Martín Mazza, gerente de Tools For Humanity: “Vamos a tener que probar que detrás de una acción en línea hay un humano”

El argentino Martín Mazza es el gerente regional de Tools For Humanity (TFH), la empresa fundada por Sam Altman, también creador de ChatGPT y una de las personas más influyentes en el universo de la tecnología. La compañía impulsa el protocolo Worldcoin, el proyecto que generó un sinfín de videos virales de personas que se escaneaban el iris a cambio de una criptomoneda respaldada por TFH.

El objetivo de ese protocolo, que disparó muchos cuestionamientos sobre el eventual uso de los datos biométricos de las personas que brindaban su iris, es elaborar un “pasaporte digital” que verifique que detrás de un usuario hay un humano y no un bot o alguna creación hecha con inteligencia artificial, afirma Mazza en una entrevista en la redacción de LA NACION.

TFH parte de la premisa de que, en pocos años, buena parte del mundo digital será creado o mejorado por inteligencia artificial, por lo que en muchos casos será necesario probar la “humanidad” de los usuarios. Funcionaría como un reemplazo del captcha que se suele utilizar para verificar una cuenta, aunque también una infinidad de otras funciones posibles.

El escaneo del iris se realiza con “The Orb” (“El Orbe”), una esfera metálica desarrollada por la compañía que cuenta con un lector digital que releva la biometría del iris en segundos. En la Argentina empezaron a trabajar hace alrededor de dos años y las imágenes de las largas filas en shoppings, comercios y otros puntos de verificación rápidamente llamaron la atención. Según datos de TFH, a la fecha suman más de 500.000 las personas verificadas en el país (cerca del 10% de los 5 millones que hay a nivel mundial). Hoy tienen operaciones en sitios como Alemania, Corea del Sur, Japón, Singapur, Chile y la Argentina, entre otros.

–¿Qué es Worldcoin?

–Es un protocolo que busca desarrollar herramientas para prepararnos para la era de la inteligencia artificial. Estamos frente a una nueva tecnología que nos va a hacer mucho más productivos, va a traer muchas oportunidades, pero también, como cualquier nueva tecnología, va a traer desafíos.

–¿Vamos a tener que demostrar que somos humanos frente a las máquinas?

–Uno de los desafíos que pensamos que va a ser relevante resolver con inteligencia artificial es cómo probar que detrás de una acción en línea hay un humano y no un bot. Este es un desafío que con la inteligencia artificial se va a exacerbar. De hecho, herramientas que hoy usamos, como los captchas, la inteligencia artificial ya tiene la capacidad para resolverlos. Por ejemplo, le tomás una captura de pantalla, eso lo cargás en ChatGPT y te va a decir dónde están todos los semáforos. Entonces, esto se trata de cómo lograr herramientas resistentes a la inteligencia artificial. Además, pensamos que puede servir para la atribución de contenidos, para mitigar el fraude en línea, etcétera. Por ejemplo, tal vez vamos a estar expuestos a nuevos casos de fraude en donde te clonan la voz. Hay herramientas que les hablás por 30 o 40 segundos y ya después empiezan a hablar como vos.

–¿Cómo es el paso a paso para tener un pasaporte de humanidad?

–Para terminar de explicar cómo es el paso a paso de una persona que se va a escanear el iris y luego termina con un pasaporte de humanidad, en primer lugar, hay que crear una cuenta en la Worldapp. En ningún momento te vamos a solicitar información como tu nombre o apellido, justamente porque se busca preservar la privacidad de todas las personas que participan. Luego vas a una locación donde está el Orb y te tomás una fotografía de tu rostro y del iris. Y a partir de esa fotografía del iris se construye un código único que queda almacenado y la foto de autodestruye. Es importante aclarar que no se pide un documento de identidad, grupo sanguíneo, absolutamente nada.

–¿Cómo ves la evolución de la inteligencia artificial de acá a diez años en términos de cómo va impactar en nuestra vida?

–Creo que es difícil pensar qué es lo que se viene. Pero veo que cada vez absorbemos y utilizamos la tecnología de forma mucho más natural. El ChatGPT logró 1.000.000 de usuarios en tres días, algo que otros servicios que hoy usamos cotidianamente demoraron más de un año en alcanzar. Cada vez absorbemos más la tecnología, la incorporamos más en nuestro día a día. No es que veo que va a haber un cambio brusco, sino que es un cambio continuo, tal como sucedió con internet.

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