Merodeo por Mendoza: vino, arte, turismo y Chacras de Coria
Flaneur : Esta es la palabra que usan los franceses para describir al "paseante desocupado". Aunque en mi caso podría decir que ha sido todo lo contrario, porque he tenido una agenda que hace tiempo que no tengo ni siquiera en mi Buenos Aires querido, al que francamente, no deseo volver a ver por ahora, porque lo he pasado y lo estoy pasando fantástico.
Chacras de Coria: Por primera vez, y gracias a la generosa invitación de Juan Pablo Juampi Lupiañez, me instalé en este pueblo, que queda muy cerca de Mendoza Capital, y a la vez depende del Municipio de Luján de Cuyo. Mi alojamiento es la Casa Argento de Argento Wines, donde Juampi es el manda tutti , y es una especie de cortijo, media manzana cercada por un muro, que contiene varias construcciones, un jardín precioso y una pileta que habría de ser una salvación en los días de 42°C que nos regaló esta provincia durante la primera semana del año.
Desde aquí escribo esta nota, a la sombra de un olivo añoso, que ya avanza en la generación de sus frutos que, algún día nos regalarán un exquisito aceite "primera presión en frío" ( atenti con este dato insoslayable para degustar un buen aceite) o unas aceitunas preparadas como mejor sean de su gusto.
Más de Chacras. Le contaba que es un lugar que queda a la mano de todo, porque partir desde aquí a cualquiera de las bodegas que se desean visitar es realmente un paso. Todos los accesos están a tiro de piedra, como para ir y volver con la mayor comodidad.
El lugar tiene habitando a muchos mendocinos que lo eligen como lugar de residencia, como los porteños eligen barrios cerrados. Por momentos, caminar por sus calles da la sensación de andar por los alrededores del barrio de la Barra de Tijuca, donde suelo alojarme en la casa de la familia Miranda en Río de Janeiro. Mucho verde por todos lados, y sintiendo el constante murmullo del agua que corre por las acequias, autoras del milagro mendocino de haber convertido un desierto en un vergel.
Pero también tiene una fauna compuesta por gente que viene a veranear, aprovechando una oferta de casas para alquilar de excelente nivel, amén de posadas u hoteles boutique de los que he escuchado hablar muy bien. Así es común ver haciendo "la vuelta del perro" alrededor de la plaza, a señores maduros, ¡con bandana en la cabeza! (tipo Berlusconi en su afamada casa de Cerdeña), manejando autos de marcas alemanas, convertibles, y en compañía de señoras que claramente no lucen como legítimas esposas, madres de sus hijos.
Polo gastronómico. Con el correr de los años, Chacras de Coria se transformó también en un polo gastronómico, con propuestas para todos los gustos. Pero esto de la gastronomía, también beneficia a los que nos alojamos en casas y el salir de compras en busca de vituallas se convierte en un placer total. Hay panaderías como "La Veneciana" que todo el tiempo que está atendiendo, y lo hace hasta bien tarde después de la caída del sol, repone constantemente en sus mostradores pan recién horneado, por lo que es imposible no irse sin una baguette entre tibia y caliente, sea la hora que sea.
Hay verdulerías-fruterías por todos lados, con los productos traídos de las huertas el mismo día, y donde, por ejemplo, se conserva la costumbre de calar la sandía para asegurarle la excelencia de la calidad del producto que está comprando. Personalmente tengo que retroceder muy lejos en mi memoria para recordar cuando esto sucedía también en Buenos Aires.
Los numerosos restaurantes, como "La Piadina" son del perfil de comida casera-casera. Con pastas amasadas en el día y rellenas solamente de lo que le dicen que son. No me venga con que no sabe qué quiero decir con esto...En nuestra patria chica portuaria, salvo honrosísimas excepciones, los ravioles "con pollo" lo que quiere decir que un mínimo de un 50% es miga de pan mezclado con el relleno que aporta su nombre, cuando no otras cosas que mejor ni saber de qué se trata.
Rarezas. En una esquina estratégica de la plaza está el bar "Kakano", cuya propiedad los locales le atribuyen a David Lebon, pero el rumor es que el verdadero numen es un músico local, justamente llamado Kakano. Abundan shows nocturnos más bien espontáneos, que convocan a jóvenes, y no tanto, que andan haciendo de flaneurs por la zona. Si bien el lomo que se prepara aquí transciende las fronteras de Chacras por su excelencia, parece ser que después de las 12 de la noche arranca una movida que llega hasta el amanecer.
También la parroquia que está frente a la plaza se ha puesto de moda, y lo chic es casarse en ella. Así que los sábados hay cola de novias esperando para vivir su momento de gloria. Y el cura, para no hacer esperar demasiado a las impacientes que se están preparando para dar el buen o mal paso -depende de cada uno como lo considere- exhorta a los parientes y amigos de los recién casados, trasladar la ceremonia del saludo y el homenaje ¡a la plaza!, y así se libera la iglesia más rápidamente.
Entonces, el lugar público pasa a ser una exhibición de señoras elegantísimas, acompañadas de señores que suelen tener el aspecto de quienes se sienten que lo de ellos no es el traje y la corbata, y por lo tanto muestran un aire de incomodidad, más que comprensible con noches de 29°C.
Conclusión sobre Chacras. Si usted es de los que de tanto en tanto se da una vuelta por Mendoza, no deje de poner este lugar en su itinerario, y experimente en carne propia el vivir en un Macondo en pleno siglo XXI.
¡Manos a las copas! Porque recorrer bodegas no se puede decir que sea un "poner manos a la obra", sino que es un deambular incansable de barrica en barrica, copa en mano, probando las propuestas en vinos que el mercado habrá de conocer con suerte a partir de fin de año.
Gente trabajando. Enero es un mes en que las bodegas suelen estar aletargadas. Sus dueños veraneando, muchos de ellos en las excelentes playas chilenas, y el personal dedicado morosamente a pintar, reparar, y sobre todo preparando todo para el frenesí que sobreviene con la vendimia en marzo-abril.
Pero, por suerte, este es un enero atípico. No porque los dueños, más que justificadamente, se encuentren veraneando en su mayoría, sino porque he encontrado a muchas bodegas en la tarea de embotellar los vinos que están guardados en sus tanques. Esto, en la lectura que suelen hacer los entendidos, significa que la demanda se mantiene firme y siguen llegando órdenes de compra que hay que cumplir inmediatamente.
La seguimos en la próxima. No hay caso, no llegué a contar nada de las bodegas que estoy visitando, pero es que no he querido ocultar el entusiasmo que me ha despertado este lugar tan hospitalario, y que cerraría la nota exhortando al intendente de Luján de Cuyo que le ponga un poco más de atención a temas como veredas que faltan, acequias donde se arroja basura, y sobre todo, y esto corre para toda Mendoza: Por favor, pongan carteles en las rutas y las calles que ayuden a los turistas que vienen con su automóvil a no perderse y encontrar sus destinos lo más rápido posible (sino, al final parece que estuviéramos en Buenos Aires, donde hay que ser mago para ir de un lado a otro de la ciudad, si no se la conoce previamente).
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