María Laura Román: "Tuve a mi bebé y tenia la prótesis derecha rota y la silicona dispersa"
Cuando lo vio en la televisión salió corriendo a buscar su sticker. Pero no pudo encontrar por ningún lado a ese papelito del tamaño de un caramelo. La rosarina María Laura Román, 48 años, se colocó prótesis mamarias en 2007, a sus 37 años, marca Poly Implant Prothese (PIP). Dos años después, supo por la televisión que en Europa fueron prohibidos porque estaban hechos con material adulterado. Pero no halló el pequeño comprobante que certificaba su cirugía y no pudo entrar en la primera demanda colectiva. Estando embarazada, su implante derecho estalló.
La pesadilla de Graciela Fernández comenzó una década atrás, cuando se colocó prótesis mamarias PIP. Con 61 anos, esta ama de casa y jubilada de Mataderos encaró un eterno periplo judicial para extraer de su cuerpo los implantes adulterados.
Gabriela Albela se colocó los implantes en 2008 y tuvo molestias y pinchazos desde el primer momento. "Los médicos que colocaban las PIP sabían que no eran buenas", asegura al recordar los meses de pánico que vivió antes de volverse a operar. Aquí, las historias que relataron a LA NACION, Infobae y Perfil, el equipo argentino de ICIJ que participo de la investigacion The Implant Files .
María Laura Román: "Tuve a mi bebé y me hice varios estudios de rutina. Ahí detectaron que tenía la prótesis derecha toda rota"
En 2012, cuando estaba embarazada, una de las prótesis de María Laura Román explotó y el material se extendió por su axila. Visitó a más de un médico que le dijeron que no sacara el material, que era más peligroso que dejarlo en su cuerpo. El mismo médico que realizó la cirugía, hizo una segunda operación: ella pagó los nuevos implantes y él hizo el trabajo gratis.
Román vivió con miedo durante mucho tiempo. Recién este año se contactó con Virginia Luna, que representaba a muchas mujeres con situaciones similares. Aunque no entró en el grupo 2 y 3, dos conjuntos de mujeres que ya recibieron las primeras indemnizaciones de la empresa, está tramitando los papeles para entrar en el grupo 4 de la demanda global.
-¿Cuándo se colocó los implantes y por qué optó por la marca PIP?
-Me los coloqué en el año 2007. El médico me dio a elegir entre una marca brasileña y otra francesa y creí que la europea iba a ser de mejor calidad.
-¿Cómo se enteró de que las prótesis PIP estaban fabricadas con material defectuoso?
-Me enteré por televisión, en el año 2010, porque estaba en las noticias y veía casos en los programas. Enseguida recordé que mis prótesis eran PIP, pero el problema es que no encontré los stickers. La realidad es que el sticker tiene el tamaño de un papel de caramelo, no se puede depender de eso. En el medio de la desesperación por no encontrarlos fui a la clínica, pero ahí solo me dieron fotocopias, que no servían.
Estuve varios años sin encontrarlos hasta que finalmente los encontré en la casa de mi padre, que era quien en su momento me habìa acompañado a la cirugía.
-¿El médico la contacto cuando se emitió la alerta internacional por las PIP?
-Él no se contacto conmigo sino que fui yo inmediatamente en 2010 cuando lo vi en las noticias. Para ese entonces ya lo habían visitado otras pacientes que le planteaban lo mismo, qué hacer con esas prótesis implantadas que habían tenido problemas en muchos casos. Pero el médico recién se enteraba de la situación y no me propuso cambiarlas.
-¿Tuvo alguna secuela en su salud?
-A fines de 2011 quedé embarazada y estando con la panza tuve una caída muy fuerte en mayo de 2012. En julio tuve a mi bebé y en septiembre me hice varios estudios de rutina. Ahí detectaron que tenía la prótesis derecha toda rota y la silicona dispersa y ganglios en la axila derecha.
-¿Qué le recomendó el médico?
-Volví a ir al médico para evaluar si convenía sacar los ganglios o no. Yo estaba dando de mamar y quería esperar a los seis meses del bebé para operarme. Después de eso el mismo médico me propuso cambiar las prótesis. Me cobró los implantes pero no la operación y me colocó los implantes nuevos. Yo sigo teniendo los ganglios en la axila derecha, que se inflaman como defensa del cuerpo, pero ahora ya no se pueden sacar. Contacté a otra profesional que me dijo que lo mejor era no sacarlos.
-¿El Estado se contactó de alguna manera con usted? ¿Brindó información o asistencia?
-Nadie se contactó, no están preparados para estas cosas. Como las cirugías plásticas son en clínicas privadas, ahí se arregla todo con dinero y el Estado no interviene.
Graciela Fernández: "Estuve muy deprimida, en un momento me quise sacar la vida"
La pesadilla de Graciela Fernández comenzó una década atrás, cuando se colocó prótesis mamarias PIP. Con 61 anos, esta ama de casa y jubilada de Mataderos recuerda el periplo judicial que debió realizar para extraer de su cuerpo los implantes adulterados y asegura que "fallaron todos los controles" para impedir lo que considera fue un gran "negocio".
Cuando sus prótesis estallaron, su prepaga no quiso cubrir la nueva operación. Virginia Luna, su abogada, presentó un amparo. pero la jueza Patricia Barbado del Tribunal Civil y Comercial N° 10 no hizo lugar al pedido. La magistrada consideró que la operación para remover las siliconas adulteradas no era "urgente", pese a que los especialistas recomiendan retirarlas porque pueden causar tumores no cancerosos, que generan inflamaciones y limitaciones físicas.
