Misterioso robo en una casa de Yabrán
Otro singular episodio rodea la figura del desaparecido empresario Alfredo Yabrán. El que fue uno de sus domicilios en vida, una cómoda residencia en las barrancas de Acassuso, fue el escenario de un misterioso robo protagonizado por un joven de 18 años.
A las 16.30 del viernes último, dos jardineros cumplían con sus tareas de mantenimiento en los amplios espacios verdes de la casa de Pueyrredón 1501, a pocos metros de la ribera.
Según confiaron los investigadores, uno de los jardineros fue sorprendido dentro de la casa por un hombre encapuchado, todo vestido de negro, que llevaba en una mano una bolsa de residuos negra, de las tipo consorcio. La otra mano, debajo del abrigo, hacía parecer que lo apuntaba con un arma de fuego: "Dale, dame toda la plata."
El jardinero le dijo que no tenía dinero y, para convencerlo, le mostró los bolsillos vacíos de su pantalón. El ladrón, entonces, lo llevó para una habitación de la residencia que, según las fuentes, ocupaba el fallecido empresario para descansar y realizar algunas actividades personales.
Cuando ingresaban en ese ambiente, el jardinero observó que el delincuente no llevaba ningún arma debajo de su abrigo y no dudó. Se abalanzó sobre él y se trabaron en lucha. En un momento, según relataron las fuentes, el ladrón recibió en la cabeza un duro golpe con un grueso trozo de madera y quedó medio atontado.
El jardinero salió a pedir ayuda a su compañero, que estaba en el jardín, para que alertara a la policía. En esa ocasión, el hombre de negro tomó algo parecido a un maletín negro y emprendió la fuga por una ventana. Ambos jardineros lo persiguieron hasta el muro de casi dos metros de alto que tiene la residencia sobre el lateral que da al Río de la Plata.
Para intentar frenar a los jardineros, el ágil encapuchado les arrojó lo que parecía ser el maletín -que finalmente era una videocassettera- que había robado de la casa y saltó el citado muro. Pero, no advirtió que del otro lado de la tapia, debido a la pronunciada barranca hacia el río, el muro tiene casi siete metros de alto.
Según vecinos, en su dolorosa caída, el ladrón perdió sus zapatillas, las que tomó de inmediato y, con ciertas dificultades motrices, inició su huida. Pocos minutos después, patrulleros y efectivos de la comisaría 4a. de San Isidro iniciaron un rastrillaje en la zona y lo detuvieron en el baño de un bar de Libertador y Perú, a pocas cuadras de la residencia de Yabrán. No opuso resistencia y se entregó.
Se estableció que el delincuente tiene 18 años y vive en la villa La Cava.
Surgen sospechas
Hasta aquí, todo hace parecer que fue un simple intento de robo, pero los investigadores tienen otras sospechas. No pueden entender cómo este joven ladrón eludió todas las cámaras, con sensores de movimientos, colocados en los jardines de la residencia, que hasta graban los sorpresivos movimientos de los pájaros.
Pero, lo más sorprendente, según confiaron las fuentes, es que junto a la videocassettera que tomó el ladrón estaba una caja negra de titanio, de la misma dimensión del aparato sustraído, que estaba cerrada y contendría papeles personales de la familia del fallecido empresario.
El fiscal Jorge Apolo, a cargo del caso, sabe que se suceden con asiduidad este tipo de hechos, en los que jóvenes y atléticos ladrones solitarios irrumpen en casas para robar determinados elementos de valor. Ahora, quieren saber quiénes les efectúan los encargos y qué se pensaba robar, realmente, en la residencia de la calle Pueyrredón, donde ya no vive nadie.