Mendoza: la Iglesia alertó por “graves irregularidades” de dos sacerdotes que llegaron a la provincia
El Arzobispado local advirtió sobre los sacerdotes que no tienen la habilitación correspondiente para presidir servicios religiosos
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MENDOZA.- La presencia en esta provincia de dos sacerdotes que pertenecen a otras diócesis encendió las alertas. De acuerdo con un documento emitido por el Arzobispado local se trata de curas que no pertenecen a la curia mendocina y que no están autorizados para ejercer la actividad religiosa.
La arquidiócesis mendocina considera estar ante “graves irregularidades”, porque ambas personas no están habilitadas para encabezar ritos católicos ni impartir los sacramentos. La reacción surgió por las advertencias que llegaron a los responsables de la Iglesia para que impidan que Cristian Caro, de La Pampa, y Andrés Quiroga, de Venado Tuerto, Santa Fe, presidan misas, realicen confesiones o asistan matrimonios.
Así, la decisión de evitar que estos sacerdotes sigan actuando de manera irregular responde a “distintas consultas efectuadas en estos días, y para prevenir todo tipo de oportunismos, malos entendidos o que algunos fieles se puedan ver sorprendidos en su buena fe”, indicó la curia local a través de un comunicado al que accedió este medio.
Antecedentes
La decisión oficial llamó la atención de la comunidad mendocina, sobre todo por el impacto que tuvo el caso de los abusos sexuales de niños sordos en el Instituto Próvolo, que terminó con las penas máximas para los sacerdotes involucrados, entre ellos, uno ya fallecido que había llegado “escondido” décadas atrás a la provincia, al escapar de las acusaciones por vejámenes en Italia. Por eso, la medida tomada ahora por la curia local se entiende, luego del resonante caso judicial, como un paso más en el control de los religiosos. En este sentido, es fundamental contar con la aprobación del clero local, luego de la presentación de una serie de requisitos y exigencias formales. “Buscamos que todo el proceso sea cada vez más transparente y cumpliendo con todos los requisitos para ejercer, por respeto a toda la comunidad”, indicaron a este medio fuentes eclesiásticas.
Según explicaron desde el Arzobispado, el presbítero Caro no cuenta con “ningún tipo de autorización para ejercer su ministerio pastoral, no tiene licencias ministeriales en su diócesis de origen ni tampoco aquí en Mendoza, por lo que no puede presidir la Santa Misa en ninguna capilla ni en su casa, ni recibir confesiones, ni administrar los restantes sacramentos o asistir a matrimonios”. Al sacerdote le reprochan las diferencias dogmáticas desde que Jorge Bergoglio llegó al Vaticano, sobre todo en cuestiones sociales, lo que terminó con su aislamiento de la diócesis pampeana.
Por su parte, Quiroga, presente en la comunidad religiosa mendocina por razones de salud, tampoco tiene las correspondientes licencias. Este sacerdote ha estado en la mira en reiteradas oportunidades, principalmente por haber expuesto la intimidad familiar de un joven durante una clase de catequesis. En tanto, durante las restricciones que impuso la pandemia se hizo conocido por haber echado a los policías que interrumpieron una misa, cuya celebración estaba prohibida. “En nombre de Cristo, fuera de la casa de Dios”, fue el grito del sacerdote, mientras elevaba un crucifijo, para que los efectivos se fueran del lugar.
“Los fieles, ahora anoticiados de estas graves irregularidades, son responsables ante Dios y la comunidad eclesial de no contribuir con su presencia a favorecer actitudes y comportamientos gravemente contrarios a la comunión, además de poder encontrarse ellos mismos como receptores de algunos sacramentos inválidos, como la confesión y el matrimonio; y sin perjuicio de la ilicitud de todos los restantes”, expresaron las autoridades eclesiásticas.
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