A los 79 años, murió ayer Jorge Glusberg, ex director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), uno de los hitos de su extensa y a veces controvertida carrera.
Apasionado en la promoción del arte, la arquitectura y el diseño, seguramente ése será su principal legado. Pero será recordado también por su espesa cabellera, que solía lucir en los últimos años recogida en una cola de caballo, y su sempiterna pipa. Había nacido en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1932.
Ensayista, crítico de arte, editor, Glusberg fue un emprendedor en el campo de las artes plásticas. Fundó la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, presidió la sección argentina de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y fue codirector del Departamento de Arte (Universidad de Nueva York, 1975) y académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, España. Se desempeñó además como gestor e interlocutor de artistas, intelectuales y coleccionistas, y también fue consultor de la revista Latin American Art (Estados Unidos), miembro del comité editorial de D'Ars (Italia) y corresponsal de las revistas M. E. (Hungría) y Leonardo (Estados Unidos).
Miembro de la Legión de Honor del gobierno de Francia (1995), en 1975 obtuvo la medalla de oro en la muestra que conmemoraba el 30° aniversario de las Naciones Unidas, entre muchas condecoraciones que cosechó durante su trayectoria. Glusberg además había fundado, en 1968, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC), y el Comité Internacional de Críticos de Arquitectura, con sede en París, que dirigía desde 1987.
Director de la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires desde 1985, tras su salida del MNBA trabajaba en su fábrica de artefactos de iluminación Modulor, dirigida por su hijo Matías. Autor de más de 30 libros de arte y de arquitectura, entre los que se destacan Del Pop Art a la Nueva Imagen , Etica y Estética del Entorno Urbano , Mitos y Magias del Fuego, el Oro y el Arte , Glusberg también se desempeñó como profesor invitado de diversas facultades de arquitectura, como las de Veracruz (México), de Muncie (Indiana) y de Nueva York.
Su alejamiento de la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, que condujo entre 1994 y 2003 y a la que dio nueva vida, se debió a una investigación judicial por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública.
El expediente fue iniciado por supuestas conductas irregulares en la publicación de libros, catálogos y folletería entre 1996 y 1997. En 2003, el gobierno de Néstor Kirchner dispuso su alejamiento del cargo. Cinco años después, en 2008, la Justicia revocó el procesamiento y reclamó al magistrado responsable de la causa cumplir con más medidas de prueba para confirmar o no la denuncia.
