Médico, pianista frustrado y acompañante
Alfredo Cahe es médico clínico. Tiene 56 años, nació en Santos Lugares y es quien acompaña a Diego Maradona en uno de los momentos más difíciles de su vida.
Recibido en la Universidad de Buenos Aires, ejerció desde "siempre" en el Hospital de Clínicas, donde actualmente trabaja y es profesor de clínica médica.
Cahe está vinculado con el espectáculo desde que se casó con María Marta, hermana de la actriz Cristina del Valle. Tienen tres hijos: Julieta, de 26 años; Pedro, de 23, y Silvina, de 22. "Las chicas estudian medicina y el varón dice que estudia Ingeniería", comenta entre risas.
Se define "futbolero de alma, aburrido y apasionado por la música". Atiende a pacientes particulares en sus dos consultorios, uno en el Centro y otro en Villa Urquiza.
Además de supervisar a Maradona, Cahe asiste a astros y estrellas, como Enzo Viena, Irma Roy y Susana Giménez, que es sólo una entre los tantos que le hicieron obsequios.
El médico se confiesa un pianista frustrado desde chico, y ahora en sus tiempos libres se da el gusto de golpetear las teclas del piano que le regaló Giménez y que perteneció a su abuela, que era concertista.
Cómo llegó a Diego
Corría el año 77 cuando Jorge Cyzterpiller, primer representante de Maradona y paciente de Cahe, llegó al consultorio del doctor en la calle Díaz Colodrero.
¿El motivo de la consulta? Cyzterpiller decía -según Cahe- que quien le estaba presentando, un jovencito de 16 años llamado Diego, se convertiría pronto en un genio y que, como lo veía flaco, pensó que necesitaba algunas vitaminas.
Desde ese momento Maradona yCahe mantienen una estrecha relación, reforzada a pesar de las largas estadas del diez fuera del país.
Tanto es así que el ex futbolista le confió en 1994 a su médico personal que era adicto a las drogas y entonces comenzaron, según relata el propio Cahe, "miles de tratamientos. Algunos muy exitosos, otros no".
El médico personal y amigo de Maradona destaca una y otra vez que el problema con las drogas no fue lo único que llevó a Maradona "casi al otro lado" en Uruguay.
Contra el aumento de peso, la suba de la tensión arterial (por la cual está medicado hace años) y su debilidad por las gaseosas, Cahe lucha "desde hace años". Y tira el dato: "Cuando a Diego se lo ve gordo, es porque no está consumiendo cocaína. Es cuando él vuelca la compulsión en la comida."
Cahe no se rinde y asegura que va a seguir intentando sacar a Diego de las drogas, aun habiendo fracasado en varias oportunidades, lo que atribuye a "no haber tenido el tiempo suficiente para los tratamientos, debido a las exigencias deportivas de Diego."
"Muy creyente y religioso". Así define el médico la fortaleza espiritual del ex campeón del mundo.
Y él también cree en Dios. Desde el 4 del actual vive agradeciendo porque "Diego se salvó de milagro".