– Imara Fermín –
Calzada con Crocs rosas, planea caminar 200 kilómetros por rutas de montaña
Calzada con Crocs rosas, planea caminar 200 kilómetros por rutas de montaña
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Edad
Destino
Imara Fermín es una mujer no le teme a los colores estridentes. Guarecida bajo la sombra que da un pequeño árbol a la vera de la ruta que sale de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, viste musculosa rosa y negra, calzas en diferentes tonos de verde y sandalias Crocs rosas. El calzado no parece el más adecuado para recorrer a pie el trayecto que la espera -su meta es Bucaramanga, a 200 kilómetros por escarpadas rutas de montaña- pero no le importa: salió espantada por el hambre de Caracas y allí la espera una amiga con un posible trabajo de moza. También lleva un pequeño colgante de madera en forma de corazón que le regaló su hija. “Lo beso todos los días, lo adoro”, dice.
Su primer destino fue La Parada, un barrio improvisado a la salida del puente Simón Bolívar, el paso fronterizo por el que salen los venezolanos. Durante un tiempo sobrevivió vendiendo las cajas de cigarrillos que trajo de Venezuela, pero cuando se le acabaron tuvo que comprarlos en Colombia y el margen de ganancias se achicó. “Encima los nervios me hicieron volver a fumar”, se ríe. Lo que juntaba trabajando durante el día apenas le alcanzaba para pagarse el alojamiento, así que decidió irse.
Camina con Zurima Quevedo, una compatriota en la misma situación que conoció en La Parada y se convirtió en su aliada en esta aventura.
“Estoy muy asustada”, admite Imara, que cruzó la frontera con papeles falsos y escuchó que la policía colombiana está deportando venezolanos. La necesidad de conseguir un mejor futuro para sus hijas, de 8 y 13 años, es lo que la empuja a seguir.