María Marta: una muerte y tres mil segundos
Sólo el asesino sabe exactamente a qué hora murió María Marta . No existe una respuesta absoluta. Hasta el momento, el cálculo no pudo precisarse. Quizás nunca se podrá. Sucede en muchos casos policiales, pero en éste el dato numérico parece fundamental. Se llama cronotanatodiagnóstico, "la data de muerte", dicen los especialistas en forma más coloquial. Es el conjunto de observaciones y técnicas que permiten señalar dos momentos entre los que, con mayor probabilidad, se ha producido una muerte.
Son los instantes que podrían aclarar el misterio. Los minutos en que el asesino estuvo cara a cara con su víctima. La hora de la verdad.
Porque salvo en casos excepcionales, un crimen no se demora más que algunos instantes. ¿Cuánto tarda una bala en salir de un revolver y terminar con la vida de una persona? Incalculable. Pero en este caso, María Marta no murió por una bala sino que tenía cinco impactos de un revolver 32 en el cráneo y signos de una trompada en la cabeza que -según los forenses- por la fuerza del impacto podría ser de un hombre.
Salvo la observación directa del hecho, que supuestamente no se da en este caso, no existen métodos que, aislados o en conjunto, permitan establecer con certeza el momento exacto del crimen. El dato no es simple curiosidad. A partir de su establecimiento se pueden centrar las investigaciones y aceptar o descartar una coartada. Fundamental.
Pero si nadie es testigo del hecho, difícil será que el asesino revele en que horario mató a María Marta.
Reconstrucción. La historia se reconstruyó como se pudo. Es decir, todos los datos horarios son referenciados a través del testimonio de los protagonistas del caso, muchos de ellos sospechosos del crimen. ¿No está viciada la historia oficial?
Repasemos. Los últimos minutos en vida de María Marta se calcularon en base al testimonio de Guillermo Bártoli, Irene Hurtig y Carlos Carrascosa. Se usaron como referencia los horarios informados por la Asociación del Fútbol Argentino. Ese domingo 27 de octubre de 2002 se jugó un superclásico . El partido terminó 18.07 horas. Los tres sospechosos dicen que en ese instante se despidieron de María Marta. A ella la esperaba una rutinaria sesión de masajes con Beatriz Michelini. Pero minutos después, Bártoli la vuelve a ver cuando regresa de llevar a dos vecinos con quienes habían compartido la tarde de aquel domingo (Diego Piazza y Delfina Figueroa). "Me la cruzo y ella me sacó la lengua en un tono socarrón", supo explicar el cuñado. Es decir, hasta acá, Bártoli es el último de la familia y de los sospechosos que la ve con vida a María Marta. Pero hay más. Minutos después, tres chicos declararon en la causa haberla visto a María Marta en bicicleta cerca de su casa. Serían los últimos testigos.
Intentemos, entonces, establecer la data de muerte. Se recomienda, para este improvisado ejercicio, tomar un lápiz y un anotador. Será fundamental para reconstruir un momento clave del caso. Si la versión oficial dice que ella se fue de la casa 18.07 y luego tres chicos la vieron, podemos pensar que María Marta llegó a su casa unos minutos después. Este será el dato aproximado del cual partiremos en busca de unirlo con el otro extremo del rango horario. Siempre según los sospechosos, el primero que encuentra a María Marta es su esposo Carlos Carrascosa.
Veamos cómo fueron sus movimientos aquel día. Después del River - Boca, el viudo de María Marta sostuvo que se quedó en el casa de Bártoli para ver el siguiente partido (Independiente – Rosario Central). También recordó que a las 18.47, Andrés Silvera marcó un gol. Otra vez, la versión oficial indica que es ese el momento en que Carlos Carrascosa se fue de la casa de su cuñado. Después de un breve recorrido por el country, entre las 18.55 y las 19.00 llega a su casa.
Arribamos a un resultado aproximado. A María Marta probablemente la mataron entre las 18.10 y las 19.00 horas. Fueron cincuenta minutos en que el asesino o los asesinos tuvieron tiempo para cometer su acción brutal. Al escapar no dejaron huellas, no forzaron una puerta y no olvidaron ningún elemento. Se llevaron el arma asesina y contemplaron a la perra "Paca" que permaneció inmóvil en la cocina de la casa. ¿Serán cierto los datos que construyeron la historia oficial?. Más allá de las dudas.
Ese rango horario es la clave del caso. Ahí se resuelve el misterio que se esconde tras nueve años, en el único caso policial de la historia argentina dónde el velatorio se hizo en la misma escena del crimen.
El tiempo suele ser implacable. Sucede sin más remedio, y en cada segundo nos va dejando pistas que forjan un destino.
Ese tiempo, esos cincuenta minutos fueron los mejores aliados del supuesto asesino. Tres mil segundos para matar brutalmente. Jorge Luis Borges, vivió fascinado con el concepto del tiempo. Supo decir que "es la sustancia de lo que uno está hecho". Afirmaba además que "el tiempo es el momento en que el hombre sabe para siempre quién es".
Así sucedió con el asesino de María Marta. Esos cincuenta minutos bastaron para construir un destino y cargar eternamente con una muerte y tres mil segundos.
En Twitter: @facupastor