Mortandad de peces: el cambio que ilusiona a los vecinos de Areco tras la denuncia a una empresa
La mortandad comenzó hace una década, pero en los últimos meses, aseguran los vecinos, la problemática se ha vuelto más frecuente
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La mortandad de peces del Río Areco, un fenómeno que desde hace años preocupa a los vecinos de San Antonio y Carmen de Areco, y que tomó relevancia nacional en los últimos meses, parece estar un paso más cerca de resolverse. El establecimiento porcino Bajo Cero, que hasta hace un mes volcaba sus desechos al río sin ningún tipo de tratamiento previo, cambió de firma y los nuevos propietarios avanzaron en el compromiso de crear un sistema de tratamiento de fluidos como parte su compromiso con el plan provincial Gelfi (Gestión de Efluentes Líquidos con Fortalecimiento Industrial). Una parte de este plan ya está en funcionamiento, por lo que la empresa afirma que actualmente “no está habiendo ningún tipo de vuelco al río”.
Según habían marcado estudios de calidad del agua realizados en el lugar por el Conicet y la Universidad de San Martín, en 2023, este criadero de chanchos, que tiene actualmente unos 8500 animales, era uno de los principales contaminantes del afluente, aunque no el único.
En lo que va del año, en el Río Areco hubo al menos cuatro muertes masivas de peces. Se dieron, destacan los vecinos, con una frecuencia llamativamente superior a la que solía haber en años anteriores. El fenómeno, afirman, comenzó a evidenciarse hace aproximadamente 10 años.
Resultados del estudio
Si bien se desconocen las razones detrás de las mortandades, el estudio científico mencionado intentó ahondar en los causantes, y llegó a conclusiones que los mismos investigadores describieron como alarmantes. Se colocaron renacuajos en ocho muestras de agua tomadas en distintos puntos de la cuenca, y en cinco se evidenció la letalidad de los animales “en tiempo agudo”. La mayor mortalidad se registró en el agua extraída de la desembocadura del arroyo Tatay, pocos metros río abajo de donde se vuelcan los efluentes del establecimiento Bajo Cero. Allí, “los primeros minutos de exposición causaron el 100% de letalidad en las larvas”, se lee en el informe.
Sin embargo, se evidenciaron también focos críticos de contaminación en otros puntos de la cuenca. Entre otros factores contaminantes, los investigadores destacaron la saturación de una planta de tratamiento de residuos de San Antonio de Areco, y los residuos de otros frigoríficos y mataderos de la zona de Carmen, además de los desechos de la actividad agrícola que linda con la cuenca.
Es por eso por lo que las agrupaciones de vecinos y asociaciones civiles que siguen de cerca la problemática, y que impulsaron las primeras denuncias a las autoridades provinciales y municipales, advierten que el problema aún no está cerca de resolverse, y que se deben seguir haciendo los reclamos pertinentes a la Autoridad del Agua de la Provincia y a la Subsecretaría de Ambiente de la Nación.
“Nos estamos preparando para las próximas batallas legales, los próximos frentes que vamos a tener que abrir”, afirma Adrián Oscar, fundador de Nosotros y el Río, asociación civil con fuertes vínculos con la municipalidad de Carmen.
Entre otros focos de contaminación del río destaca el “punto cinco”, ubicado a pocos metros del balneario municipal de Carmen, área considerada Parque Ambiental, donde desemboca un arroyo al que se vuelcan los residuos de diferentes actividades de la zona. “Confluyen líquidos de un establecimiento muy grande dedicado a la faena de pollos, un matadero de cerdos, la planta depuradora municipal y los líquidos domiciliarios. Es obvio que ahí tenemos un problema. También está el tema de los agroquímicos que viene de arriba”, suma Oscar.
Los análisis de componentes de las muestras revelaron niveles de nitrito, amonio y fosfato que superan los máximos permitidos. También hallaron metales (manganeso, zinc, cobre, cromo y hierro) en concentraciones que exceden el nivel guía de protección de vida acuática. El estudio además encontró en los diferentes puntos estudiados más de una veintena de plaguicidas, entre ellos, uno prohibido por el Gobierno nacional.
LA NACION visibilizó la problemática del Río Areco en un artículo publicado el 10 de julio pasado, cuando todavía se veían en el río los restos de la última mortandad. Una semana después, durante una entrevista con una radio local, el intendente de Carmen de Areco, Iván Villagrán fue consultado sobre las razones detrás del fenómeno, a lo que respondió: “Claramente que hace muchísimo que no llueve. Cada vez que falta agua, falta oxígeno y esa es obviamente una de las cuestiones. Por otro lado, a mi me tienen informado desde policía ambiental, Autoridad del Agua, Ministerio de Desarrollo Agrario, de Ambiente, de todas las actuaciones. Tengo entendido que hoy por hoy el único que estaba tirando sin el tratamiento adecuado era Bajo Cero”.
Pocos días después, en la costa del municipio se realizó la versión local de una competencia de pesca bonaerense, que contó con el repudio de la agrupación vecinal Somos el Río. “¿Cómo van a organizar un torneo en medio de una situación así, cuando los peces están tan moribundos que los podés agarrar con las manos?”, planteó a LA NACION Natacha Schanwarzkoff, docente y líder de la agrupación, que comenzó a realizar denuncias por la situación del río a las autoridades provinciales y locales el año pasado.
Ya a fines de 2023 y principios de 2024 se habían suspendido los dos últimos torneos de pesca con devolución del club de pesca local. También, informaron los vecinos, se habían suspendido en los últimos meses dos fiestas de 15 que iban a realizarse en el salón de fiestas del balneario municipal debido al olor a pescado podrido que había invadido a la costa.
La asociación Somos el Río recibió a mediados de julio pasado a la diputada de la Coalición Cívica Romina Braga, quien, luego de ver la situación, del río presentó un proyecto para que la Legislatura declare su preocupación por la ola de peces muertos en Carmen y San Antonio de Areco.
En tanto, los vecinos consultados observan con esperanza las nuevas medidas de la empresa Bajo Cero, con la ilusión de que produzca una diferencia. Contactado por este medio, Martín Picón, responsable del establecimiento porcino desde el 1 de julio, indicó: “Cuando llegamos estábamos al tanto de la situación, del trabajo que había que hacer, pero nos enteramos después de la situación conflictiva que tenía la empresa respecto al pueblo de Carmen y el río. Nos reunimos con ADA para hacer un plan de contingencia inmediatamente. A los dos días se cerró la laguna, dejamos de volcar al río, y a partir de ahí se empezaron las obras”.
“La empresa ya estaba adherida al plan Gelfi -sumó-. Se estaban haciendo unos pozos de bombeo y se habían empezado las obras. Pero todavía no se había arrancado con las lagunas de tratamiento. Lo que hicimos nosotros fue acelerar mucho, sin parar, las obras”, afirmó.
El directivo calcula que en menos de seis meses las obras van a estar concluidas. Estas incluyen tres lagunas de tratamiento, dos de ellas con membranas, y un humedal. “La primera laguna se termina la semana que viene. De igual manera, la granja ya no está volcando. Las obras las estamos haciendo a través de un crédito con el Banco Provincia que todavía está por salir”, afirma. Calcula que el total del trabajo costará unos 100 millones de pesos.
“Pedimos fiscalización, supervisación y que se siga actuando con otros focos de contaminación. Por ejemplo, tener detectado por el municipio qué empresas liberan desechos al río. El intendente todavía no nos respondió cuántas son y si tienen el informe de impacto ambiental que corresponde”, concluye Schanwarzkoff.
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