“Millones de ejemplares”: por qué Buenos Aires se llenó de mariposas
Son de la especie Junonia genoveva, también conocida como “cuatro ojos”; sorprendieron a los vecinos en un extenso corredor de la provincia y la ciudad, e incluso en Santa Fe
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Hace tiempo que no se veía un espectáculo tan alegre en el cielo: millones de mariposas volando juntas en sentido norte. El fenómeno sorprendió a vecinos de San Isidro, cerca de la reserva Ribera Norte, pero también de la zona de Hudson, cerca de La Plata. Se las vio además en la Reserva Ecológica Costanera Sur, en el sur de la ciudad, así como en los jardines de distintos barrios porteños y localidades bonaerenses. E incluso en los balcones de los edificios de los rincones más urbanizados, donde sus habitantes no suelen encontrarlas.
Fueron tantas que las postales más lindas de quienes lograron retratarlas se empezaron a replicar en las redes sociales. Y la gran pregunta, que revoloteaba, como ellas, por todos lados: ¿por qué hay tantas mariposas en Buenos Aires?
La explicación la aporta Ezequiel Núñez Bustos, investigador del Conicet especializado en lepidopteras, a quien todos conocen como “Mr. Butterfly”, porque lepidopteras son justamente las mariposas y las polillas. Además, trabaja en el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Parque Centenario y es autor de varios libros sobre mariposas. “Estamos viendo migración de la ‘cuatro ojos’, son millones de ejemplares que están volando en dirección norte”, explica. Así es como se conoce a un tipo de mariposa típica de esta región, cuyo nombre científico es Junonia genoveva hilaris. “Es muy claramente identificable por los cuatro ocelos en las alas. Contra lo que muchos creen, esta es la mejor época de las mariposas: el fin del verano y el otoño, no la primavera. En esta época, las mariposas empiezan a migrar hacia el norte, en busca de zonas más cálidas. Antes de irse, cumplen su ciclo reproductivo y dejan huevos, orugas o crisálidas, que van a eclosionar en la próxima temporada. La primera migración se dio los primeros días de marzo y ahora estamos viendo la segunda”, detalla Núñez Bustos.
Ni vienen de Uruguay, como se decía en las redes, ni viven de uno a tres días, como dice el mito urbano. Este tipo de mariposas viven entre diez días y tres semanas. Y según señala el especialista, las intensas lluvias que se registraron en los últimos días fueron ideales para que las orugas y las crisálidas completaran su ciclo. Así como nacieron millones de mosquitos, las condiciones de humedad también ayudaron al florecimiento de las mariposas. “Si uno se fija, todas están volando en dirección norte, son grandes corredores de mariposas”, cuenta. Ayer, por ejemplo, el investigador fue a la costa de Hudson, cerca de La Plata, y allí se encontró con miles de mariposas que por la mañana se alimentaban de las flores y hacia el mediodía habían emprendido vuelo masivamente. Según pudo observar y fotografiar, muchos son ejemplares de reciente aparición, ya que sus alas estaban sanas y los colores eran muy vivos.
“Las hembras tienen un color amarronado en el centro y los machos, más violáceo”, describe Regina Petazzi, bióloga, que junto con un grupo de vecinas del barrio Santa Bárbara, en Tigre, instalaron un jardín de mariposas: la idea fue plantar especies nativas para recuperar y atraer a las mariposas. Y por estos días, las vieron en su mejor momento.
Los mensajes en las redes daban cuenta de vecinos que las habían observado en distintos puntos. Como Gastón Rodríguez Touron, que ayer quedó envuelto en una nube de mariposas mientras recorría un predio cerca de un campo de deportes municipal en San Isidro. También hubo vecinos de Nordelta que se sorprendieron por verse rodeados por miles de mariposas cerca del estacionamiento del supermercado que está detrás del colegio San Lucas. A principios de marzo, en la cuenta de Instagram de la reserva Ribera Norte de San Isidro se publicó un video en el que se veían miles de ejemplares alimentándose en las flores.
“Todo el mundo ha visto en casi todos lados. Esta especie habita en el centro y Norte del país, llegando hasta Salta. Como está cambiando el clima, este mes las vamos a ver en otros lados. También están en otros países, como Uruguay o Paraguay”, afirma Débora Tanoni, del Club de Observadores de Mariposas (COM). “Todavía está bastante poco estudiado su comportamiento. Por eso no sabemos hasta dónde van a migrar”, añade. En las redes hay registros que señalan haberlas visto por estos días en la provincia de Santa Fe, en la ciudad de Esperanza, volando hacia el norte. Según Tanoni, hay una aplicación que se llama Argentinat, desde la cual la gente puede sumar sus fotos y videos. “Eso se llama ciencia ciudadana y ayuda mucho a la investigación. Por ejemplo, antes de la pandemia, había descriptas 1300 especies de mariposas en la Argentina, pero desde 2020 ya se sumaron varias especies más, gracias al aporte de la gente”, dice.
Otros de los cambios que favorecen la proliferación de mariposas es que la gente se está volcando a plantar especies nativas. Después de la pandemia proliferaron grupos que organizaron sus propios jardines de mariposas, que no era otra cosa que plantar especies nativas hospederas de las mariposas en sus distintos estadíos; hace unos años había decrecido la población de mariposas en la ciudad. Si bien tiene varios depredadores en sus distintas etapas, como las avispas en su etapa de orugas o los pájaros en su fase de mariposas, son el cemento y las especies de plantas foráneas las principales causas de que vayan mermando. También, durante las sequías, como en los últimos veranos, no solo faltaban las condiciones de humedad necesarias para que desarrollen sus alas, sino que también proliferan las avispas, y esto va en detrimento de las mariposas.
En Villa del Parque, por ejemplo, la bióloga del INTA Romina Suárez alentó a los vecinos durante la pandemia a plantar especies nativas para fomentar un corredor verde, sobre el pasaje Toay, tendiente a que volvieran las mariposas. Y no tardó mucho hasta que se empezaron a ver los efectos de este aporte ciudadano. “En el pasaje las estamos viendo mucho más, evidentemente hubo un crecimiento poblacional, las vemos pasar por la avenida Nazca como los autos y al pasaje vienen a alimentarse de las especies que están en floración”, comenta Suárez. “Esta especie puede hospedarse en distintos tipos de plantas y tiene vuelo bajo, por eso se la ve bastante”, agrega. Incluso ahora está trabajando en un proyecto para incluir la presencia de mariposas como un indicador de biodiversidad.
En los próximos días, explica Tanoni, vamos a ver olas migratorias de otras mariposas. También vamos a ver por estos días muchas de las llamada “limoncito” y de uno que lleva una marca roja. Todo marzo y abril, hasta que baje la temperatura, va a ser ideal para la observación de mariposas, apunta.
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