Temporal en Miramar: murió un joven de 17 años y hubo graves destrozos en la ciudad
Tenía lesiones gravísimas en el cráneo y en sus órganos internos; por lo vientos, se volaron techos y hay alerta en la costa
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MIRAMAR.– Un temporal causó un muerto y provocó graves destrozos en la tarde del martes en la ciudad balnearia. La violencia del viento hizo volar techos de casas, locales comerciales, y casi por completo el de la Terminal.
La víctima fatal fue identificada como Benjamín Carmona, de 17 años, y habría sido golpeado por la rama de un árbol que cayó por los fuertes vientos cerca de su casa, en el Barrio Los Pinos, a unas 30 cuadras del centro, según publicó la agencia Télam.
Tras ello, fue trasladado con vida al hospital de Agudos de Mar del Plata, con heridas profundas en el cráneo y en sus órganos internos, pero ante la gravedad del cuadro, lo derivaron. Poco después, falleció.
Además del joven, hubo, por otra parte, varios heridos.
La mitad de la población afrontaba, hasta el cierre de esta nota, este escenario sin suministro eléctrico, que fue cortado en algunas zonas por la caída de postes y cables de transporte domiciliario de energía y en otras, por una absoluta precaución para evitar riesgo de accidentes.
Las cuadrillas de trabajadores municipales, con apoyo de personal policial, se desplegaban por distintos puntos críticos, donde el mayor volumen de daño provocó este fenómeno meteorológico, que quienes lo vieron venir en vivo no dudan en calificar como “una tromba”.
“Eran dos conos que avanzaban en círculo y que se unieron cerca de la diagonal, casi en la esquina de 38 y 11″, contó a LA NACION un funcionario municipal al que la situación lo sorprendió a una cuadra de ese epicentro, en momentos en que estaba cargando nafta en una estación de servicio.
A 100 metros de allí, se advertía uno de los focos principales de los destrozos. El local gastronómico La Chocolata quedó con los ventanales destrozados y el techo de la planta alta quedó a más de 100 metros, por la calle 11. En el camino derribó postes de alumbrado con el correspondiente cableado.
“Los daños son importantes, estamos recorriendo”, dijo a LA NACION el intendente de General Alvarado, Sebastián Ianantuonny, que recorría estos puntos críticos, donde el esfuerzo estaba puesto el retirar restos de mampostería, chapas y tirantes, además de árboles que cayeron sobre calles y también, sobre automóviles estacionados.
En la terminal se cayó el techo del ala que da a las dársenas de salida de los ómnibus. No solo volaron las chapas, sino que cedió la estructura de soporte y hasta las vigas de cemento que lo sostenían.
Esos destrozos también alcanzaron al interior del local, donde el sector de gastronomía también se vio afectado con la voladura de parte del techo, lo que provocó filtraciones y daños en todos los ventanales y cañerías exteriores.
“Se movía todo, ni lo vimos venir”, señaló una mujer que esperaba en la estación para tomar un ómnibus cuando el temporal llegó a su peor momento. Afirmó que todo se puso oscuro y de repente el techo hacía un ruido ensordecedor. “Eran como si le estuvieran tirando con ladrillos desde el cielo”, comentó.
Desesperación
Comerciantes que se encontraban sin suministro eléctrico estaban en plena búsqueda de equipos electrógenos con la desesperación por la mercadería fresca, sobre todo, por el riesgo de perder la cadena de frío. “Esperamos que pronto se restablezca el servicio porque si no no sé qué vamos a hacer con todo lo de heladera”, señaló un comerciantes de 38 y 11, que se salvó de los daños en el local pero teme perder y mucho por la falta de electricidad.
La Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario también quedó afectada, en particular el parque que la rodea. Es uno de los espacios verdes que sufrió la mayor cantidad de caída de árboles.
Aunque entre los más perjudicados se cuentan quienes tiene sus stands en la Feria de Microemprendedores, en la plaza que se encuentra en el corazón de la ciudad, junto al skatepark. La estructura es metálica, pero su cubierta es de lona. La primera quedó torcida, sacudida por los cimbronazos de los fuertes vientos que convirtieron el manto que la cubre en un verdadero bollo . “Nos arruinó, justo cuando más gente hay”, contó uno de los puesteros, mientras embolsaba sus artesanías para retirarse del lugar.
Esta situación se asemeja en sorpresa y violencia a la que se dio hace casi un mes en Bahía Blanca. Allí los vientos también arrasaron con techos, árboles y paredes. Una de estas últimas correspondía al gimnasio del Club Bahiense del Norte, donde fallecieron 13 personas que estaban en una tribuna, esperando para presenciar un espectáculo de patín artístico.
Desde entonces se da una sucesión de hechos de estas características, aunque de menor violencia. En mayoría de los casos sobre la costa. En particular en Mar del Plata y alrededores, donde durante esta semana se dieron al menos tres jornadas consecutivas con tormentas. Fueron lluvias y descargas eléctricas, pero en ningún caso con la capacidad de daño de lo que se vivió hoy aquí en Miramar.
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