Marcelo Possidente: “Probablemente hubo errores, pero no son mayoritarios”
Aunque dice que las denuncias son casos puntuales, el numerario apela a la autocrítica; “Estamos dispuestos a pedir perdón”, señaló a LA NACION
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Marcelo Possidente tiene 51 años, es numerario del Opus Dei y está a cargo de los alrededor de 400 hombres que viven en celibato dentro de la Obra en la Argentina, Paraguay y Uruguay. En una entrevista con LA NACION, respondió a las acusaciones de abuso de poder y manipulación psicológica.
-Hay muchos testimonios -LA NACION recibió 19- de exnumerarios, exnumerarias y exnumerarias auxiliares que tuvieron salidas muy traumáticas del Opus Dei. ¿Por qué cree que ocurre esto?
-Esas situaciones nos causan mucho dolor. Son un fracaso del Opus Dei, pero no obedecen a una estrategia generalizada y orgánica. Pueden tener que ver con errores puntuales, humanos, que los hubo y los sigue habiendo. No somos un club de santos, sino de personas que buscan a diario convertirse. Probablemente haya habido errores, pero no es algo sistemático ni general. Incluso me animaría a decir que no es algo mayoritario. Pero sí somos conscientes de que hay experiencias malas y traumáticas.
-¿Consideran que son casos puntuales, o hay algo en la propia dinámica de la organización que genera estas salidas traumáticas?
-Pienso que son casos puntuales. De todos modos, hacemos autocrítica. Nos gustaría conocer los testimonios de estas personas para mejorar, acompañar. También tenemos casos de salidas muy exitosas, de buenas salidas, de gente que se ha ido y hoy sigue al calor de la obra.
-Los testimonios coinciden en señalar que, ante eventuales crisis de vocación, el Opus Dei mandaba a sus integrantes a psiquiatras o psicólogos de la propia Obra. También dicen que el director espiritual participaba de la entrevista con el profesional. Además, muchos de los entrevistados dicen que les recetaron una serie de drogas que los adormecían o anulaban su voluntad. ¿Esa práctica sigue vigente?
-La manipulación de voluntades es muy ajena al espíritu de la Obra y de la Iglesia. Es llamativo y doloroso escuchar las acusaciones. Respecto de la presencia del director espiritual en la entrevista con el psiquiatra, a veces, por pedido de los médicos, iba lo que llamábamos “el entorno familiar” para escuchar la devolución. Hemos evolucionado en el sigilo o el secreto profesional. Mi experiencia actual no es esa. Sí es la de acompañar a los que se enferman, que no son la mayoría. Incluso acompañar a personas con un cáncer terminal.
-Pero el tratamiento de un cáncer es muy distinto al de una crisis psicológica o vocacional, donde el problema puede ser la propia pertenencia a la institución. Lo que dicen los entrevistados es que el interés del Opus Dei prevalecía por sobre el bienestar del paciente.
-Si es así, es un error y estamos dispuestos a pedir perdón.
-¿Participaban entonces los directores de las sesiones de terapia?
-Si el médico lo pedía, sí. Pero no siempre. En la actualidad el protagonismo sigue siendo del paciente. Hay que entender que la psiquiatría educa al entorno.
-¿Es verdad que los médicos no eran elegidos por los pacientes y pertenecían a la Obra?
-No siempre eran pertenecientes a la Obra, aunque muchas veces sí. Y es verdad que se aconsejaba la consulta de determinados médicos.
-Las denuncias no hablan de alguien con intención de dañar dentro de la Obra. Incluso señalan que había buena voluntad y muchos actuaban pensando que seguían “la voluntad de Dios”, pero que por la propia dinámica de la institución terminaron dañando gente.
-Frente a los testimonios, que todavía no conocemos, nos cuesta reaccionar. Pero no hay una acción sistemática, orgánica y corporativa. Puede haber habido errores puntuales de modos de dirección, que tienen que ver con estilos personales. Pero insisto con el pedido de perdón porque hay gente que ha sufrido.
-Otra de las acusaciones es que los directores espirituales (padrinos de mayor antigüedad o jerarquía asignados para el seguimiento de cada uno de los miembros del Opus Dei) generan reportes con el contenido íntimo de las charlas que mantienen con sus dirigidos y luego el Opus Dei utiliza esa información para orientar la vida de sus integrantes.
-Ha habido una evolución en ese tema y hoy se respeta mucho el ámbito de la dirección espiritual. Generamos la información necesaria, al estilo de la que maneja el departamento de recursos humanos de una empresa. Es la de conductas observables, externas. Y si hay algo interno que te comentan en el contexto de la dirección espiritual, se busca el consentimiento explícito de la persona. “¿Te parece que esto se lo comente al director superior?”, se lo consulta.
-En 1993 había unas 30 personas haciendo el curso de formación del Opus Dei. ¿Cuántos hay hoy?
-Hoy hay siete.
-¿Cuál es la explicación de esa merma en vocaciones?
-Tiene que ver con dificultad para entender el compromiso definitivo. Es muy comparable a lo que ocurre con el matrimonio. Por primera vez hay más divorcios que casamientos en la ciudad de Buenos Aires.
-¿Cómo manejan las donaciones? ¿Dan recibo por los aportes mensuales que recomiendan para todos los supernumerarios (la categoría de pertenencia para los hombres casados)?
-El Opus Dei es una institución que vive del aporte de sus miembros. No hay registro formal de lo que llamamos “una aportación”. La mayoría de los donantes prefiere mantenerse en el anonimato.
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