Mendoza, con aire más limpio: la contaminación se redujo a la mitad en cuarentena
En cuarentena se respira mejor en Mendoza. Así lo demuestran los recientes informes comparativos de impacto ambiental: desde que se puso en marcha el aislamiento social y obligatoria por la pandemia de coronavirus, la contaminación cayó más de la mitad en la capital provincial. Esto se explica por la brusca disminución de tránsito vehicular particular. Sin embargo, también quedó en evidencia el efecto que sigue produciendo el transporte público, ya que los niveles de óxido de nitrógeno en la atmósfera descendieron levemente.
De acuerdo con los muestreos oficiales de calidad de aire ambiente, que se realizan de manera constante en el microcentro de Mendoza, se observan las diferencias entre lo que ocurre en cuarentena y lo evidenciado en los mismos períodos de años anteriores. Así, se registró una caída promedio de 55% en los niveles de monóxido de carbono.
"Buscamos establecer una comparación entre los niveles de mediciones de estos contaminantes durante períodos de actividades normales y el aislamiento que estamos viviendo actualmente. El dato más llamativo es la drástica disminución de los niveles de monóxido de carbono", explicó el titular de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance.
Los monitoreos están a cargo del Laboratorio de Análisis Instrumental, coordinado por la Dirección de Protección Ambiental de la Secretaría que comanda Mingorance en conjunto con la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
Estos primeros datos de material contaminante en el aire en plena pandemia han sido recabados por la Unidad Móvil de Monitoreo, instalada en la playa del Instituto Nacional de Vitivinicultura del microcentro de Mendoza. Se confeccionaron los gráficos comparativos entre mediciones registradas en febrero de 2017, 2018, 2019 y 2020 y las mismas jornadas registradas en abril de 2020, en momentos del aislamiento social. Los especialistas explican que los contaminantes registrados son sólidos, en la forma de material particulado, que representa el polvo en suspensión PM10, y gaseosos, que en forma directa o indirecta son volcados a la atmósfera: O3 -ozono-, NOx -óxidos de nitrógeno- y CO -monóxido de carbono.
"Esta disminución promedio del 55% en los niveles de monóxido de carbono está directamente vinculada con la disminución del tránsito vehicular debido a la cuarentena que estamos viviendo, ya que el monóxido de carbono se origina en la combustión incompleta de combustibles fósiles", indicó Miriam Skalany, directora de Protección Ambiental de la provincia, quien también puso de relieve la poca disminución registrada en material particulado en suspensión (PM10). Se trata de partículas primarias emitidas directamente a la atmósfera por fenómenos naturales y actividades humanas. Debido a su tamaño, tienden a depositarse cerca de su lugar de origen y presentan mayor capacidad de acceso a las vías respiratorias y, por lo tanto, mayor afección. Así, el fondo natural de Mendoza en este sentido es alto, por su condición de zona árida como por la estabilidad meteorológica en el microcentro.
Además, la funcionaria hizo referencia a las escasas variaciones en los óxidos de nitrógeno totales del 13 % (NOx). "Esperábamos encontrar disminuciones más significativas en este valor, ya que la emisión de óxidos de nitrógeno se genera a partir del escape de vehículos motorizados, sobre todo de gasoil. Podemos relacionarlo con que el transporte público y de mercaderías que usa este tipo de combustible se ha mantenido durante el período de aislamiento", aclaró Skalany, evidenciando que la circulación de colectivos sigue incidiendo fuertemente en la calidad del aire que respiran los mendocinos. De ahí también la importancia de una reconversión en los sistemas de propulsión de los vehículos del transporte público provincial.
Así, el coordinador de área de Contaminación Atmosférica de la Dirección de Protección Ambiental, Andrés Bullaude, hizo una explicación técnica de este fenómeno: "Es interesante observar la gráfica de ozono, donde se observa una importante ausencia de los picos típicos de ozono generados por la radiación ultravioleta (en horarios de sol). Esto confirmaría la reducción ozono en el aire por ausencia de compuestos orgánicos volátiles y, paralelamente, el mantenimiento de la cantidad de NO2 (en la suma de NOx) respecto de los días normales".
"Es de remarcar la baja en los niveles de monóxido de carbono, que está íntimamente relacionada con el tránsito vehicular. Esto se observa en el aplanamiento de la curva de medición horaria. En febrero se detectan picos a la hora de mayor tránsito", agregó el especialista.
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