Para los feriados de carnaval, las reservas en Mar del Plata y alrededores ya rondan el 80% de las plazas
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MAR DEL PLATA.— Puede ser desde un buen plato de pesca del día, una ensalada gourmet o una hamburguesa premium. Una óptima ubicación sobre la terraza, alguna sombrilla para proteger del sol y esa imagen directa y cercana del océano, con olas que rompen a pocos pasos. ¿Qué más se puede pedir?
Así como la playa y el calor hicieron lo suyo en este período pico que se despide, incluso con cifras récord para Mar del Plata, con más de un millón y medio de visitantes durante este último enero, la gastronomía se convirtió en excusa perfecta para armar un bolso y partir aunque sea por un par de días hacia la costa.
Y ahora con la oportunidad de este primer fin de semana extra largo, que comienza este sábado y se extiende hasta el próximo martes, y para el que hotelería e inmobiliarias ya tienen más de 80% de plazas reservadas. “Del buen tiempo dependerá el resto”, explican a LA NACION desde ambos sectores, que ya conocen bien a los viajeros que definen sus escapadas a último momento, con pronóstico meteorológico en mano.
“Tenemos las mejores expectativas”, anticipa Hernán Szkrohal, presidente de la Cámara Gastronómica, convencido de una dinámica que durante este mes tuvo sus mejores momentos durante los fines de semana. Y que promete dar lo máximo con la ayuda de estos feriados. “Vamos a estar a pleno”, arriesga desde un sector que se prepara para la ocasión.
Tras la pandemia y el tropiezo que significaron aquellos meses con locales cerrados por obligación, confiterías, bares y restaurantes tuvieron un repunte tanto en cantidad de espacios como en variedad de oferta, con algunos detalles de jerarquía. Sea por el perfil de platos como por la ubicación geográfica, donde se afianzaron verdaderos balcones gastronómicos con vista al mar, con rincones que privilegiaron además la buena cocina, de la mano de una numerosa y cada vez más amplia y jerarquizada lista de chefs de la ciudad que le empiezan a poner su nombre, sello y atractivo a la Mar del Plata. Lugares que no se olvidan donde se puede comer por 2500 hasta 7000 pesos por persona.
Luna Roja
En el sur, donde Chapadmalal es la nueva joya de la corona, la altura de los acantilados sorprende con vista y ahora también con sabores. En Luna Roja se instaló una propuesta bajo la supervisión de Patricio Negro y Fernanda Sarasa, responsable de muy respetado restaurante marplatense Sarasanegro. Mariscos y pescados son estrella de sus platos en esta renovada playa.
La Balconada
Impactante, también por ruta 11 pero a mitad de camino entre Chapadmalal y el Faro, es la puesta de La Balconada. Combina cocina mediterránea con coctelería de autor que se disfrutan al extremo al aire libre en las mesas dispuestas en boxes con laterales y techos de caña, dispuestos sobre esa suerte de generosa cornisa a 20 metros de altura, sobre el límite del barranco.
Waikiki
Ya en el inicio de casco urbano, en el extremo sur de la bahía de Punta Mogotes, Waikiki es un clásico. Parador surfero por naturaleza, tiene en sus terrazas una fantástica panorámica desde el complejo de balnearios hasta la Escollera Sur. Desayunos, almuerzos, meriendas, cenas y fiestas. Todo en ese altar sobre piedras y rodeado a 180 grados por mar.
Quba y Piazza
Playa Grande es un literal corredor gastronómico que comienza en la Escollera Norte y se extiende hasta el complejo Normandina, que combina restaurantes con locales nocturnos. Sobre el extremo sur y en altura está Quba, presentado como café de mar, consolidado con su carta de platos y muy nombrado por una apuesta que creció boca a boca: sus meriendas buffet, ideal para golosos.
Sobre el otro extremo, la vista al mar es de otro histórico: Piazza. Cafetería y buenos platos, con las olas en primer plano desde los ventanales o la terraza inmediata. Complementa Cousteau, con soleadas veredas y al reparo del edificio exsede de lnstituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep). Ideal para desayunos y atardeceres.
Hamburgo
De las apuestas más recientes, Hamburgo asomó sobre un sector de costa bruta, sin playa, al norte de la bahía que conforman Cabo Corrientes y Varese. Comida rápida y cervecería se unen en esta propuesta donde casi la única vista posible es el mar abierto, sin un metro de arena a sus pies.
El Torreón
Vecino es otro clásico que se agranda: El Torreón. El emblemático y centenario mirador con aires y estilo de castillo tiene amplia variedad de menú y acaba de sumar a su terraza una moderna cápsula vidriada que, también afectada a la oferta gastronómica y recién con sus primeros pasos, permitirá clavar los ojos en el océano desde cualquiera de sus mesas. La propuesta se completa con Hollyfood. Comidas rápidas, licuados y sandwichs de carnes al kamado.
Ogham
El furor de las cervecerías se acomodó en la planta alta del circuito de balnearios del norte de la ciudad, en cercanías del Instituto Unzué. Allí tiene su debut de temporada Ogham, a una generosa altura sobre el nivel del balneario, lo suficiente como para disfrutar una rubia, IPA o Honey con la mirada puesta en las embarcaciones que navegan camino al puerto.
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