Martín Churba: “La calle no es un lugar para vivir"
El Centro Cultural Recoleta fue escenario de la presentación de la colección otoño-invierno 2019 de Martín Churba, llamada Stock Divino Tesoro, y llevada a cabo en el en el marco de Designers BA. El desfile, con un fuerte mensaje social, fue una suerte de homenaje a los artistas callejeros. La originalidad de su propuesta radica en el concepto de reciclar materiales de temporadas pasadas para construir nuevas prendas. Desde lo viejo, concebir algo nuevo. En Tramando, el espacio de Churba contó como fue el nacimiento de esta idea.
-"Cuando me entrevistaste en 2017 -recuerda Churba-, yo dije una frase que fue muy criticada, incluso por mi entorno. Dije: ‘Es momento de desemprender’. Siempre está el mito de que hay que empujar para adelante y en realidad, lo que me pasó a mí en estos años fue que emprender tenía que ver con engancharse y que todos esos ganchos que yo había expandido dentro de mi disciplina del diseño, dentro del mercado, terminaran comprometiéndome a mí. Generando contratos que, al cambiar la condición comercial del sector textil y del mercado en general de la economía en Argentina, terminaban siendo imperfectos".
-Te atrapaban más que te posibilitaban.
-El gran desafío era desemprender. Ese también es un arte muy difícil. Es contra natura tener que desarmar algo, pero este país, con la inestabilidad que tiene, hay momentos en los que no te da opción. Lo que te sirve hoy, te deja de servir mañana, porque cambian las condiciones.
-Entendiste que era el momento de cambiar de rumbo
-Esa entrevista fue como un antes y un después, además de haber podido decirlo y no tener que caretear. Para mí fue un acto de heroísmo, muy fuerte, de sinceramiento. Me comprometí ante vos, con todo el mundo, y para mí fue mi salvación. No solamente cerré cuatro locales, cerré mi taller, trabajaba con 70 personas, ahora trabajo con diez, siento que estoy de alguna manera íntegro en mente y cuerpo, no me enfermé en ese proceso y tengo intacta la raíz de mi negocio que es un negocio de creatividad, en un país muy difícil de sostener cualquier negocio, mucho más uno basado en la creatividad. Tramando hoy cambió la piel. Hoy tiene esa fuerza original que tuvo hace 15 años cuando se inauguró.
-Un nuevo nacimiento.
-Sí, un renacimiento.
-¿Cómo nace esta nueva colección otoño-invierno 2019?
-La colección se llama Stock, Divino Tesoro. Vos sabés que para la industria textil, para la industria de la indumentaria y la industria de la moda, el stock es una mala palabra. ¿Por qué? Porque si yo tengo una imprenta y hago libros y tengo un stock de un millón de pesos de papel es bárbaro porque tengo material para hacer mis libros; pero cuando se trata de telas que están definidas por una composición, por una textura, por un color que vencen con la caducidad de una temporada…
-Se cree que no se pueden volver a usar.
-Claro, porque si usaste un género chocolate en una temporada, no podés volver a usarlo, así es la moda. En todo este proceso de depuración que tuvimos en estos años fuimos utilizando todos nuestros recursos.
-Utilizando todo el stock.
-Llegó un momento que nos quedamos sin nada y nos acordamos de que habíamos guardado eso como un tesoro. Se suponía que estaba todo deteriorado. Sin embargo, estaba intacto. Fue un verdadero tesoro recuperar esas telas de otras temporadas. El desafío era cómo utilizarlas y que la gente las percibiera como nuevas. Y apareció esta idea de hacer los patchwear que tiene que ver con reconstruirnos, con juntar las partes, con ponerlo en valor de nuevo.
-Unido tiene otro valor.
-Sí, cosido y unido de una manera totalmente artesanal.
-Interesantísimo.
-Estoy muy contento con la colección en sí. Estoy trabajando con un diseñador que se llama Roberto Honores, él es muy joven.
-¿Cómo nace la idea de hacerlo en El Recoleta?
-Nos invitan al Centro Cultural Recoleta, a mostrar dentro de la sala Cronopios, donde hay una muestra de arte callejero, Viral Mural, muralistas de Perú, de Bélgica, de Argentina, un trabajo exquisito.
-De muralistas de arte callejero.
-Sí. El arte callejero llega a los museos en la década del 80, con Jean Michelle Basquiat, con Keith Haring. Son una pata del pop. Al mismo tiempo, Comme des Garçons, la marca japonesa, hace un homenaje a Jean Michelle Basquiat, en la que celebra que el artista de la calle tiene el mismo prestigio que cualquier otro artista y que además tiene un compromiso con su comunidad.
-Tienen un contenido más social.
-Entonces, tuve la sensación de que hacer un desfile en la misma línea de compromiso con el arte popular, con el arte callejero, era hablar de la calle. Hoy hablar de la calle tiene dramatismo. Muchos de esos artistas que hicieron esos murales están viviendo en la calle. Estamos viviendo una condición social tremenda y yo quise mostrar cómo está la ciudad para mí, como la veo. Yo tengo casa y duermo bajo techo y creo que la calle no es un lugar para vivir, ni para mí ni para nadie. Entiendo que la gente que duerme en la calle no lo elige, sin embargo tengo la sensación de que todos nosotros cuando nos topamos con estas situaciones damos vuelta la cara y miramos para otro lado.
-Es que también nos duele y a veces no sabemos cómo proceder.
-O no nos duele tanto, porque cuando algo te duele no te escapás, de alguna manera enfrentás ese dolor.
-Estás hablando de personas en situación de calle a las que hiciste protagonistas en la presentación. Mostraste una performance que tiene que ver con una denuncia.
-Vengo trabajando fuerte con gente en situación de calle, con Juan Carr, de Red Solidaria. Hace tres años que estamos diseñando una campaña que se llama Frío Cero. Es la entrega de producto en mano, vos lo entregas en mano a quien lo necesita.
-¿Cómo es esa acción?
-Si tenés en tu casa cuatro abrigos que ya no usás, cuatro vaqueros que te sobran y calzado que no te ponés más, lo traés a la Plaza de Mayo, de lunes a viernes a las 19 y allí hay gente que ya sabe y se presenta a buscar lo que necesita. Atendemos a cada uno de los beneficiarios como en una boutique. Se les pregunta qué necesitan, los acompañamos a elegir, miramos el talle, miramos la practicidad. De uno en uno.
-Y algunos de ellos estaban invitados en el desfile.
-Cuando lo llamé a Juan y le conté que estábamos haciendo un desfile pensando en el arte popular, en el arte callejero, se nos ocurrió que algunos podían venir y hacerlos participar.
-Te transformaste este año.
-Desemprendí algo del negocio pulpo de la moda, pero emprendí otras cosas artísticas. Estoy trabajando con seis artistas músicas mujeres, empecé vistiéndolas y ya estamos en otros peldaños, estoy metiéndome en la música. Son las mujeres que cantaron en la presentación, recreando a esos artistas que viven en la calle y que terminan cantando, porque lo que nos salva a todos es el arte. Algo que por ahí parece oscuro, a través de un cuento o de una canción, de una performance, de una actuación, puede cambiar, se ilumina y eso fue lo que intentamos hacer.
-Y lo lograron.
-Es bueno ver que en un momento en el cual hay emergencia, también hay mucha pulsión de vida.