Monumento histórico: corre riesgo de colapso un icónico chalet que alojó a presidentes y al último sah de Persia en el sur
Se trata del Chalet Huergo, situado en la costa de Comodoro Rivadavia; allí existen 900 metros críticos de costa por la erosión marítima y obras demoradas
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COMODORO RIVADAVIA.– La erosión del mar sobre la costa de Comodoro Rivadavia, que avanza a un ritmo de entre 50 y 118 centímetros por año, amenaza a la trama urbana de esta ciudad y pone ahora en riesgo al histórico Chalet Huergo, una casona que hospedó en los años de esplendor petrolero al último sah de Persia, Mohamad Reza Pahleví, y a presidentes argentinos como Arturo Illia y Arturo Frondizi, entre otros.
Las recurrentes marejadas, potenciadas en la última década por el cambio climático, dejaron al chalet a pocos metros del acantilado y con un futuro escrito si no se instalan en el tramo crítico de 900 metros de costa rocas de tres metros cúbicos. Para eso, se necesita inversión aproximada de 12.500 millones de pesos, según estimaciones de un equipo técnico que integran investigadores de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (Unpsjb)y la municipalidad local.
La situación, que ya encendió luces de alerta, se agrava debido a una obra realizada en el puerto en la década del 90 sin estudio de impacto ambiental, que modificó el comportamiento de las corrientes marinas en la zona costera del sector crítico.
Según los investigadores, el aumento de la temperatura del mar está generando ciclones extratropicales en la zona sur del Océano Atlántico. En consecuencia, se espera una intensificación de las tormentas en el mar como efecto del calentamiento global.
El problema vino para quedarse: el avance de la erosión costera, con mareas extraordinarias cada vez más frecuentes, plantea un signo de alarma con evidencias que ya están a la vista. A la amenaza de derrumbe del Chalet Huergo hay que sumar el colapso de la ruta 3 en 2023 y otro tramo crítico sobre avenida Ducós y el camino ARA San Juan, que bordea la costa en la zona norte de esta ciudad.
“La erosión de los acantilados está ocurriendo en el mundo entero, desde principios del siglo pasado y antes de que nosotros nos preocupemos por el tema, por el ciclo natural del cambio climático que produce un ascenso del nivel del mar. Hoy estamos acelerando ese proceso, lo que intensifica esos efectos”, afirmó Daniel Campano, licenciado en Protección Ambiental, máster en Cambio Climático y docente de la Unpsjb.
Precisó además que existe una asociación casi “automática” entre el aumento de la temperatura y el ascenso del nivel del mar, por derretimiento de los casquetes polares. Pero que, en este caso, “lo interesante es que no sucede porque está llegando más masa de agua a los mares, sino por dilatación térmica, porque los cuerpos calientes se expanden. Todavía no empezó el problema de que el nivel del mar suba por ingreso de agua nueva, que es lo inminente. Cuando eso empiece, vamos a estar en un problema muy serio”.
El experto recordó que las proyecciones más conservadoras dicen que, a fines de este siglo, el nivel del mar habrá aumentado medio metro, lo que será un problema casi irreversible para ciudades costeras. “Esto requiere políticas de mitigación y adaptación a nivel global. En Comodoro tenemos terrenos ganados a mar y eso ya plantea un problema grave, independientemente de que el cambio climático esté intensificado”, detalla.
Según el geólogo Alejandro Simeoni, la obra del puerto de Comodoro Rivadavia alteró drásticamente el comportamiento de las corrientes marinas en el interior de la zona costera local, trasladando el pedregullo de la zona norte (debajo del Chalet Huergo) hacia el sur, dejando al descubierto la restinga y tornando más vulnerable al talud que sostiene todo el sector que se extiende desde ese punto hacia el centro de la ciudad.
Ahora, una combinación entre tormentas grandes en el mar y mareas más largas de lo habitual podría sellar en el corto plazo la suerte del histórico inmueble, un emblema cultural de esta ciudad ubicado en inmediaciones de otra construcción de riesgo: la playa de tanques que alberga la producción de combustibles que, en camiones, se derivan al sur del país.
“Lo que estamos viendo es la emergencia de un problema de mucho mayor escala”, explicó el geólogo José Paredes, doctorado en Geología y docente de la universidad local.
