Muertes de bebés en Córdoba: dictaron la prisión preventiva y agravaron la acusación contra la enfermera

CÓRDOBA.- El fiscal Raúl Garzón dictó la prisión preventiva y agravó los cargos contra la enfermera Brenda Agüero, detenida desde mediados de agosto. La prisión preventiva es por considerarla autora de la muerte de dos bebés en el hospital Materno Neonatal de esta ciudad. Además, se le amplió la imputación de homicidio por los otros tres recién nacidos fallecidos. La acusación es homicidio calificado por aplicar un método insidioso y por el intento de homicidio de los ocho recién nacidos sobrevivientes. La pena prevista para estos delitos es prisión perpetua.

Por primera vez en la Justicia de Córdoba, se aplicó la perspectiva del niño recién nacido; es decir por ser los “seres más vulnerables”. Las causas de las muertes y de las descompensaciones de los sobrevivientes, por lo definido hasta ahora en la investigación, fueron exceso de potasio en unos casos y, en otros, de insulina.

Garzón insistió en que la investigación continuará pero subrayó que hay “pruebas suficientes” para el dictado de las medidas. “Hay algunos casos en los que se determinó la presencia de insulina, aunque seguirán los estudios”, detalló.

“La imputada habría inoculado a bebés recién nacidos, de pocas horas de vida, de forma oculta y aprovechándose de su profesión como enfermera que le permitía tener contacto con los recién nacidos, incluso en presencia de sus padres, sin generar sospecha alguna, obteniendo de ellos la confianza propia por su actividad”, describe un tramo de la resolución.

Añade que debe tenerse en cuenta que, “la sustancia que habría sido administrada en los casos endilgados –potasio–, y la manera en la que lo fue, es letal para todo ser humano, más aún para bebés de horas de vida. Todo ello, implica un plus en el accionar de la encartada, teniendo en cuenta que las víctimas directas fueron bebés recién nacidos, absolutamente indefensos, vulnerables y que no tuvieron ninguna oportunidad de resistirse”.

La enfermera está presa en la cárcel de Bouwer desde mediados de agosto pasado. Desde entonces, se le completaron los peritajes psicológicos y psiquiátricos y se hicieron estudios anexos a las historias clínicas de los otros tres bebés muertos que no tenían autopsias (en total, fueron cinco los fallecimientos) y a los de ocho que sobrevivieron después de descompensarse. La búsqueda siempre estuvo orientada a los patrones comunes de síntomas. Participaron siete médicos en los estudios anexos.

Hay autopsias de dos de los bebés fallecidos, que corresponden a las recién nacidas Angeline Rojas y Melody Luz Molina. Ambas murieron el 6 de junio pasado y, según los informes anexos, fue como consecuencia de un cuadro de “hiperpotasemia” (exceso de potasio en el cuerpo) que fue “inyectado de manera intencional”. Las otras tres muertes fueron entre marzo y mayo.

El 6 de junio el médico de guardia no quiso firmar los certificados de defunción por las dos muertes. Le resultaron sospechosas en un hospital que tiene, en promedio, tres decesos mensuales y en general ligados a bebés nacidos prematuros o con problemas congénitos. Estos dos recién nacidos eran sanos, de madres sanas y embarazos sin complicaciones. Esa decisión es la que obliga a realizar las autopsias.

En los bebés sobrevivientes también hay evidencia de exceso de potasio, lo mismo que en dos de las historias clínicas de los fallecidos sin autopsia, los del 18 de marzo y el 23 de abril. Según publicó La Voz del Interior, en noviembre del 2021 la enfermera buscó en Google varias veces cómo dosificar potasio e insulina; en esas ocasiones consultó documentación técnica.

Los abogados de la enfermera, después de que ella fuera indagada por el fiscal y se declarara inocente, sostuvieron que Agüero había advertido su “preocupación” por las muertes y había dicho que ya existían casos sospechosos en 2021. En su declaración no respondió preguntas e incluso y mencionó a “otra enfermera” que estaba con medicación psiquiátrica.

