Misterio en la Cordillera: aún no saben dónde cayó una “bola de fuego” que iluminó los cielos de Mendoza y de Chile
El hecho se produjo esta madrugada; los especialistas señalan que es usual la caída de bólidos, pero que, con el mayor acceso a cámaras y celulares, se registran más
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MENDOZA.- El fenómeno astronómico que iluminó el cielo, al parecer en el medio de la Cordillera de los Andes, no deja de generar sorpresa e interrogantes, sobre todo porque nadie sabe exactamente en qué lugar puntual se produjo. Sin embargo, de acuerdo con la explicación de los especialistas, es usual que ingresen meteoroides, como los denominan, en la atmósfera, se conviertan en bolas de fuego y, finalmente, se desintegren antes de tocar la Tierra. Además, indicaron que hoy la tecnología, sobre todo por las cámaras fijas dispuestas en diversos sitios y el acceso de la población a celulares, permite tener con mayor frecuencia videos de estos fenómenos cuando ocurren por las noches.
El evento lumínico se pudo observar antes de las 6 de hoy desde diversos sitios de Mendoza y Chile, pero no se logró determinar el sitio exacto del impacto. Además, hubo reportes de personas que aseguran haber observado una “bola de fuego” similar en México y Nueva Zelanda. Fueron varios los videos que circularon por las redes sociales.
“Lo que podemos decir es que este evento ocurrió, pero no estamos seguros de la dirección, porque nadie lo pudo determinar. Además no hubo ruido, así que fue lejos de las ciudades donde se observó el fenómeno. Y es importante saber dónde fue, tener una posición segura del evento. Es difícil hacer afirmaciones de una filmación”, contó a LA NACION, Beatriz Elena García, doctora en Astronomía y directora del Observatorio Pierre Auger, ubicado en Malargüe, en el sur mendocino. “Por ejemplo, en la zona montañosa de Uspallata nadie escuchó nada, y en las imágenes no se logra ver la Cordillera, pero todo indicaría que fue allí, bien lejos. Lo que sí podemos decir es que no parece chatarra espacial: se ve un bólido y el objeto luego se desintegra en la atmósfera”, comentó y aclaró que la caída del objeto no representó ningún riesgo para la población.
“Son meteoros que entran en la atmósfera; son rocas que están dando vueltas en el espacio y, al interactuar con las fuerzas gravitatorias de la Tierra, ingresan. Por suerte, la atmósfera está compuesta de partículas, de gases, responsables de frotar la piedra, generando fuerzas de rozamientos, que se transforman en energía calórica que hacen que el objeto se desintegre. Algunos lo hacen con mayor facilidad, la mayoría, pero todo depende del tamaño. Si tienen dimensiones considerables pueden llegar a la Tierra y formar algunos cráteres, pero no es este caso. Es un proceso bastante común, por eso se observan esos fuegos en el cielo”, explicó Jorge Cataldo, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), que ha desarrollado diversos proyectos de astronomía para estudiantes.
Cámaras
El acceso de la población a la tecnología, ya sea por las cámaras de los celulares o las grabaciones de los dispositivos dispuestos por las empresas o el Estado en lugares estratégicos, facilitan encontrarse cada vez más seguido con este tipo de eventos astronómicos, sobre todo cuando cae el sol. “De noche es más fácil observar estos fenómenos, y es usual que pase esto: caen muchos meteoroides, la mayoría se prenden fuego al rozar con la atmósfera, pero lo que llega al suelo suele ser pequeño. Además, que lo registre una cámara está empezando también a ser normal”, añadió la especialista.
Los expertos consultados por este medio indicaron que es común el ingreso de meteoroides en cualquier momento de una jornada. Así cuando un meteoro atraviesa la atmósfera, generando el efecto lumínico, y toca la Tierra se lo denomina meteorito. “Se estima que cae una tonelada de material interplanetario por año, son muchos, pero la mayor parte son granos como los de arena. Los bólidos suelen ser pequeños, medir centímetros y llegar a iluminar mucho. Si fueran grandes llegaría algún fragmento a la Tierra. Además, estallan porque aumenta la temperatura y la presión. Y de noche se los detecta bien; de día también caen y nadie se da cuenta”, señaló García.
En Chile, del otro lado de la Cordillera, también hubo gran repercusión en las redes sociales. Un usuario de Twitter compartió en su cuenta un video del bólido cayendo supuestamente sobre la localidad de Peñalolen Sur, al este de Santiago de Chile. “Vista de meteorito sobre Chile, gracias a cámaras de Ledrium [una compañía de Internet chilena]”, posteó Felipe Curico.
“Estamos en presencia de un fenómeno natural muy bonito, muy llamativo y muy vistoso. Hay que tener mucha suerte para estar en el lugar adecuado, en el instante preciso para poder ser testigo”, expresó Ricardo Demarco López, miembro del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción de Chile, en el portal de noticias de esa institución. En tanto, Sando Villanova, colega e investigador de ese casa de altos estudios, señaló: “Probablemente, la bola de fuego era del tamaño de una piedra chica, que por su velocidad, al entrar a la atmósfera, se incendia, alcanza temperaturas muy altas, de miles de grados y se evapora completamente”.
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