Muerte en Bariloche: las preguntas que siempre se abren con cada caso conocido de hantavirus
Los diagnósticos de la enfermedad superan las estadísticas de salud pública; oficialmente, hasta ahora solo había dos confirmados en todo el país
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Con cada caso de hantavirus que se difunde, como hoy la muerte por la enfermedad de la docente Ana Natalia Ayala, aparecen una y otra vez las mismas preguntas: cuántos casos hay o si es muy frecuente. Sobre todo, porque los diagnósticos terminan por superar las estadísticas de salud pública. Hasta hace dos semanas, de acuerdo con la información nacional disponible a la semana pasada, se habían informado 202 casos sospechosos en el país: se confirmaron apenas dos.
Eso representa la mitad de los positivos para el virus hanta para el mismo período del año pasado, con un 17% más de notificaciones en lo que va de este año, según informó hasta la semana pasada el Ministerio de Salud de la Nación. En 2020, durante el primer año de la pandemia de Covid-19, se confirmaron 26 de los 383 casos sospechosos, y al año siguiente, 15 de 179, siempre de acuerdo con los registros oficiales de esta enfermedad de notificación obligatoria y para los dos primeros meses del año.
En la Argentina circulan los virus Andes y Laguna Negra con sus variantes (genotipos). Solo el Andes Sur, que generó los brotes en la Patagonia, es de transmisión interhumana, como otros virus respiratorios. El cuadro más prevalente es el síndrome cardiopulmonar.
En el norte (Salta y Jujuy) están Andes Orán, Andes Bermejo y Laguna Negra, mientras que en el noreste (Misiones) circula Andes Juquitiba. En el centro del país (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos) predominan las variantes Lechiguanas, Buenos Aires y Central Plata del virus Andes, y en el sur (Río Negro y Chubut), el Andes Sur.
La cepa patagónica es la única conocida hasta el momento en el mundo que se puede transmitir de persona a persona, a la par de la exposición a las partículas virales que eliminan roedores silvestres por las heces, la orina o la saliva.
En el brote epidémico de 2018-2019 de Epuyén (Chubut), que se extendió a la Comarca Andina, murieron más de una decena de personas. “Lo pude pasar, pero ya no quiero saber nada más de todo esto porque se llevó a mi mamá”, dijo a LA NACION, entonces, Isabel, hija de Víctor Díaz, a quien se señaló como “paciente cero” en la investigación epidemiológica. “Nadie nos dijo que era contagioso –continuó–. Nadie me va a decir lo que es tener hantavirus y perder a alguien”.
En el caso de Ana Ayala, la docente de 45 años que falleció el viernes en un sanatorio de San Carlos de Bariloche, aún se desconoce qué variante contrajo la mujer. Según informaron medios locales, se envió una muestra al Instituto Malbrán, en lugar de al Instituto Maiztegui (Pergamino) para definirlo. A partir de los síntomas, las primeras pruebas de laboratorio fueron las que confirmaron la infección.
La mujer falleció luego de permanecer durante 48 horas en terapia intensiva. Tenía tres hijos y era maestra del Jardín Maternal Comunitario N°33 Hormiguitas, del barrio El Frutillar.
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