Murió Diego Maradona: fuerte operativo de seguridad en el barrio San Andrés
A las 14, minutos después de que se conoció la llegada de sus hijas Dalma y Giannina y de su ex esposa Claudia Villafañe al barrio privado San Andrés, donde murió Diego Maradona, el acceso al lugar estaba bloqueado por efectivos del Centro de Operaciones de Tigre (COT). Allí, hubo un operativo para obstaculizar dos tramos de la avenida Italia para evitar la aglomeración de simpatizantes en la puerta del country.
Desde entonces, la entrada de autos al barrio privado fue constante. La mayoría de los vehículos tenía vidrios polarizados. Por lo que se hacía difícil saber si las visitaseran familiares o amigos de Maradona.
En tanto, la entrada al barrio era vigilada por nueve efectivos de la policía bonaerense, que controlaban el ingreso de cada auto y evitaban que los múltiples móviles de televisión y periodistas se acercaran a la puerta.
A pocos metros, sentado sobre un banco de cemento y con pantuflas, Matías Penco, de 21 años, un fan de Maradona que vive en el barrio de enfrente, esperaba noticias. "Me enteré de su muerte y salí así, como estaba", comentaba, en referencia a su vestimenta. El joven y su novia, Abril Suárez, de 20, se acercaron a pie para evitar ser vistos por los efectivos policiales que bloqueaban la avenida. "Queremos que salga la ambulancia, ver a dónde van y ver si podemos ir. También escuchamos que quizás viene la funeraria", agregó Suarez.
La mayoría de los pocos admiradores que pudieron acercarse a la puerta del barrio eran vecinos. Sin embargo, algunas personas lograron evitar a los policías y acercarse desde otras zonas. Ese fue el caso de Diego Kolossa, de 40 años, que vive en Morón y trabaja en una droguería en Tigre. "Me llamo Diego por él. Nací en el 79, un año muy importante porque el Diego ganó el mundial juvenil de clubes", dijo Kolossa, cabizbajo, con barbijo, remera y short de Boca Juniors. Como tenía planeado jugar al fútbol con sus amigos después del trabajo, hoy salió de su casa con una muda deportiva en su mochila. Cuando se enteró de la noticia, Kolossa se cambió de atuendo, subió a su bicicleta y pedaleó varios kilómetros hasta la entrada de San Andrés.
"No se advirtió ningún signo de criminalidad ni violencia. La autopsia va a determinar la causa de muerte, pero les podemos adelantar que el fallecimiento no posee más que características naturales", declaró el fiscal general John Broyad. Mientras hablaba, la camioneta de la policía científica partió del country con el cuerpo de Maradona para llevarlo a la morgue del Hospital de San Fernando, en donde a partir de las 18 se le realizó la autopsia. Según informó Broyad, Maradona habría muerto alrededor de las 12.
Afuera de la Morgue Judicial
Según informaron fuentes policiales, los simpatizantes empezaron a copar la calle cerrada que desemboca en la Morgue Judicial de San Fernando, ubicada a unos 100 metros de la estación de Virreyes de la línea Mitre, alrededor de las 14. Para las 18, la zona estaba abarrotada de personas, y muchas de ellas llevaban puestas camisetas y barbijos de Boca, River o Tigre.
"El Diego no tiene bandera; él es de todo el pueblo argentino por igual. Por eso genera todo esto que ves", expresó Fernán Oviedo, operario, de 30 años, en referencia a la multitud de personas que lo rodeaban. La murga sonaba pareja, constante, y sobre ese ritmo base los hinchas desplegaban su repertorio de cantos dirigidos a Maradona, que pasó desde "La Mano de Dios", de Rodrigo, hasta el Himno nacional.
"Es inexplicable el sentimiento que me generaba verlo jugar. Tanta alegría nos dio como jugador. Como persona, no, pero ese es otro tema", expresa Hipólito Correa, jubilado, de 60 años. Al igual que la mayoría de las personas entrevistadas por LA NACIÓN, Correa ve la vida profesional y la vida privada de Maradona como dos cuestiones distintas, y hoy decidió priorizar y recordar la primera. "Estaba llorando en casa, viendo la tele, y cuando vi que lo traían para acá, vine. Al principio, estaba adelante de todo, pero después me tuve que mover para un costado porque empezó a haber mucha gente amontonada", comenta Correa, vecino de la zona.
Desde temprano, la policía colocó vallas para impedir el acceso de simpatizantes a la morgue. Pero, por la tarde, cuando la concentración de personas empezó a ser cada vez mayor, los efectivos se colocaron en doble fila, con escudos antidisturbios.
"A pesar de todos sus defectos, siempre se acordó de donde vino. Por eso, y por las alegrías que me dio cuando jugaba al fútbol, lo considero mi ídolo", comentó Pablo Zacchino, docente, de 49 años, quien se acercó a la morgue junto a una amiga. Andrea Ruggiero, gastrónomica, de 47 años, y su madre, María Fillón, de 72, definen a Diego Maradona como brillante. "Lo veías jugar y no lo podías creer. Vinimos acá para acompañar su partida", dijo Fillón, con los ojos vidriosos.
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