Momentos de tensión al arder parte del sector de juegos de Unicenter
Había 45.000 personas, que fueron evacuadas en 20 minutos; hubo sólo 15 heridos leves; hoy reabre
El incendio empezó poco después de las 19.10, en el tercer piso del shopping más grande del país, Unicenter, en Martínez. Fue en el sector de los juegos infantiles, llamado Aventura Center. Como todos los domingos, el lugar estaba lleno de chicos. En el resto del paseo de compras había entre 40.000 y 50.000 personas. Primero fue una llama pequeña, cerca del techo -dijo un empleado de seguridad del shopping-, donde están los autitos chocadores.
Los vigiladores actuaron rápidamente y empezaron a evacuar el lugar. Tardaron 20 minutos en desalojar el shopping, siguiendo el Procedimiento Operativo para Emergencias (POPE). Y no había víctimas mortales. En total, hubo 15 heridos: ocho bomberos y siete civiles. Catorce tenían principio de asfixia y uno, un corte en la cara. Además, una madre llevó a su bebe de ocho meses al hospital materno infantil.
"Gracias a Dios, todo funcionó a la perfección. Había entre 40.000 y 50.000 personas. En la evacuación trabajaron 20 hombres del shopping, con brigadas de incendio propias", dijo Jorge Agustín Justo, gerente General de la División Shopping de Cencosud, propietaria del paseo de compras.
El fuego, como los que trabajaron en la evacuación, también fue rápido. Enseguida cubrió el techo, y las llamas atravesaron las aberturas y se recortaron sobre el cielo crepuscular. El humo llenó el espacio. Y empezó a bajar, y la gente también bajaba y corría por el paseo y por las playas de estacionamiento y, más abajo, por el supermercado Jumbo.
Entonces sobrevino la crisis. "Estábamos en Jumbo. Empezamos a sentir olor. Había humo. La gente corría. Estaba como loca. No sabés lo que era esto", dijo Patricio Villadeamigo a LA NACION, después del incendio, parado sobre un charco de agua, frente al shopping.
Su hermano, Alejandro, exhibía un teléfono celular. La diminuta pantalla del aparato se tiñó de naranja. El muchacho dijo: "Mirá". Fuego. Unos camarógrafos intentaron hacer foco sobre el enorme fuego dentro de esa pequeña pantalla.
"¿Sabés lo que pasó? Los bomberos no podían entrar. La gente, en vez de salir, quería irse en auto", dijo una muchacha que estaba con los hermanos Villadeamigo. Nicolás Gutiérrez, de 45 años, dijo: "Te juro que pensé en Paraguay, ¿Te acordás?"
Claro. Quién puede olvidar la catástrofe del Ycuá Bolaños, en Asunción del Paraguay, que se cobró 400 vidas. Tal vez también pensaron algunos en otra tragedia, más cercana en el tiempo, la de Cromagnon, donde fallecieron 193 personas.
Pero nada de esto ocurrió. No hubo ningún muerto. El jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Isidro, comandante mayor Javier Ozan, dijo: "Tardamos 15 o 20 minutos en poder entrar. Todos querían salir en auto, hubo embotellamiento y no podíamos entrar". Finalmente entraron. Eran 70 hombres de 25 dotaciones de bomberos, que rápidamente desplegaron su equipos frente al shopping.
A las 21.10, la conflagración había sido controlada. Adentro, el aire olía a plástico quemado, que era más intenso a medida que uno se acercaba al tercer piso. Alguien gritó: "Cierren las bocas". Las mangueras empezaron a dejar de soltar agua, que chorreaba por las escaleras y llenaba las playas de estacionamiento.
En el tercer piso, el aire era casi irrespirable: "¡Salgan! El techo puede venirse abajo", dijo un bombero a LA NACION.
El gerente de Cencosud, Justo, afirmó que hoy, "como todos los días, el shopping abrirá sus puertas de 10 a 21. También abrirá el tercer piso, salvo el sector donde ocurrió el incendio".
Dos antecedentes
- Muy lejos de equiparárseles por resultados, el incendio de Unicenter remite a dos antecedentes, ambos en Sudamérica. El 1º de agosto del año pasado, 464 personas murieron cuando, por motivos nunca aclarados, se inició un fuego que destruyó el shopping Ycuá Bolaños, de Asunción del Paraguay. El complejo se convirtió en una trampa mortal porque, para evitar robos, sus dueños decidieron cerrar las puertas. Tres años antes, el 29 de diciembre de 2001, los fuegos artificiales hicieron arder por completo el complejo comercial Mesa Redonda, en pleno centro de Lima, Perú: hubo 453 víctimas, entre muertos y desaparecidos.