“Misión Volver”: cómo avanzan las universidades en el regreso a las aulas de todos los alumnos
Más establecimientos recurren a salones híbridos, prioridad para los estudiantes de los primeros años, clases teóricas cara a cara y exámenes que también se toman de manera presencial
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La vuelta a la presencialidad plena en las universidades, con todos los estudiantes sentados frente a sus profesores en todas las casas de altos estudios del país, será una postal que deberá esperar algún tiempo más. Pero, en el camino para el regreso a las aulas, son cada vez más los establecimientos que dan nuevos pasos: salones híbridos, prioridad para los alumnos de los primeros años, clases teóricas cara a cara y exámenes que también se toman de manera presencial.
Tras la batería de anuncios que hizo el Gobierno sobre flexibilizaciones y ampliación de aforos para eventos, espectáculos artísticos y deportivos, entre otros, la omisión de cómo seguirá el plan para las universidades generó polémica en las redes sociales, en las que circularon mensajes sobre la necesidad del regreso a las aulas.
Luego, el flamante ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, explicó: “Uno no puede en la mitad de un cuatrimestre cambiar la modalidad de cursada, porque la universidad no tiene un solo impacto territorial”. Y continuó: “En las universidades hay chicos de la ciudad y del conurbano, pero también de distritos del interior, que venían y alquilaban una casa o un departamento”.
El funcionario también señaló que si se cambia el régimen de cursada durante un cuatrimestre, se rompería el contrato académico, lo que generaría más perjuicios que ventajas para los estudiantes. “Las universidades han garantizado la presencialidad en todo lo que es inexcusable: prácticas de salud humana y de salud animal, laboratorios de ciencia, de básicas, todo lo que requiere prácticas y manipulaciones”, reforzó el ministro.
En el mapa actual de las universidades argentinas, los escenarios son múltiples, según cada jurisdicción. Mientras que algunas aún no han retomado las clases presenciales teóricas, la mayoría transita de manera paulatina y progresiva el retorno a las aulas.
De acuerdo con varias casas de altos estudios consultadas por LA NACION, el armado de la logística para recibir a los alumnos y tener “algo de normalidad” antes de fin de año acumuló varios meses de trabajo. En todos los casos, el proceso implicó redactar un protocolo que debió ser aprobado por la autoridad sanitaria local y luego presentarlo ante el Ministerio de Educación de la Nación, que también debió dar el visto bueno.
Inversión en equipamiento
En la Capital, por ejemplo, el 6 de este mes volvieron las clases presenciales a la Universidad Católica Argentina (UCA) en el Campus Puerto Madero, de manera progresiva y paulatina, “en línea con la autorización que ha sido otorgada por el Ministro de Educación de la Nación”, explican desde la institución. Diego Muñiz es el director de Asuntos Institucionales y cuenta que, gracias a una fuerte inversión, hoy disponen de 275 aulas híbridas que ofrecen la posibilidad de dar clases presenciales y virtuales al mismo tiempo. “Los que hoy están yendo a la universidad son los alumnos de primer y segundo año, que no habían tenido su experiencia universitaria de manera presencial. Ya son varias las carreras que se sumaron, como Psicología, Música, Sociales, Medicina, Ingeniería. Volvimos con un muy buen comportamiento de los alumnos, que respetan todos los protocolos y se adaptaron muy bien al nuevo escenario”, describe.
En el caso de la Universidad Austral, que tiene sedes en la Capital, Pilar y Rosario, los escenarios son diversos. En la provincia de Santa Fe, por ejemplo, ya volvió la presencialidad para todas las carreras, con modalidad híbrida. En el resto de las sedes, hoy se dictan clases de materias que requieren prácticas presenciales y clases teóricas, en las que se mantiene el distanciamiento y se usa de manera obligatoria el barbijo. “Podemos tener hasta un 70% de aforo cumpliendo con la distancia requerida. Cuando la cantidad de alumnos supera el aforo permitido de las aulas, aplicamos la modalidad híbrida con alternancia”, explica Susana Urrutia, vicerrectora de Alumnos y Extensión Universitaria de la institución.
También en la Universidad de Buenos Aires (UBA) se dieron los primeros pasos hacia la presencialidad a mitad de agosto. Luego de tres cuatrimestres completos bajo la modalidad virtual, los alumnos de las facultades de Derecho y Ciencias Económicas iniciaron la segunda mitad del ciclo lectivo con el dictado de algunos cursos en las aulas.
La Misión Volver es una estrategia para regresar de forma paulatina a través de clases híbridas, con una gran inversión de equipamiento tecnológico y entrenamiento al equipo docente, que puso en marcha durante el primer semestre del año la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). La iniciativa empezó a concretarse el martes 17 de agosto, con estrictos protocolos, luego de la aprobación de las autoridades gubernamentales. “Si bien la satisfacción por parte de estudiantes y docentes ha sido muy alta gracias a las más de 40.000 clases online, entre carreras de grado, programas de posgrado y cursos extracurriculares que se dictaron en los últimos 18 meses, creemos en la superioridad de la educación presencial, gracias a las interacciones e intercambios que ocurren con el contacto cara a cara”, indica Juan José Cruces, rector de la universidad.
