Más de 2300 chicos compartieron la Pascua Joven en San Isidro
En el Colegio Marín, alumnos de entre 15 y 17 años reflexionaron sobre sí mismos, su relación con la fe y con los otros
"En esta Pascua Joven hicimos énfasis en la vulnerabilidad, porque es ahí donde Dios actúa. El misterio pascual de muerte y resurrección se da en cada uno de nosotros", explica el sacerdote Juan Manuel Bianchi Jazhal, uno de los organizadores de Pascua Joven, encuentro juvenil que desde el miércoles y hasta hoy congrega a más de 2300 chicos de los dos últimos años del secundario en el Colegio Marín, en San Isidro, para celebrar la Semana Santa.
Con la participación de los obispos de San Isidro, monseñor Oscar Ojea y monseñor Martín Fassi, los chicos de entre 15 y 17 años provenientes de diferentes lugares del país, participaron de los actos tradicionales de la liturgia católica y de actividades específicas diagramadas para que reflexionen sobre sí mismos, su relación con la fe y con los otros.
"Cada vez hacemos más énfasis en la resurrección, la vida, la esperanza y la luz para que los chicos puedan llevarlo a las diferentes situaciones por las que pasen en su vida", cuenta Teresa Murphy, otra de las organizadoras, que con 21 años ya participó en siete ocasiones: dos como asistente, una como coordinadora y cuatro como organizadora.
"Haberlo vivido y saber lo que significó para mí me dio ganas de transmitirles a los chicos que podés adoptar una forma de vida orientada al otro y no al éxito como te exige la sociedad", agrega Teresa.
Entre la multitud que se acercó al Marín esta Semana Santa hay muy pocos adultos. Casi todas las actividades están ideadas y llevadas a cabo por jóvenes voluntarios: los coordinadores, que guían a los grupos de jóvenes, y los "servidores", que se encargan desde la limpieza de los baños hasta de despertar a los chicos.
Hace seis años que Milagros Nava forma parte de Pascua Joven: "Disfrutás hasta de limpiar el baño porque querés devolver de alguna manera lo que se te dio. La primera vez que vine cantábamos una canción y, de repente, cerré los ojos y me impresionó muchísimo sentir a tanta gente cantando con esa fuerza y esa fe".
Tobías tiene 17 años, es de La Plata y ésta es su segunda Pascua Joven. "Muchas cosas que aprendemos acá nos sirven para el día a día. Por ejemplo, conocerse más profundamente a uno mismo y al otro. Que alguien se abra a vos conociéndote desde hace sólo un par de días es hermoso. Confío más en gente que conocí acá que en compañeros del colegio que conozco de hace mil", explica Tobías.
"Es porque acá te abrís desde otro lado, desde lo espiritual", lo ayuda a expresarse Luisa, compañera de grupo en el retiro. "Estaba sola llorando y vino uno de los servidores y me abrazó -dice-. No nos conocíamos. Pero acá el que te abraza es Dios."