Murió Diego Maradona: "La Boca queda huérfana", la emotiva despedida de los vecinos
"Una palabra suya bastaba para sanarme", confesó emocionado Leonardo Morolla, vecino del barrio de La Boca, en la puerta de una Bombonera dolorida, pero de pie, que vivió su tarde más negra. Los hinchas y los vecinos, en forma espontánea, fueron llevando velas y flores a la entrada del estadio, donde tantas veces triunfó Diego Armando Maradona. "Gracias por darnos tantas alegrías, Diego no murió", indicó Javier Guerrido, de rodillas, con lágrimas en los ojos, mientras besaba un póster del jugador en su paso por el club en 1981.
"Diego, para la Boca no solo es un ídolo, es como un padre que disputamos entre muchos hijos", afirmó, llorando, Erika Dentino, en su casa a pocas cuadras del estadio. Es madre de tres hijos- El mayor, Tao, de 14 años, escribió una historia en su cuenta de Instagram que resume el cruce generacional de un jugador que lo es todo en La Boca. "¿Tu superhéroe tiene capa? El mío, un 10 en la espalda". Las remeras y las banderas azules y amarillas se vieron en las ventanas de los hogares, como una suerte de escudos emocionales que los vecinos eligieron para explicar lo inexplicable.
La noticia de la muerte de Maradona dejó mudo a un barrio acostumbrado al festejo y al carnaval. Nadie quería aceptar lo que repetían la televisión y las radios. Muchos vecinos salieron a los balcones para ver si era cierto, los conventillos dejaron de lado la música para dejar espacio a los informativos. "Lo están reanimando, no se muere, Diego va a salir de esta", se escuchaba en una manifestación de voluntaria negación comunitaria. Con el paso de los minutos, fueron animándose a salir para buscar protección entre los otros vecinos. Las redes sociales expresaban un deseo y una acción, que se creó como una orden popular: "Nos vemos en la Bombonera para despedir a Diego".
"Queremos que el cuerpo de Diego venga a la Bombonera", pidió Guerrido. Sin embargo, el velatorio será mañana en la Casa Rosada."El Diego no murió, está en el pueblo", "el que no salta es un inglés", se escuchaban los cánticos de los vecinos.
"Maradona tiene un vínculo eterno con La Boca, es de esas personas que sintetizan el carácter de todo un barrio", afirmó Víctor Fernández, director del Museo Benito Quinquela Martín. "La Bombonera es como un espacio mítico hecho por dioses humanos que tienen los pies en el barro. Diego fue el más grande de esos dioses", señaló Fernández. Y completó: "Para todos fue un Dios resiliente, muy humano, que se sobrepuso a todas las adversidades".
En la Bombonera, uno de los momentos más emotivos que se vivió en la tarde sucedió cuando un hincha de River abrazó la foto de Maradona. "Un aplauso por el fútbol. ¡Viva Diego!", gritó el simpatizante y varios xeneizes fueron a abrazar al rival, olvidándose de la pandemia y los protocolos. "Diego está por encima de los hombres y de los nombres", afirmó Morolla.
"Su muerte me atraviesa, lo lloró y lo voy a llorar y lo voy a pensar un tiempo largo, pero Diego es eterno. Fue el orgullo y la alegría de un país tan castigado", sostuvo Dentino. Los autos que pasaban, mientras tanto, acompañaban con sus bocinas. "Tendremos con Maradona un romance eterno", reflexionó Fernández. Mientras el sol caía, las calles del barrio comenzaban a tener movimiento. Como si hubiera una final, el estadio se transformó en el punto de encuentro natural. "Diego fue un espejo de nuestros mejores sueños, hoy La Boca queda huérfana", concluyó Fernández.
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