Antes del ingreso al campus de la UTDT, y por única vez, los estudiantes deben completar con carácter de declaración jurada un cuestionario sobre la aceptación del conocimiento acerca del protocolo vigente, que impuso un único sentido de circulación dentro del establecimiento para evitar aglomeraciones, la obligatoriedad del uso de tapabocas en todo momento, la distancia de 1,5 metros entre personas y el límite de aforo en las aulas de un 33%. “Los exámenes parciales de este mes se realizan de forma presencial, aunque en casos excepcionales es posible rendir de manera virtual”, señala Cruces.
Como vicerrectora académica de la Universidad del Salvador (USAL), Romina Cavalli cuenta que desde principios de año se pusieron en marcha actividades de revinculación. “Talleres, laboratorios, encuentros dirigidos, siempre con los protocolos y las autorizaciones correspondientes. La universidad siempre estuvo activa”, refuerza Cavalli.
Desde la Universidad de Palermo, Matías Popovsky, se entusiasma con el nuevo escenario de habilitaciones y señala que “continuamente” se incorporan más actividades presenciales, que en este semestre –aclara– son optativas. “Durante este año las clases continuarán ofreciéndose en modalidad online, cumpliendo los cronogramas y contenidos establecidos y profundizando las comunidades de aprendizaje a distancia que tan buen resultado dieron hasta ahora”, dice.
El doble de alumnos
En el caso de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), a partir de la mejora en la situación epidemiológica general se decidió incrementar sustancialmente la cantidad de clases que se dictan en modalidad presencial, según informan desde la institución; esta última semana se duplicó la cantidad de alumnos presenciales con respecto a la anterior. “En todos los turnos en que existe disponibilidad de aulas hoy se dictan clases en modalidad híbrida, con los docentes y un grupo de alumnos presencialmente en el aula asignada y el resto de los alumnos conectados en forma remota –señalan en UADE–. Esta decisión constituye un nuevo paso en el regreso paulatino al modelo presencial, ya que desde el inicio del primer cuatrimestre estamos dictando clases prácticas presenciales en laboratorios y talleres para todas las carreras de la universidad, además de tomar exámenes presenciales finales”.
La UADE implementó un sistema de grupos presenciales rotativos, con asistencia obligatoria de acuerdo con el aforo de cada aula. “Quedan exceptuados los alumnos que residan fuera de la ciudad o el Gran Buenos Aires, o que acrediten situaciones de salud o algún otro criterio comprobable”, puntualizan.
En una primera etapa, comenzaron por las materias que pedagógicamente requerían mayor presencialidad y contacto directo con los docentes, y que además se corresponden con los primeros años de las carreras. “Se pensó en la importancia de incorporar rápidamente a la vida presencial universitaria a aquellos alumnos que, dado el desarrollo de la pandemia, iniciaron sus carreras de manera remota, con escasa o nula presencia en las aulas. Después fuimos sumando a los alumnos de años superiores e iremos incrementando los cursos presenciales hasta que, si las condiciones epidemiológicas lo permiten, alcancemos la normalidad”, dicen esperanzados los directivos de la UADE.
Las clases presenciales también llevan un proceso gradual en la UCES. “Se hace por la modalidad híbrida luego de un gran esfuerzo de capacitación a los docentes y una inversión acorde como para instalar la tecnología adecuada, que facilite el dictado simultáneo de clases tanto para los alumnos que asisten de modo presencial como para los que siguen virtualmente -dice Gastón O’Donnell, rector de la universidad-. Esto se suma a las actividades presenciales que ya se venían desarrollando, fundamentalmente prácticas, talleres y el uso del hospital de simuladores para el área de salud”.
Los alumnos de la Fundación Barceló también volvieron a las aulas a partir de agosto, de acuerdo con cronogramas progresivos, junto la puesta en marcha de aulas híbridas. “Las prácticas se vienen desarrollando en los laboratorios y en los hospitales-escuela en la medida en que lo permite el contexto epidemiológico. Toda la institución acompaña este proceso –relata Axel Barceló, vicerrector de la institución–. En las sedes de La Rioja y Santo Tomé, en Corrientes, tenemos esquemas similares, con algunas variaciones que dependen de las restricciones que establece cada jurisdicción. Pero el objetivo es alcanzar la presencialidad plena”.
En la misma sintonía que el resto de las casas de altos estudios consultadas, la Universidad de Belgrano (UB) reinició las actividades académicas presenciales, que comenzaron por las carreras de Ciencia Política, Gobierno y Administración, Relaciones Internacionales, Arquitectura y Ciencias de la Comunicación. “En el transcurso de los próximos días se hará lo propio con las de Dirección y Producción de TV, Cine y Radio, Publicidad, Diseño de Indumentaria e Ingeniería Civil, mientras que la semana que viene se sumará el resto de las carreras”, anunció Ana Linares, vicepresidente de Docencia e Investigación de la UB.
“El aforo máximo de cada clase es de 20 alumnos, lo que permite mantener en todo momento una distancia mínima de 1,5 metros entre cada estudiante, sumado al uso obligatorio de tapabocas y a la circulación cruzada de aire -refuerza Linares-. Para ingresar a la universidad, además, los alumnos deben contar con un turno asignado previamente y completar una declaración jurada referente a la ausencia de síntomas”.
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