Luro y sometida a una nueva amputación para evitar una infección. Con tres patas, Unelén ya no podría regresar al monte.
Un puma de tres patas y un resarcimiento histórico
La cuota que deberá pagar Neubauer cubre parte de los gastos de alimentación del animal. En su defensa, el productor dijo que colocó la trampa para capturar un jabalí, cuya caza es legal, y preservar así su ganado vacuno.
Sin embargo, la justicia tomó como agravante que este tipo de trampa podría haber lesionado a un trabajador o cualquier persona que pasara por allí. La caza del puma o de cualquier animal silvestre está prohibida por ley.
Si el productor incumple el acuerdo, un nuevo fallo podría ordenar la cárcel, dijo Viviana Antoci, intendenta del Parque Nacional y encargada de impulsar la demanda penal, al mismo medio. “Sienta un precedente legal para posibles luchas posteriores”, consideró.
Además, existe una demanda civil en trámite que podría condenar al productor al pago de una multa que al menos permita recuperar parte de los 300 mil pesos de los gastos operativos que se destinaron al rescate y recuperación de la puma.
Una nueva vida en cautiverio
Unelén fue llevada a Pumakawa, la reserva de animales de Villa Rumipal, en Córdoba, especializada en el manejo de grandes felinos, el 31 de octubre pasado. Ella es el ejemplar felino número 13 de la reserva.
“Está en un proceso de adaptación intenso, pasó de silvestre a cautiva y de entera a amputada. Aún se muestra muy retraída”, dijo Kai Pacha, de la asociación civil Pumakawa.
“Nuestra responsabilidad con ella es de todo ese tiempo (que viva), el mismo compromiso para quien puso la trampa”, remarcó.
El costo de alimentación de un animal como este, sin considerar los gastos de veterinaria, se acerca a los 25 mil pesos mensuales, subrayaron en la reserva.
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