Agregó que “se está produciendo un aumento lento, pero gradual, en el calor que hay en el mar, es decir en la temperatura del agua. Es algo que nosotros quizá no apreciamos como diferencia, pero esto implica una cantidad de energía por cada grado centígrado de incremento, que se multiplica a escala planetaria”.
Según detalló el especialista, que realizó una serie de estudios sobre la erosión en el frente marítimo desde el centro hacia el kilómetro, en toda la zona sur “se están empezando a desarrollar, con más frecuencia, lo que se llaman ciclones extratropicales. Estamos habituados a ver este fenómeno en el hemisferio norte, que genera los huracanes y tornados por diferencia de temperatura, porque el Océano Atlántico se está calentando a un ritmo muy alto”.
Al explicar las consecuencias del calentamiento del agua de mar, sostuvo que se libera más calor a la atmósfera, lo que desencadena tormentas que “a nosotros se nos va un poco de escala, como la que tuvimos en el año 2017, que tenía un diámetro de 400 km. A principios de junio se formaron dos de estos ciclones en el mar que fueron noticia en Chile, acá no tanto, pero que tenían dimensiones de más de 1000 kilómetros. O sea, se están formando ciclones más frecuentes, que son movimientos de aire rotacionales, que a su vez desplazan masas de agua muy grandes. Y todo el aire que está por encima, en el océano, se desplaza hacia las zonas costeras. Ahí es donde empiezan a producirse los verdaderos problemas, porque son tormentas que persisten varios días”.
Presupuesto
“Nosotros medimos en base a un registro fotográfico de los últimos 50 años y la velocidad de retroceso en el punto donde se deslizó la ruta el año pasado es de entre 1 y 1,18 metro por año. Y en el acantilado del Chalet Huergo, 50 o 60 centímetros por año”, sostuvo Paredes.
Frente a esta velocidad de avance del mar, la única alternativa es la construcción de un muro enrocado, con piedras de especiales características.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, garantizó hace dos semanas 600 millones de pesos que aportará para iniciar el traslado de algunas rocas para la obra. El secretario de Obras Públicas de la municipalidad de Comodoro Rivadavia, Luis Romero, consideró que “es bienvenido, pero no es suficiente”. Y sumó: “No hay soluciones paliativas, sino que se debe encarar la solución de fondo, con el muro enrocado, similar al que la Provincia está terminando de construir para proteger el hospital Alvear”, también en la zona norte de Comodoro.
En este momento, la mayor preocupación está puesta en el posible colapso del Chalet Huergo: fundado en 1919 como casa de empleados superiores de la Dirección General de la Explotación del Petróleo, que luego pasaría a llamarse Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), albergó al primer presidente de la compañía, Enrique Mosconi.
La casona mantuvo su fachada original hasta 1941, cuando ampliaron el recinto para recibir a huéspedes distinguidos. Albergó a presidentes nacionales e internacionales, embajadores, integrantes de las Fuerzas Armadas, ministros y representantes de compañías.
Frondizi, Illia; presidentes de facto como Juan Carlos Onganía, Alejandro Lanusse, Jorge Rafael Videla, Leopoldo Galtieri; y Raúl Alfonsín fueron algunos de los mandatarios argentinos que se alojaron en ese hermoso espacio. También sus habitaciones cobijaron al presidente de Bolivia Víctor Paz Estenssoro; la escritora Silvina Bullrich, el presidente y director general de la Sociedad Nacional de Petróleos de Irán Manoutcher Eghbal, y el subsecretario de Participaciones Estatales de la República Italiana. Francesco Principe.
En 1965, el sah Reza Pahleví y su esposa, Farah Diba, se hospedaron en el Chalet Huergo. Para Comodoro Rivadavia fue todo un acontecimiento y, aunque su estadía duró solo unas horas, las autoridades de entonces –según se cuenta– ordenaron colocar grifería de oro al baño de la planta baja del inmueble.
El chalet fue declarado en 2019 Monumento Histórico Nacional y pertenece actualmente a la Municipalidad de Comodoro Rivadavia. Permanece cerrado y solo se habilita para actividades puntuales.
La amenaza que enfrenta este sitio histórico genera cada vez más preocupación. Daniel Legaz, integrante de la vecinal de barrio Mosconi de Comodoro, destacó que ya en marzo pasado la casona presentaba nuevas fisuras interiores y exteriores, por lo que teme por un posible colapso de la estructura.
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