Montañita: empezó el segundo juicio por el crimen de las jóvenes mendocinas
Es contra José Luis Pérez Castro, tercer acusado del homicidio de las argentinas; la fiscalía pidió una pena de 40 años, similar a la impuesta a Mina Ponce y Rodríguez, los condenados el año pasado
MENDOZA.- Tras idas y venidas judiciales, en Santa Elena, Ecuador, empezó ayer el segundo debate por el doble crimen de las mendocinas en Montañita, ocurrido en febrero de 2016. Se espera que el proceso concluya antes de pasado mañana, con la expectativa de que el tercer acusado, José Luis Pérez Castro (31), sea condenado a 40 años de cárcel, la misma condena que recibieron Segundo Mina Ponce (34), como autor material, y Aurelio Eduardo Rodríguez (39), como coautor.
De hecho, el fiscal que comanda la causa, César Peña, en reemplazo de María Dolores Coloma Pazmiño, de licencia, adelantó que pedirá al tribunal esa pena para el imputado, que compareció mediante videoconferencia.
Los familiares de las víctimas enfrentan otras vez jornadas de dolor y reclaman justicia y nuevos datos que echen luz sobre las muertes de María José Coni (21) y Marina Menegazzo (22) durante sus vacaciones. Participarán unos 50 testigos, en su mayoría policías, que podrían aportar nueva información.
Quienes declararon en la primera jornada, entre ellos algunos peritos, ampliaron detalles sobre datos indicados en el primer juicio, aunque tuvieron que aclarar duros cuestionamientos de la defensa, liderada por Antonio Gagliardo, sobre los resultados de los estudios de ADN practicados a Pérez Castro. Surgió un dato que preocupa a la querella: una de las científicas dijo que no se logró determinar que el ADN del acusado esté mezclado con el de las víctimas, tal como sostiene la Fiscalía. Previo al debate, la parte acusatoria indicó que el test realizado en la pesquisa es irrefutable.
Para la fiscalía, el trabajo realizado en la pesquisa es irrefutable. "Todo está encaminado y la prueba científica lo dice todo: ADN del imputado mezclado con el ADN de las víctimas. Eso es contundente", expresó a LA NACION desde Ecuador la funcionaria judicial, que dejó en manos de Peña el trabajo en la sala, quien se encargará de pedir a los jueces la pena máxima del país para el acusado.
"Dios nos ayudará a que todo salga bien. Estamos preparados con una buena investigación, con la prueba que es irrefutable científicamente. No hay prueba que diga lo contrario o que desvirtúe esto, porque el ADN de Pérez Castro estaba mezclado con el de las occisas. Por eso, si la coartada de él sigue en este sentido, tenemos la certificación de que fue a un médico un mes después de que fueron asesinadas", expresó Coloma Pazmiño.
En mayo pasado, después de varias instancias judiciales, Pérez Castro, detenido en noviembre del año último, fue enviado a juicio. El acusado se defiende y afirma que vivió durante dos meses en la vivienda de Mina Ponce y explicó que el rastro hemático hallado en la escena del crimen podría haber caído de su boca, ya que recibió atención odontológica en ese tiempo por una lesión en una de sus muelas. Sin embargo, los pesquisas constataron que su visita al dentista fue en marzo, luego del crimen. Asimismo, se lo vincula con Rodríguez, ya que fueron compañeros de trabajo en un hotel.
Frente al tribunal, Gagliardo sostuvo que el día del crimen su cliente "estuvo trabajando". Además, el abogado destacó que Pérez Castro "tuvo problemas dentales antes y después del crimen".
Según los pesquisas, resta determinar a quién corresponde el material genético en manchas hemáticas de al menos tres personas más hallado en la casa donde ocurrieron los asesinatos, por lo que se espera que se abra una tercera investigación.
"No me ha gustado para nada la primera jornada, sin poder ver bien al acusado por videoconferencia, y con un nuevo fiscal que intenta seguir la causa. Esperemos tener a Pérez Castro en la sala y que sus familiares también declaren", expresó a LA NACION Gladys Steffani, la madre de Coni, a salir de la sala junto a su hijo Juan Manuel.
También participan del juicio los padres y las hermanas de Menegazzo. "Estar aquí nos provoca angustia, dolor y bronca. Esperamos más resultados y creemos que va a ser un juicio más duro, pero necesitamos saber más, tener un poco más de paz. Sigo insistiendo en que hay una mano negra que oculta cosas en la investigación de los primeros días. Ojalá que el imputado se arrepienta y abra la boca", indicó Steffani.
Según pudo saberse, hasta último momento estuvo en duda el inicio del debate, ya que se produjo una seguidilla de apartamientos de jueces designados, en su mayoría por haber participado del primer juicio.
El último caso fue el de Carlos Iturralde, que decidió jubilarse. El presidente del tribunal, César Augusto Vélez Ponce, confirmó un día antes del debate que realizaron el sorteo y designaron una magistrada para ocupar ese puesto. Se trata de Daisy Edda Lindao Villon, jueza del tribunal penal de Garantías.
"Iturralde se acogió a la jubilación, después de 36 años de servicio. Ahora esperamos evacuar todo el proceso contra el imputado de la mejor manera y resolverlo con sentencia esta semana. Hemos previsto tener tres días de audiencia", dijo Vélez Ponce desde su despacho en La Libertad, en la provincia ecuatoriana de Santa Elena, donde se desarrolla el juicio.
Pérez Castro es el tercer imputado en el doble crimen por "homicidio agravado, por colocar a la víctima en situación de indefensión, inferioridad o aprovecharse de esta situación; buscar con dicho propósito la noche o el despoblado y aumentar deliberada e inhumanamente el dolor a la víctima".
En los últimos meses, el acusado, a contramano de las disposiciones carcelarias, se mostró por las redes sociales, haciendo referencia a la situación que lo tiene tras las rejas. "Estoy esperando que ya en septiembre se termine esta injusticia que se ha hecho todo este tiempo conmigo. Con mucha fe que de ésta Dios me sacará en victoria. Se terminará esta pesadilla con la fe en Dios siempre", expresó el imputado.
Las jóvenes universitarias habían sido vistas por última vez el 22 de febrero de 2016 en Montañita. Según la pesquisa, fueron drogadas y golpeadas por Mina Ponce y Rodríguez, en la casa del primero, en una zona retirada del mar. Menegazzo fue abusada. Coni fue acuchillada. A los pocos días, los cadáveres fueron hallados, con 48 horas de diferencia, en bolsas plásticas negras en un descampado lejos de la playa.
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