“Mimetismo molecular”. Virus genéticamente modificados “se roban” las proteínas del VIH y abren el camino a nuevos tratamientos
Tras lograr prometedores resultados en monos, los científicos planean testearlos en algunos pacientes infectados y que tienen otros problemas de salud
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NUEVA YORK.- Los científicos acaban de desarrollar una nueva arma contra el VIH: un mimetismo molecular que invade una célula y “se roba” las proteínas esenciales del virus de inmunodeficiencia humana. Un estudio publicado el jueves en la revista científica Science revela que ese “ladrón viral” impidió la multiplicación del VIH en monos de laboratorio.
Ese nuevo abordaje terapéutico muy pronto será puesto a prueba en humanos: cuatro o cinco voluntarios con VIH recibirán una sola inyección del virus genéticamente modificado, señalan los responsables del estudio. “Es inminente”, dice Leor Weinberger, virólogo de la Universidad de California en San Francisco, quien dirigió el flamante estudio.
En una infección común de VIH, el virus se cuela dentra de una célula inmunitaria y toma de rehén el ADN de su anfitrión para hacer copias de sí mismo, que luego eclosionan fuera de la célula que los alojaba. Cuando la cantidad de células infectadas se multiplica, el sistema inmunitario colapsa y el paciente desarrolla sida.
Durante décadas, los científicos se ocuparon de desarrollar drogas contra el VIH que atacan el virus en sí mismo. Algunas de esas drogas, por ejemplo, impiden que una proteína llamada “proteasa” active el VIH, y otras drogas, como el lenacapavir, son inhibidores de la cápside, la capa de proteína que protege el material genético del VIH, y de las enzimas necesarias para su multiplicación. La semana pasada, otros investigadores informaron que habían logrado mantener bajos los niveles de carga viral de VIH durante seis meses con una sola aplicación de lenacapavir.
Hace veinte años, el doctor Weinberger se propuso intentar un camino totalmente diferente: desarrollar un “virus impostor” que interfiriera en el ciclo normal de vida del VIH.
“Me preocupaba un poco que la gente me tomara por un loco, y no sin motivo”, recuerda Weinberger.
Weinberger y sus colegas se dedicaron durante años a desarrollar lo que ahora llaman “partículas de interferencia terapéuticas”, (TIPs, por sus siglas en inglés), que contienen aproximadamente la mitad del material genético del VIH normal.
Weinberger y sus colegas descubrieron que en un contexto de laboratorio -concretamente, en una placa de Petri- los TIPs que habían desarrollado podían infectar células inmunes humanas e insertar sus genes en el ADN de esas células. Lo que no lograban era que las células produjeran nuevos virus.
Sin embargo, si se añadían partículas de VIH a una célula infectada con TIPs, éstas lograban replicarse. La célula también creaba su cápside o envoltura de proteínas, algunas llenas de genes de VIH y otras llenas de genes TIP.
Weinberger y sus colegas diseñaron las TIPs para que penetraran mejor esa envoltura proteica. Cuando las células infectadas hacían eclosión, liberaban tres veces más TIPs que virus de VIH.
Los investigadores entonces predijeron que esa ventaja debería permitir que las TIPs redujeran rápidamente el VIH a niveles muy bajos. Para probar su hipótesis, realizaron un experimento con monos.
Así que infectaron a los monos con una versión primate del VIH —llamada VIS— que por lo general termina con la vida del animal en cuestión de semanas. A continuación, inocularon a los monos con una sola inyección de TIPs.
Y tal como habían previsto, el tratamiento redujo el nivel del virus en un 10.000%. Casi todos los monos que recibieron las TIPs sobrevivieron, y no mostraron signos ni síntomas de sida. “Estaban sanos según todos los parámetros que pudimos verificar”, apunta Weinberger.
Sobre la base de esos prometedores resultados, Weinberger y sus colegas ahora avanzan hacia un ensayo de este tratamiento experimental en humanos, y ya han reclutado a voluntarios infectados con VIH que también son enfermos terminales de cáncer u otras enfermedades.
Su intención es inocular a los voluntarios con una única dosis de TIPs. Si la evolución de los pacientes es buena, el equipo de Weinberger ampliará el ensayo a voluntarios infectados con VIH que no sean enfermos en fase terminal, y predicen que las TIPs reducirán la carga viral de esos pacientes. Si los TIPs superan los ensayos clínicos en humanos, Weinberger espera que puedan utilizarse para ofrecer más protección contra el sida en los países pobres. Los inhibidores de la proteasa que existen actualmente requieren dosis diarias que son demasiado costosas para que la mayoría de las personas con VIH puedan acceder a ellas. Y aunque el lenacapavir puede ser más eficaz, tampoco es fácil garantizar que las personas se la apliquen dos veces al año.
El nuevo estudio de Weinberger sugiere que una sola inyección de TIPs puede mantener el VIH en niveles bajos de forma permanente. Este tratamiento no sóolo retrasaría el desarrollo del sida, sino también reducir el riesgo de transmisión del VIH a otras personas.
“Virus tramposos”
Asher Leeks, un virólogo de la Universidad de Yale que no participó de la investigación, dice que el hallazgo representa un gran paso adelante en el estudio de los llamados virus tramposos. Los investigadores los vienen estudiando desde hace décadas, pero solo en los últimos años científicos como Weinberger han intentado convertirlos en tratamientos médicos.
Leeks dice que hay otros virus que también podrían ser atacados con la misma estrategia. “En principio, es un enfoque universal que puede servir para el desarrollo de otros antivirales”, anticipa el científico.
Pero los tratamientos basados en virus tramposos también plantearían nuevas cuestionamientos éticos, apunta Benjamin tenOever, virólogo de la Universidad de Nueva York. Los TIPs del doctor Weinberger se insertan en el ADN de las células inmunes de un paciente, y como resultado se convierten en una parte permanente de su cuerpo: si resultan tener efectos secundarios inesperados, tal vez ya no sea posible eliminarlos.
Y también podría pasar que las personas inoculadas con TIPs se las transmitan a otros. Los médicos pueden obtener el consentimiento de los pacientes para tratarlos con TIPs, pero nunca podrán anticiparse y obtener el consentimiento de otra persona que pueda infectarse con ellas.
“Como muestran claramente los datos, las TIPs del VIH funcionan”, dijo el doctor tenOever, y añade: “Pero no estoy seguro de que el mundo esté preparado para recibirlas.”
Carl Zimmer
(Traducción de Jaime Arrambide)
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