Memoria Activa deja la plaza Lavalle
Considera agotado el reclamo callejero
Ayer fue el último lunes en el que la agrupación Memoria Activa, que agrupa a familiares y amigos de las víctimas del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), se reunió en la plaza Lavalle, como lo había hecho en forma ininterrumpida durante los últimos diez años, para reclamar el esclarecimiento del ataque.
"La instancia de la plaza se agotó, pero seguiremos exigiendo justicia. Estaremos en los pasillos y en los juzgados, y el primer martes de febrero iremos al Consejo de la Magistratura", dijo Adriana Reisfeld, actual presidenta de Memoria Activa.
El último lunes de la "Plaza de la memoria" contó con algunos de los miembros de la entidad como oradores, que expresaron, con gran emotividad, su dolor por la justicia que aseguran que no aparece.
"Memoria Activa dio vida a un reclamo de verdad y justicia desde los escombros de lo que fue el edificio de la AMIA", dijo en su discurso Sergio Widder, representante para América latina del Centro Simon Wiesenthal.
Como cada lunes, el sonido del shofar, un sonido de denuncia, de reclamo y de llanto, acompañó a los familiares y amigos de las 85 víctimas de la explosión. "Esta es una etapa que se cierra, pero estoy segura de que es para abrir nuevos caminos", dijo a LA NACION Diana Malamud, una de las fundadoras de la agrupación. "En esta plaza hicimos lo que nadie hubiese hecho por nosotros: le contamos al mundo que un lunes el odio mató a nuestros familiares. Denunciamos todo lo que la impunidad y el poder querían ocultar."
Aunque los lunes no se aglutine la gente en la plaza Lavalle, el monumento con los nombres de las víctimas de la AMIA seguirá mirando hacia el palacio de Tribunales. "Justicia. Justicia perseguirás para poder vivir en paz y en democracia", dijo Enrique Churba, miembro de Memoria Activa.
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