Además, describió que la mujer solo hacía tareas “livianas” y que un día la superiora la reprimió porque atendió un bebé. Según el relato, le planteó que podía “equivocarse de remedio o dosis”.

Las ampollas de potasio de un mililitro se guardaban en una vitrina con llave, a donde también estaban las de vitamina k, que se aplica a los recién nacidos, pero que tienen envases de mayor tamaño.

A comienzos del mes pasado, el defensor de Agüero, Luis Obregón, advirtió que era una “posibilidad muy grande” que “alguien” –nunca señaló la chance de que fuera la enfermera detenida– hubiera confundido las ampollas. El argumento es que el símbolo químico del potasio es la letra “K”.

Razones de la prisión preventiva

Para el dictado de la prisión preventiva, el fiscal Garzón planteó diferentes razones. Menciona el “eventual amedrentamiento a testigos/damnificados” ya que Agüero posee “vínculos de amistad con varias enfermeras” que aún continúan trabajando en el Neonatal y que declararon en la causa, por lo que, en libertad, “aún podría seguir teniendo injerencia en las actividades del nosocomio a través de sus ‘contactos’, pero por sobre todo, interferir en futuras declaraciones”.

En el expediente se describe algunas declaraciones y contactos con la madre de la imputada en las que, por ejemplo, “acuerdan en su conversación que tenían que decir [que] siempre eran dos enfermeras las que asistían a los bebés por si había alguna urgencia”. Además, consigna que, de estar en libertad, podría contactar a familiares de los bebés fallecidos.

Otro aspecto que detalla es la “posibilidad de eludir el accionar judicial” y describe que en el teléfono celular de la acusada se advirtió la existencia de una conversación con un número de Buenos Aires el 22 de julio pasado. Entre los mensajes intercambiados se cuentan “mi nombre es Brenda”, “soy de la pcia de Córdoba y estoy buscando la posibilidad de mudarme a la pcia de Bs As”, “quería saber las casas que tienen en venta/alquiler”, “es para una sola persona”. Hay una consulta sobre disponibilidad de casas en Adrogué y también visitas a una web de una inmobiliaria.

Esos contactos fueron “después del primer allanamiento” al Neonatal, que fue el 7 de julio y antes de que los hechos trascendieran a la prensa. “Dichos mensajes son demostrativos de la capacidad económica de la imputada, que podría ser utilizada para fugarse en el caso de encontrarse en libertad, ya que habría intentado alquilar y hasta comprar una vivienda aun cuando se encontraba dispensada de prestar tareas en el nosocomio (la cual tuvo lugar desde el quince de junio y hasta la fecha de su detención, el diecinueve de agosto del corriente año), manteniendo no obstante el derecho a percibir sus haberes”, agrega.

Otros imputados

Además, de Agüero en la causa hay seis exfuncionarios imputados. Diego Cardozo, el ministro de Salud de Córdoba en el momento de esos fallecimientos; el entonces secretario de Salud, Pablo Carvajal y el exvicedirector de Gestión Hospitalaria, Alejandro Escudero Salama. Todos fueron imputados por omisión de deberes de funcionario público.

Esa misma acusación y la de falsedad ideológica pesa además para la entonces directora del Hospital Materno Neonatal, Liliana Asís; las exjefas del servicio de Neonatología, Marta Gómez Flores, y del Departamento de esa área, Adriana Morales.

En diálogo con radio Suquía, Garzón planteó que los niveles de responsabilidad son “diferentes” entre esos imputados y Agüero, aunque no descartó que con el avance de las investigaciones las carátulas puedan cambiar.

También se refirió a que instruyó al Servicio Penitenciario de que se den garantías de resguardo “físico y psicológico” de la enfermera que está en celda común.

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