Menos restricciones. La ciudad estrenó más flexibilizaciones en una tarde con alta afluencia de público a los shoppings
El descenso de contagios de coronavirus fue determinante para que las autoridades porteñas autorizaran a partir de hoy nuevas aperturas de actividades comerciales
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“¿Le gustó?”, le consultó el dependiente a un señor grande, que salía del probador con unos jeans en la mano. “No, me quedó muy apretado”, le respondió. A las 16, la tienda Levi’s Recycle del centro comercial Alto Palermo, en la avenida Santa Fe 3253, estaba llena de gente, a diferencia de los locales que la rodeaban. “Es la hora pico”, señaló Diana, una de las empleadas. Los dependientes corrían de un lado a otro con prendas en las manos, mientras varios clientes buscaban su talla entre el modelo elegido.
“Alto Palermo es Alto Palermo. No importa si hay cuarentena o crisis, siempre vino gente. La única diferencia es que no se forman filas en la entrada”, señaló a LA NACIÓN Hernán, encargado del local. Este viernes es el primer día de flexibilización de las restricciones por el protocolo sanitario contra el Covid-19 en la Ciudad de Buenos Aires. Entre las nuevas normativas, se encuentra la eliminación del aforo mínimo dentro de las galerías comerciales.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, anunció ayer nuevas aperturas y flexibilizaciones en algunos sectores de Capital, que comenzaron a regir hoy. Las actividades profesionales, los establecimientos gastronómicos o los teatros y cines son algunos de ellos; estos últimos contarán con una capacidad de 4000 personas, siempre que no se supere el aforo del 70%.
La decisión de Rodríguez Larreta se basó en el descenso de contagios del virus y el progreso del plan de vacunación en el distrito porteño. Hoy se reportaron 182 nuevos casos y tres muertos -dos mujeres y un hombre-. Mientras, el 73,12% de la población porteña ya tiene la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 y el 56,87% completó el esquema de inmunización.
Sofía, empleada de la tienda tecnológica Samsung en el mismo establecimiento, aseguró que “siempre se vendió mucho”. “Las ventas aumentaron en pandemia porque la población, al estar más tiempo en casa, invirtió en tecnología. También por el paso a la virtualidad en las escuelas y algunas profesiones”, sumó. El local cuenta con un vallado negro en su entrada: “Lo pusimos no por protocolo, sino porque a veces se llenaba tanto el local que es una manera de controlar la gente que entra y que todos estén atendidos”, agregó.
Virginia Valero, de 34 años, aguardaba en la entrada de la tienda Akiabara para cambiar una prenda que le llegó a través de una compra por internet. “Desde que comenzó la pandemia, compro por internet. Intento evitar venir a los shopping, pero en estos casos es inevitable. Este mes vine un par de veces y siempre estaba repleto”, contó.
Fernanda Massa cargaba varias bolsas al salir de la tienda Cher, en la segunda planta del shopping. Viajó a la Ciudad por cuatro días desde Salta, para asistir a un casamiento. “La última vez que vine a Buenos Aires fue justo antes de la pandemia. Ahora no tiene nada que ver con el Buenos Aires que conocí. Hay mucho menos movimiento y, a diferencia de Salta, se respetan los protocolos. Por ejemplo, nos sorprendió ver el distanciamiento de las mesas en los sitios gastronómicos”, señaló.
Varios globos de color amarillo adornaban la fachada de la tienda de cosmética Rouge, en la misma planta. En el pasillo, tres empleadas ofrecían muestras de perfumes plasmadas en papel a los clientes que pasaban. Marina Míguez, encargada del establecimiento, indicó a LA NACIÓN que les favoreció la flexibilización de las restricciones de aforo. “Hasta ayer podían entrar solo hasta 13 personas. Hoy aprovechamos e hicimos un evento con descuentos del 10 y 20%, por eso el local está lleno”, contó.
Gastronomía
Además, los vecinos del barrio porteño de Palermo aprovecharon la soleada tarde del viernes para salir a merendar. “Hoy fue bastante fluido. Siempre tenemos bastante recurrencia de personas y, por ello, para nosotros son muy importantes estas flexibilizaciones”, indicó Ricardo Toro, encargado de La Panera Rosa, ubicado en la calle Costa Rica frente a la plaza Armenia.
“Hasta ayer teníamos un 30% de aforo dentro del local, porque por respetar los protocolos solo ocupábamos seis mesas de las 12 que hay en el interior. Aun así, seguimos cuidando de las personas y mantenemos el distanciamiento e insistimos en el uso de alcohol en gel y el barbijo”, agregó.
María Soledad, que disfrutaba de una porción de cheese cake en la terraza del local, dijo: “Con todo el contexto de la pandemia, es necesario salir a despejarse, aunque sea para tomar un café o dar un paseo. Poder disfrutar”.
Estela, de 28 años, María Luz (23) y Melisa (25) salieron a tomar una cerveza al bar Temple, a una cuadra de la plaza Armenia. Las dos primeras vinieron de visita desde Córdoba. “Hay alcohol en gel en todos los sitios, eso no se ve allá”, comentaron las jóvenes. Estela contó que una persona de riesgo, ya que padece asma: “Hoy fue la primera vez que viajé en tren desde que arrancó la pandemia. Fallecieron varios amigos míos por coronavirus y le tengo mucho respeto. Ahora que bajaron los contagios y avanzó la vacunación, estoy un poco más relajada y puedo salir a tomar algo”, señaló.
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