Más testigos complican a Pachelo
Un vigilador, un mozo, un criador de perros y una mucama declararon en contra del vecino de María Marta García Belsunce
(Télam).- Un vigilador que dijo que la tarde del crimen de María Marta García Belsunce Nicolás Pachelo no registró su salida del country, un mozo que lo escuchó hablar de asesinato y un criador de perros y una mucama que lo responsabilizaron por el "secuestro" del perro de la socióloga complicaron la situación del principal sospechoso de la familia.
Todos fueron testigos que le sirvieron a los abogados defensores Alberto Cafetzoglus y Hernán Diego Ferrari y de la querella, para intentar demostrar que Pachelo es un sospechoso que el fiscal Diego Molina Pico no investigó a fondo.
El testimonio más comprometedor para el vecino, que nunca fue imputado por el caso, fue el del ex vigilador Diego Rivero, que era el encargado de vigilar su casa de 19 a 7 de la mañana, al recordar un episodio relacionado con la salida de Pachelo del Carmel la tarde-noche del 27 de octubre de 2002.
Según Rivero, cuando Pachelo se retiró del Carmel luego del horario del crimen, "pidió que le levante la barrera la guardia para que no quedara registrada su tarjeta".
Cuando declaró en el juicio, Pachelo explicó que solía pedirle a los vigiladores que le abrieran la barrera porque había perdido la tarjeta magnética y no pensaba pagar 100 pesos por una nueva.
Más testimonios. Otro de los testigos de la defensa que complicó al principal sospechoso del crimen para la familia García Belsunce fue el mozo Miguel Angel Monzón, que ratificó hoy lo dicho la semana pasada por otro empleado del bar de una estación de servicio ubicada en ruta 25 y ramal Pilar de la Panemericana que solía ser frecuentada por los socios del Carmel.
Monzón aseguró hoy que el 28 de octubre de 2002, al día siguiente de la muerte de María Marta, Pachelo fue a desayunar a ese bar a antes de las 7 de la mañana y que le preguntó "si sabía algo de la mujer que mataron en el country".
Para la defensa del viudo este testimonio es clave porque demostraría que a 12 horas del crimen, Pachelo ya hablaba de un asesinato y no de un accidente en la bañera, como era el comentario general.
También se volvió a hacer mención del robo y desaparición del perro labrador "Tom" que la víctima atribuyó a Pachelo en una asamblea de socios realizada un mes antes de su asesinato en el Carmel.
Perros. Florindo Cometto, un criador de perros rotweiller de la localidad de Villa Rosa, afirmó que Pachelo, a quien conocía por haberle vendido un par de perros, le dejó a su cuidado un labrador negro diciendo que era del hermano que viajaba por 15 días a Mar del Plata.
Cometto dijo que Pachelo nunca fue a buscar el perro, al que terminó regalando o vendiendo, y que luego recibió una llamada de un veterinario de Pilar que le dijo que podía ser el labrador de los Carrascosa, pero que a esa altura ya se había desprendido del animal.
Sobre el mismo tema declaró la mucama Cristina Barrientos, quien trabajó en Carmel en la casa de la familia Pfister y hoy señaló que escuchó a una empleada doméstica de Pachelo decir que su patrón había sido el "secuestrador" del perro de María Marta, lo había sacado en una camioneta, pedía rescate y que creía que después lo había matado