Monitor. Cómo fue la movilidad en la nueva cuarentena estricta en comparación con la fase 1
"Frenar el ritmo de los contagios" para "aplanar la curva" y así tratar de "contener el brote" de coronavirus son algunos de los conceptos repetidos casi como un mantra por las administraciones nacional, bonaerense y porteña durante la pandemia. La cuarentena aparece como la estrategia clave para lograr esos objetivos y el monitoreo de la movilidad pone en evidencia el grado de cumplimiento de las medidas de restricción.
En base al Índice de Movilidad Ciudadana (IMC), que mide diariamente el grado de circulación en territorio nacional y su relación con la propagación del virus, LA NACION Data analizó el movimiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que permite hacer un balance cuando se cumple una semana del regreso a la cuarentena estricta.
Para construir el IMC, desarrollado por científicos de la Universidad Nacional de San Martín (UNSM) y data scientists del equipo de Big Data de Telefónica Movistar, los investigadores tomaron como base más de 10 millones de líneas de celular con información anonimizada proveniente de la propia red de la compañía de telefonía, que garantiza la protección de los datos de las personas.
Lo que se hizo fue medir cada 30 minutos, a través de la triangulación por radio bases, el movimiento de las líneas a lo largo de cada día. En zonas como el AMBA, donde la densidad poblacional y la cantidad de bases aumenta, el nivel de sensibilidad de los movimientos es mayor.
Así se logró obtener un número base como unidad de medida identificado con el 1 -que expresaría el 100%- para conocer cuál es el ritmo habitual de los diferentes lugares. Por encima de 1, el movimiento es superior al promedio y, por debajo, muestra una reducción.
Diferencias entre la fase 1 y la cuarentena actual
Los resultados de la nueva cuarentena en relación al ritmo de contagios podrán verificarse en los próximos días. Pero a una semana del regreso a un confinamiento estricto sí se puede analizar en qué medida se redujo la circulación y contrastar el escenario actual con el de la fase 1.
Según el IMC, en el primer día del aislamiento social, preventivo y obligatorio,el viernes 20 de marzo, la movilidad en el AMBA bajó, respecto a un día normal, al 41% (expresado en el gráfico como 0,41). De los días laborables de esa fase, el movimiento más bajo alcanzado fue del 33% y tuvo lugar el 25 y 26 de marzo. Respecto a la nueva cuarentena estricta, el mayor descenso fue cuando el índice se ubicó en el 44% y sucedió el 1 de julio, el día de inicio de esta etapa.
Si se separa el movimiento de los habitantes de la ciudad respecto de los 40 partidos bonaerenses que conforman el AMBA, la situación es diferente. Por ejemplo, el 20 de marzo, en la ciudad el IMC arrojó un 33%, mientras que en el AMBA sin CABA la cifra fue de 9 puntos porcentuales más: un 42%.
Al comparar los primeros seis días de cada fase, se observa algo más de movimiento en la nueva cuarentena, dato que puede explicarse por la apertura de actividades que no estaban permitidas en el primer período como bancos o algunas industrias en la provincia. El promedio de movilidad entre el 20 y 25 de marzo se ubicó en el 31%, mientras que entre el 1 y el 6 de julio lo hizo en el 42,5%, o sea, 11,5 puntos porcentuales por encima. Vale aclarar que en la primera etapa, cuatro de las seis jornadas fueron feriados o fin de semana.
De los datos generales se desprende que los viernes fueron los días de mayor circulación. Los tres picos se dieron el 12, 19 y 26 de junio, cuando el índice arrojó un 55%. En tanto, el pasado viernes, ya con las nuevas restricciones vigentes, el IMC marcó un 49%.
Fechas clave y aperturas
Una fecha clave para mirar es la del 3 de abril cuando reabrieron los bancos para el pago de haberes jubilatorios y ayuda social. Las imágenes de largas filas de aquella jornada caótica dieron vuelta al mundo. Si se observa todo el AMBA, el índice de movilidad se ubicó en el 37%. La mayor variación se evidenció en la provincia de Buenos Aires: ese día el IMC arrojó un 39%, 3 puntos porcentuales más al día previo.
La apertura para actividades recreativas de los chicos no marcaron picos o grandes diferencias con respecto a fines de semana anteriores. El sábado 16 de mayo, el día que comenzaron los permisos de una hora para pasear con los menores, la movilidad creció solo 5 puntos respecto al sábado previo.
El running, permitido por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta desde el lunes 8 de junio hasta el regreso a la cuarentena estricta, tampoco disparó el IMC.
La mirada de las 3 jurisdicciones
Consultados por LA NACION sobre el alcance de la nueva fase y el comportamiento de los habitantes del AMBA, las autoridades se mostraron conformes y coincidieron en destacar que el acatamiento fue alto.
Abel De Manuele, jefe de Gabinete del Ministerio de Transporte de la Nación, señaló: "Vemos un notorio descenso de gente en el transporte público desde el miércoles pasado hasta hoy". Sobre la suba de movimiento respecto a la fase 1, el funcionario remarcó que en el nuevo DNU se incluyeron algunas excepciones que no estaban presentes en el primer período de confinamiento.
"La primera fase se trató de un aprendizaje para todos. La gente tuvo que tomar conciencia de la necesidad que había de que se quedaran en sus casas y el riesgo que significaba el transporte público. No había un entendimiento del distanciamiento", reflexionó ante la consulta de LA NACION.
Por su parte, el subsecretario de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Alejo Supply, consideró que "el verdadero problema es la circulación, no el transporte" y aseguró que la merma en la circulación se notó en los controles de las autopistas y en los datos arrojados por la tarjeta SUBE.
El verdadero problema es la circulación, no el transporte.
"Hoy tenés las industrias abiertas y además las necesidades de las personas no son las mismas, hay mayores certidumbres porque hay una presencia del Estado más fuerte", opinó el funcionario de Axel Kicillof sobre el contraste entre las dos cuarentenas rígidas.
Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas de CABA, sumó su análisis: "La principal diferencia que vemos es que los vecinos tienen más cuidados. En la primera etapa ni siquiera teníamos el uso del tapabocas. Ahora se ve en la calle la conciencia ciudadana del distanciamiento. Eso no estaba tan claro al principio".
Se ve en la calle la conciencia ciudadana del distanciamiento. Eso no estaba tan claro al principio.
Para Méndez no es correcto pensar que la gente le "perdió el miedo" a la enfermedad. "Yo creo que incorporó nuevos hábitos y lo noto en los barrios. Creo que se entendió que el cuidado personal ayuda a generar un cuidado colectivo. Sin eso, no podría funcionar esta nueva etapa", concluyó.