Monumento histórico: el Palacio de Hacienda, mucho más que una sede ministerial
Mediante un decreto, se reconoció el valor patrimonial de este edificio inaugurado en 1939 frente a la Plaza de Mayo; es uno de los mejores exponentes de la arquitectura institucional
El edificio del Palacio de Hacienda, donde se decide el rumbo de la economía desde hace 80 años, fue declarado monumento histórico nacional. El presidente Mauricio Macri, mediante el decreto 1012/2018 publicado en el Boletín Oficial, elevó el estatus de la imponente obra arquitectónica situada en diagonal a la Casa Rosada, barranca al río. Su creador, el artista plástico y arquitecto Antonio Rubén Pibernat, le imprimió su sello distintivo. Desde su inicio hasta hoy, 76 ministros ocuparon el despacho principal del quinto piso, según informaron voceros oficiales.
Al palacio de Hipólito Yrigoyen 250 se lo considera uno de los mejores ejemplos de la arquitectura institucional de la década del 30, con rasgos clásicos, art déco y del movimiento moderno. Fue construido en dos etapas; la primera comenzó en 1937 y duró hasta la inauguración en 1939. La ampliación fue proyectada en 1949 y concluyó cinco años después.
"Se enmarca en la última etapa de la arquitectura monumental porteña, que abarca obras como el Banco Nación, el Ministerio de Defensa, el edificio de la AFIP frente a Plaza de Mayo y la última versión de la Facultad de Derecho", explicó Fabio Grementieri, miembro de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, organismo impulsor de la declaratoria. La arquitectura monumental de la década del 30 fue un fenómeno internacional que se dio en la Alemania de Hitler y en la Italia de Mussolini, entre otros países bajo régimen dictatorial. Pero también se impuso en naciones democráticas como Estados Unidos, agregó.
La obra del barrio de Monserrat se emplaza en el entorno de la Plaza de Mayo, "un espacio de profunda significación para la sociedad argentina", indicó la comisión. Es parte del conjunto edilicio que componen el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Producción y Trabajo, y el Ministerio de Transporte. La cartera completa se distribuye en cuatro edificios en la manzana delimitada por Yrigoyen, la avenida Paseo Colón, Balcarce y Alsina. Pero solo fue declarado como monumento histórico nacional el Palacio de Hacienda propiamente dicho. A esta construcción le fueron anexados el edificio de Paseo Colón 171, el de Balcarce 184 y el Railway Building, inaugurado en 1914 para las empresas ferroviarias británicas.
El palacio fue proyectado por un equipo interdisciplinario de la Dirección General de Arquitectura y dirigido por Pibernat, quien quiso imprimirle su sello creativo al decorar él con un gran lienzo propio, llamado Vendimia, una de las salas del quinto piso. De ahí que sea considerado un "palacio de autor". Además convocó a diferentes artistas para realizar murales en el edificio, lo que denota su gran sensibilidad artística.
Los materiales utilizados fueron nacionales, de excelente calidad, lo que explica su buena conservación. Se destacan el hormigón armado, las luminarias, barandas, los herrajes de bronce y los vitraux. Llaman la atención la elegancia de los ascensores revestidos en bronce y los pasamanos de las escaleras también de ese metal, una de las características art déco. En total, más de 22.500 m2 están destinados a escaleras. "En el exterior, el revestimiento de travertino y granito rojo fue pensado para combinar con la Casa Rosada", explicó Grementieri. Las columnas en la entrada remiten al estilo clásico minimalista, muy depurado, y su cornisa imita los palacios florentinos.
Pero la modernidad está dada por el hecho de que "se desplazan los núcleos de ascensores y se hace un tratamiento de circulaciones y de fachadas que preanuncian la idea de continuidad a futuro", señalaron arquitectos del grupo Moderna Buenos Aires.
El desnivel del terreno, una pendiente pronunciada original de la barranca entre Balcarce y Paseo Colón, fue un desafío resuelto de forma funcional con una gran planta libre integrada mediante un anillo de circulación, que une las distintas áreas ubicadas en cada uno de los 12 pisos, agregaron. En el 13 funciona el comedor y en el 14, "un quincho donde hacía asados el exministro Amado Boudou", recordó Catalina Jack, encargada de Ceremonial del ministerio. A estos dos últimos se llega solo por escalera.
Además tiene dos subsuelos y un pulmón de manzana usado como estacionamiento de 54 funcionarios. Presenta tres accesos: Yrigoyen, Balcarce y Paseo Colón. La entrada de Yrigoyen es a la altura del segundo piso; la de Balcarce, del tercero, y la de Paseo Colón, casi en el subsuelo. Esto muchas veces provoca el desconcierto de los visitantes que no saben bien a qué piso exactamente están ingresando.
El edificio alberga una importante colección de 306 obras de arte valuadas en US$2.119.000, informó Jack. Hay obras de Antonio Alice, Cesáreo Bernardo de Quirós y Emilio Centurión, entre otros. Estos objetos fueron declarados bienes de interés artístico nacional, al igual que un mural recordatorio de los trabajadores del ministerio desaparecidos durante la dictadura y de la fachada sobre Yrigoyen, que conserva las huellas del bombardeo y ametrallamiento de 1955.
El Ministerio de Hacienda es uno de los seis organismos que se encargan de asistir al Presidente de la Nación y al jefe de Gabinete de Ministros en la política económica, el comercio interior y las relaciones económicas, financieras y fiscales con las provincias y la ciudad autónoma. Por sus amplios pasillos circulan a diario las 5000 personas que trabajan allí, lo que lo convierte prácticamente en una ciudad. Tiene correo propio y una sucursal del Banco Nación, así como una conexión que lo une a la estación Plaza de Mayo de la línea A de subte, restringida al público. Este túnel data de 1939. Si bien todas las plantas son oficinas, en el 13 hay una enorme terraza con vista privilegiada al río y la ciudad, que es parte del comedor. Allí cada día se alimentan más de 1500 empleados, explicó la encargada de Ceremonial durante un recorrido con LA NACION.
En el quinto piso tiene el despacho el ministro Nicolás Dujovne. Posee su propia Sala de Descanso y un ascensor de acceso exclusivo para él. Si bien todos los antiguos elevadores fueron reparados recientemente, aún tienen problemas. "Desde que tengo uso de razón, cada tanto algún funcionario o empresario se queda un rato encerrado", comentó un viejo empleado del edificio, quien prefirió no dar su nombre.
En el mismo nivel se halla la Sala de Conferencias o Microcine, que es llamada con ironía por los propios empleados la Sala de las Malas Noticias. "Fue pintada de negro durante la gestión de Axel Kicillof", explicó Jack. Y agregó que durante esta gestión se repararon la fachada y los techos, se renovó la conectividad, se revisaron todos los contratos anteriores con proveedores y se eliminaron pagos superfluos. "Hoy tenemos cero gasto en arreglos florales", remarcó.
Una vista privilegiada
Si bien en todas las plantas del Palacio de Hacienda funcionan oficinas, en el piso 13 hay una enorme terraza con vista privilegiada al río y a la ciudad, que es parte del comedor. En él, cada día se alimentan más de 1500 empleados del ministerio.
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