El mito nació a mediados de los 70 en el pueblo de Villa Unión, una localidad de menos de 5000 habitantes ubicada en La Rioja. Un bebé momificado enterrado en el cementerio al que se le atribuyen milagros. Se trata de Miguel Angel Gaitán, que murió al año de vida. El nene provenía de una familia trabajadora de la ciudad y tenía 8 hermanos.
A cualquier persona que llegue hasta la pequeña ciudad, los pobladores le preguntarán si lo hizo para ver la tumba de de "Miguelito, el angelito". Los taxistas, el mozo del bar o cualquier vecino tiene un milagro o pedido cumplido por el bebé riojano, muerto en1967.
Desde la plaza central de Villa Unión, a unas diez cuadras en línea recta, queda el cementerio que hace poco fue rebautizado con el nombre de Gaitán. Allí van en procesión una vez al año todos los pobladores del pueblo y de otras localidades cercana del departamento Felipe Varela. Allí también cada 1º de julio, día del cumpleaños de "Miguelito", llegan miles de fieles con ofrendas para agradecer un milagro atribuido al bebé.
Nace el mito
Los registros oficiales indican que Gaitán murió de meningitis mientras era trasladado en una ambulancia a Chilecito en junio de 1967 y fue enterrado en Villa Unión.
Sin embargo, en diálogo con LA NACION, Javier Reinoso, que trabaja en el sector de turismo y es oriundo de la zona, explica que "en el pueblo se decía que el bebé había sido ojeado, por alguien que lo miro fijo, pero no lo acarició. Así es la creencia en estas zonas. Cuando un nene es observado fijamente hay que acariciarlo para evitar la transmisión de malas energías".
El cuerpo descansó realmente en paz hasta 1973. "Allí se cree que Miguel Ángel demostró por primera vez su poder - explica Reinoso-. En Villa Unión llueve muy poco y ese año una fuerte tormenta lavó la tierra del cementerio y movió la tapa de cemento del cajón, y dejó el cadáver parcialmente descubierto. Entonces descubrieron que el cuerpo de Gaitán estaba momificado y se mantenía en un relativo buen estado".
También los pobladores de Villa Unión recuerdan que se veían pisadas de niños alrededor de la primera tumba de Gaitán. "Se dice que el alma de Miguel Ángel salía de su cajón para jugar con sus amiguitos de la época", afirma el vecino.
A partir de 1973, la tumba del bebé se derrumbó varias veces más y la tapa del cajón también se volvió a correr. "Su familia decidió respetar esa voluntad, pero luego de que alguien aprovechara para cortarle una falange y robarle un anillo, decidieron mantenerlo a la vista pero en una caja con tapa de vidrio y dentro de un panteón más grande", relata Reinoso.
La madre de Gaitán se llamaba Argentina, pero en el pueblo todos la conocían como "mamita María". "Ella decía que Miguel Ángel quería ser visto por todos. Por eso ubicó esa tapa con vidrio", recuerda Reinoso.
Procesión a Villa Unión
Cada año se acercaba más gente por el boca a boca, que se extendió más allá de La Rioja. La tumba de "Miguelito" debió ser ampliada con dos habitaciones, para albergar las numerosas ofrendas, en especial juguetes, como varios osos de peluche que se ven desde afuera en el primer piso.
"Muchas ofrendas son para agradecer y otras para pedir -cuenta Reinoso-. Le han llegado a regalar una moto 0 kilómetro y juguetes muy costosos. Lo que hace la familia todos los años es repartir los objetos a los chicos pobres de la zona para el Día del Niño o Reyes. Miguel Ángel tiene 8 hermanos y ellos dicen que esa generosidad es la que hubiera tenido el nene de no haber muerto al año de vida".
Reinoso recuerda el caso de una familia de Córdoba que visitaba la tumba de Gaitán todos los años: "Somos devotos de Miguelito me dijeron una vez. Es que creían que el bebé había ayudado a curar a uno de sus hijos que tenía un problema muy grave en uno de sus riñones. El nene se curó y los médicos no supieron explicarle cómo. Desde ese momento visitaron la tumba todos los años en Semana Santa hasta que el chico cumplió 18".
Además, cada 1º de julio, día en el que cumpliríaa años, se celebra una misa en el cementerio a la que acude todo el pueblo y hasta llegan fieles desde otras provincias en autos o micros alquilados.
Al igual que otros mitos populares como el Gauchito Gil, la familia de "Miguelito, el Angelito" también intentó ingresar al panteón de los santos católicos. Sobre el tema, Reinoso explica que desde la Iglesia negaron toda chance para Gaitán "ya que su muerte con apenas un año lo invalida para entrar en esa categoría canónica. No tenía conciencia de sus actos en el momento de fallecer".
La ceremonia es en el cementerio que hace unos años lleva el nombre de Gaitán. Llegan miles de personas y hay una gran emoción en el pueblo. Igual, a Miguel Ángel viene gente a visitarlo todo el tiempo. De hecho, hay carteles indicando cómo llegar hasta la tumba.
La momia de Gaitán se deterioró en los últimos años y este año sólo la cabeza momificada estaba a la vista, con su típico gorro de lana blanca, a diferencia del año anterior cuando se veía medio cuerpo del niño, con un saquito a cuadros. Sus hermanas le cambian la ropa todos los años y se encargan de mantener limpias y ordenadas las miles de ofrendas que se acumulan en el sepulcro.
Testimonios
Este año por la pandemia de coronavirus no se realizó la ceremonia el 1º de julio, día del cumpleaños de Gaitán. En el video de esta nota se puede ver la cobertura de Radio 7 de Villa Unión de lo que sucedió el año pasado.
En las imágenes se observa a cientos de personas que se acercan en micros y autos al cementerio del pueblo riojano. Ya en la entrada, las carpas ofrecen merchandising de "Miguelito". Una mujer de pelo blanco y cara curtida organizó el tour desde La Rioja Capital. "Hace años que soy devota del Angelito y siempre se portó muy bien conmigo. Siempre le hice promesas y me cumplió, por eso vuelvo".
Todos se acercan hasta el vidrio, lo tocan mientras rezan y hacen sus pedidos. Un hombre de boina cuenta que a Miguelito lo conoció por una imagen que hay de él en el cementerio de Cruz del Eje, Córdoba. "Nos enteramos que estaba acá y entonces vinimos a visitarlo. Siempre que le pedimos algo nos cumple", asegura.
Una mujer llegó desde Tucumán con sus hijos: "Vengo porque siempre que hice promesas por mis bebés, me cumplió", dice. Otra viajó desde Santa Fe para agradecerle a Gaitán. "Se portó muy bien conmigo por un problema de salud que tenía mi hija", afirma.
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