En una instancia superior, Fernández ganó el caso en base al informe del Cuerpo Médico Forense. La prepaga tuvo que operarla en enero de 2015.
-¿Cómo supo que tenía implantadas prótesis adulteradas?
-Me operé en 2008. Tiempo después me enteré por Virginia Luna que había protesis PIP adulteradas, que tenían aceite de avión. Eran las que yo tenía colocadas.
-¿Qué secuelas tuvo en el cuerpo?
-Yo tenía miedo de tener problemas en la salud, como después efectivamente ocurrió. Empecé a sentir molestias en el 2013. Las prótesis se empezaron a ver deformadas y yo tenía dolores y molestias.
Cuando logré hacerme la resonancia magnética, recién en julio de 2014, descubrí que estaban rotas. Me daba miedo hasta levantar a mi nieta de dos años. Psicológicamente, tuve una vida tortuosa. Me volví loca por el temor a que el gel industrial se me extendiera aún más por el cuerpo.
La silicona adulterada formó ganglios en la axila y luego se me fue a los brazos. Tenía desparramada la silicona en mi cuerpo. Estuve muy mal, deprimida, al punto de que en un momento me quise sacar la vida.
-¿Qué hizo entonces?
-Fui a verla a Luna porque mi medico me cerró las puertas. Ella llevo el caso a la Justicia. Consulté a otro médicos, por fuera del que me operó. Yo tenía plata para sacarme las prótesis y en el hospital no me que lo querían hacer porque mi caso estaba en la Justicia.
Con Luna, que tuvo la estrategia de que el caso se hiciera publico, logré que me operaran. Si no, no iba a pasar. Hicimos una presentación judicial con tres mediaciones y me volví a operar el 22 de enero de 2015.
-¿El médico le dijo algo alguna vez?
-El que me opero, nunca me dijo nada.
-¿Tuvo algún contacto de la Anmat tras el alerta mundial de las PIP?
- No tuve ningún contacto con la Anmat y eso que me mandé mails. Pero no tuve respuesta.
-¿Qué cree que falló?
-Yo creo que fallaron los controles. Era un negocio para los médicos, compraban barato y nos operaban más caro. Era un negocio para ellos. Ellos sabían lo que compraban. Pero fallaron todos los controles.
Gabriela Albela: "Al estar homologadas afuera, no controlaron a las PIP en la Argentina. Esa fue la falla mayor"
Cuando llamó a su cirujano para consultarlo por los implantes PIP que tenía en su cuerpo, y que resultaron estar adulterados, el profesional negó haberla atendido alguna vez. Con 46 años, Gabriela Albela, peluquera de Vicente Lopez y una de las damnificadas por las prótesis francesas, asegura que la Argentina "puede ser el basurero del mundo" si no realiza controles de seguridad sobre productos importados.
-¿Su médico le dio a elegir entre varias prótesis?
-No, me sugirió estas prótesis. Me dijo que él trabajaba con la marca PIP y que eran las mejores que había en el mercado.
-¿Cuándo supo que las prótesis PIP estaban adulteradas?
-En el 2009 hubo un primer informe de la Anmat que recomendaba tener precaución con las prótesis porque se estaba analizando un posible relleno no medicinal, que podía estar causando daños.
-¿Intentó comunicarse con su médico?
-En el 2010, cuando salió el informe definitivo que reveló que las prótesis estaban efectivamente adulteradas, lo llamé. Me dijo fue que a mí no me había atendido y que no operaba con prótesis PIP.
-¿Negó haberla atendido?
-Si, negó haberme atendido, directamente.
-¿Qué hizo entonces?
-Recurrí al abogada Virginia Luna. Ella me envió a buscar la historia clínica al lugar donde me había operado. Y ahí comenzó el camino judicial. Me sume a las demandas colectivas, tanto en la Argentina como en Francia.
-¿Había tenido molestias después de colocarse las prótesis PIP?
-Sí, después de la operación, hasta el momento en que me las cambiaron, siempre tuve molestias. Sufría de pinchazos continuos. Pensé que era normal. Pero después hablando amigas que habían sido operadas, pero no con las mismas prótesis, me decían que ellas no tenían ningún dolor. Y ahí fue empecé a pensar: "Me tengo que sacar estas prótesis".
-¿Sus prótesis sus llegaron a estallar?
-No, gracias a dios, no. Consulté en el hospital Castex y me dijeron que me las retire sí o sí antes de que se rompieran. Hasta que me pude operar pasó un año, porque al ser un hospital no te operan enseguida. Las recomendaciones fueron no duermas boca abajo, no hagas ninguna gimnasia de alto impacto, tené cuidado de no caerte, de no golpearte.
-¿Tuvo miedo?
-Pánico. Pánico. Vivía con corpiño deportivo pensando que se me iban a romper, todo el tiempo paranoica.
-¿Qué cree que falló en la Argentina con las PIP?
-Falló el control de ingreso de los productos. Al estar autorizados afuera no los controlaban. Esa fue la falla mayor. Porque vos no podés confiar en que al estar homologado en otro país, podes recibirlo en este. Si no podes ser el basurero del mundo.
Y fallaron también los médicos que, con tal de hacer un negocio, no cuidaron la salud del paciente.
*El equipo argentino del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación que participó de The Implant Files está integrado por Emilia Delfino (Perfil) Mariel Fitz Patrick (Infobae); Sandra Crucianelli (para Perfil); Maia Jastreblansky, Iván Ruiz y Ricardo Brom (La Nación)
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