Miles de personas, en la peregrinación a Luján
Partieron desde Liniers para llegar a la basílica; promesas y agradecimientos, los motivos del recorrido
LA NACIONMercedes Uranga
Una promesa, una intención o simplemente agradecer a la Virgen de Luján son algunos de los motivos por los que, año tras año, miles de peregrinos caminan alrededor de 60 kilómetros desde el barrio porteño de Liniers hasta la Basílica Nuestra Señora de Luján. Ayer, la 42° peregrinación volvió a convocar a una multitud.
La columna principal de fieles, que llevaba a cuesta la imagen de la Virgen, salió al mediodía del santuario de San Cayetano y esperaba llegar hoy alrededor de la 6.30 a plaza Belgrano, frente a la basílica. Se estima que el recorrido completo demanda unas 15 horas. Por eso, algunos fieles suelen hacer tramos más cortos.
"¿Porqué lo hago? Mi principal motivo es la fe, algo que no se ve ni se toca, se siente. Cada año, en medio del camino pienso: «No lo hago más», pero cuando llego y veo la basílica me retracto y ya quiero que sea octubre del año siguiente", comentó Milagros Alemano, de 29 años, aún con kilómetros por recorrer. Había salido desde Ituzaingó y llevaba 10 horas de caminata. Como cada octubre desde hace 10 años, la acompañaban familiares y amigos.
Entre cánticos religiosos y sacerdotes que estaban apostados al costado del camino para confesar o bautizar a los peregrinos, unos 6000 voluntarios identificados con pecheras alentaban, por megáfono, a los fieles y les ofrecían galletitas y vasos con agua para seguir.
"En el segundo puente del trayecto escuché cómo un sacerdote bautizaba a una chica llamada Florencia", contó Gustavo, de 50 años. Él caminaba por decimo séptima vez. En el camino había contabilizado más de 50 puestos sanitarios y cinco hospitales móviles.
"Nunca vi tanta policía como este año. Me pareció muy bien organizado", dijo. Ya en Luján, la leyenda en un cartel fijado a las rejas negras de una casa lo emocionó. "¡Fuerza peregrinos! Solamente faltan 11 cuadras", se leía en la pancarta.
A las 19, Rosario Pereda, de 26 años llevaba recorridos 32 kilómetros. "Vine porque tenía ganas de volver a dar gracias a la Virgen, traer intenciones y vivir la experiencia de la peregrinación, que es única", explicó la joven que caminaba junto con el Movimiento Apostólico de Schoenstatt.
Hoy, a las 7, habrá una misa que oficiará el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli.
Por Mercedes Uranga
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