¿Por qué cada vez más gente elige moverse por la ciudad en moto?
Nicolás Gobbi tiene 42 años, una Kawasaki del 78 y un trabajo que lo hace moverse todo el tiempo entre gimnasios de la Capital y zona norte. "La moto es otra cosa, te permite ahorrar mucho tiempo y evitar quedar trabado en el tránsito. También es económica, gasto dos litros de nafta cada dos semanas y ni siquiera pago patente". Desde que se la compró hace unos años, el auto familiar quedó relegado para llevar a los chicos al colegio o hacer compras.
Cómo él, cada vez más gente se vuelca a un vehículo que, cruza entre medio de transporte, hobby y grupo de pertenencia, no para de crecer pese a la crisis. Si bien la venta de motos cayó un 16% desde 2017, solo en el 2018 se patentaron casi 600.000 unidades. "Si comparás con el 98, que se vendían 300.000, estamos hablando de que se duplicó la venta de motos en veinte años", explica Lino Stefanuto, presidente de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos. La exposición internacional que la cámara realizó por primera vez en La Rural en octubre pasado superó todas las expectativas: se vendieron los 9000 m2 de stands. En la ciudad de Buenos Aires se estima que se realizan alrededor de 335.000 viajes en moto por día.
Según explica Stefanuto, "en Buenos Aires o Córdoba, los que están en auto se pasan a la moto porque quieren tener una mejor previsión del tiempo. Y de costos: los gastos mensuales de la moto muchas veces no llegan a lo que sale un tanque de un auto". También hay quienes se pasan del transporte público por las dos ruedas.
Martín Bellocq es uno de ellos. Hace un año se compró una Honda XR 150 y no la cambia por nada. "Mi estilo de vida actual sería imposible sin una moto, es clave para moverse por la ciudad. A las 7.15 voy al gimnasio y a las 9.30 ya estoy trabajando. Si lo tuviera que hacer moviéndome entre Retiro y Palermo en colectivo sería imposible". En su grupo de más de veinte amigos, 8 ya tienen moto. Hasta se armaron un grupo de WhatsApp para hacer salidas.
"Es una tendencia global, la moto simplifica la circulación cotidiana y se impone en un contexto de exceso de tránsito y múltiples obstáculos que paralizan la ciudad", explica Mariela Mociulsky, directora de la consultora Trendsity, que realizó un estudio cualitativo para conocer el perfil de los amantes de las motos.
Según el informe, ellos aprecian los beneficios funcionales como fluidez, rapidez, accesibilidad y fácil estacionamiento, pero son los emocionales -como la adrenalina, fraternidad y alta sensorialidad- los que sintetizan lo que significa andar en moto.
En Villa Crespo, un grupo de entusiastas de las motos se junta el tercer jueves de cada mes a hacer una recorrida nocturna de alrededor de una hora. Las night rides empezaron hace un año y no paran de crecer. "En la primera edición éramos 30, en la segunda 60 y el mes pasado fuimos 200", cuenta Marcelo Obarrio, el dueño del taller STG Tracker que organiza las salidas (y al que se debe contactar para participar).
"La idea es andar en moto un rato entre amigos, dar vueltas por la Capital y lograr que la gente se mueva por avenidas que tal vez no está acostumbrada a andar", cuenta Obarrio. El recorrido siempre varía y suele terminar en un bar. A las night rides se acerca gente desde Pilar a La Plata.
El taller se dedica a la modificación de motos del estilo café racer (también conocida como customización), así como a la venta de accesorios e indumentaria relacionada. Y es que el universo de los motociclistas tiene un código estético muy propio. En las rondas de los jueves sobran barbas, camperas de cuero y cascos más cancheros que seguros. Parte de este universo queda representado en su mejor expresión durante las Distinguished Gentleman Rides, una iniciativa internacional en la que hombres y mujeres se visten con sus ropas más elegantes y ruedan por la ciudad por una causa benéfica. La última edición realizada en Buenos Aires en septiembre convocó a 2000 personas con trajes, moños, boinas y mucho estilo.
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Para Mociulsky, la idea de unión y pertenencia a algo en común es una parte importante del estilo de vida motoquero: "Andar en moto genera mucho vínculo e intercambio, ya sea en forma de foros o grupos de afinidad, de intercambio de experiencias y saberes u otras múltiples actividades que se hacen en conjunto. Ente ellas se destacan los viajes, la experiencia que más actualiza todo el imaginario motoquero porque pone en juego todos los valores de fondo: desde la búsqueda de la aventura a la camaradería, los códigos comunes propios de un grupo, la idea de alcanzar un objetivo común, entre otros".
La creciente comunidad motoquera es un frondoso público para los más variados emprendimientos. En Tigre se está construyendo el primer departamento diseñado exclusivamente para ellos. "Camino Building" tendrá ascensores más grandes que los convencionales, pasillos anchos para poder maniobrar y un carro para poder deslizar el vehículo hacia el interior del vehículo. La premisa que se lee en la página web: "lo que siempre soñaste, tu moto en el living". Los amenities incluyen sector de lavado con elevador, hidrolavadora y banco de trabajo. Y hacen foco en la sociabilidad: también suman parrilla, flipper, metegol y mesa de póquer.
En Palermo, hace diez meses abrió un taller de motos peculiar. Garage Motor Club se alquila por hora para quien quiera ir a arreglar su moto. "Aprovechando el boom y que la gente se engancha cada vez más, armé un puesto de trabajo con todas las herramientas disponibles y mi asesoramiento. Juntos vamos metiendo mano, arreglando, poniendo accesorios", cuenta Fernando Troiani, que dejó un puesto de gerente en una marca de calzado para dedicarse a su pasión de siempre, "los fierros". La locación del garage es estratégica: ubicado en Araoz y Honduras, está rodeado de edificios donde cada vez hay más gente con motos , en muchos casos, primeros usuarios. Y donde cada vez hay más departamentos y menos casas con garajes.
Toriani asegura que los que manejan autos no están obligados a tener conocimientos de ningún tipo, pero en el ámbito de las motos son muy importantes la seguridad y los controles periódicos. Aparte del alquiler del espacio, en el local se dan cursos orientados a la horda de usuarios nuevos, "para que tengan más cercanía con su moto y la conozcan más". En diez meses ya pasaron más de 120 alumnos. El 40%, mujeres.
Con respecto a la seguridad, los motociclistas son los actores más vulnerables del tránsito. En 2017 fueron el 40% de víctimas fatales en siniestros viales. Para contrarrestar este panorama, el Gobierno de la Ciudad reforzó los controles dirigidos hacia ellos: durante el primer bimestre de este año se multaron 10 veces más motociclistas que el año anterior. Sus dos infracciones más comunes: circular sin casco y pasar semáforos en rojo.