Mar del Plata: la estrategia sanitaria que busca que los jóvenes completen el esquema de vacunación contra el Covid-19
Son el grupo en los que más se ve que no respetan los cuidados, como la distancia social y el uso de barbijos en aglomeraciones
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MAR DEL PLATA.– Ni adolescente ni joven. Entre las primeras que se sientan y le ponen el brazo firme a la jeringa está Alma, que tiene 5 años. Con su madre y su hermana caminaron más de 1000 metros entre el bosque y la arena para llegar hasta casi orillas del mar, donde se estrenaba un nuevo puesto vacunatorio. Justo allí donde se concentra lo mejor de la movida de la música electrónica y los shows de destacados DJs. “No dolió”, dijo entre risas y con la promesa de un helado como premio.
Después de varias vueltas, cambios de ubicación y multiplicación de nuevos espacios, esta posta para vacunar contra el Covid-19 fue directo a uno de los lugares donde hay a diario mayor concentración de jóvenes, franja etaria señalada entre los grandes responsables de esta propagación inédita del virus que tiene números récord de contagiados en un plazo muy breve.
La iniciativa fue el Ministerio de Salud bonaerense y eligió el acceso de playa del parador Mute para disponer esta carpa que funcionará tres días por semana, siempre durante la tarde, abierta a todo público, pero con el principal objetivo de seducir a la franja joven para que complete su plan de vacunación, un requisito que se les debería exigir para ingresar a discotecas y eventos masivos.
“No estamos en contra de las aglomeraciones, entendemos que haya eventos de alta concurrencia como los que se están dando, pero queremos que los jóvenes se vacunen, porque es el camino para reducir la mortalidad de esta enfermedad”, señaló el ministro de Salud de la Provincia, Nicolás Kreplak, que visitó el lugar en sus horas iniciales de funcionamiento.
Primeros lugares
Los primeros en acercarse no fueron quienes eran la población objetivo. La fila la abrió una docente de 46 años que esperaba por su tercera dosis. Enseguida, fue el turno de Alma, que iba por su segunda de Sinopharm. “Todos en la familia tenemos completo el esquema y solo faltaba ella, que estaba esperando su turno”, explicó su madre, Romina.
El objetivo perseguido se comenzó a cumplir con la vacunación de Alejandra, una joven empleada de Mute que solo tenía una dosis. “Tuve turno, pero los centros de vacunación están atestados hace tiempo y se hacía difícil, porque también tenía que cumplir con mi trabajo”, dijo a LA NACIÓN.
Poco después llegó el turno para Martín Ibarra y Santiago Sánchez Massa, que estaban disfrutando de una tarde de playa en el parador Restinga, lindero al espacio donde se instaló el vacunatorio. “Aprovechamos que estaba cerca y no había que esperar mucho”, contaron. El primero es empleado público y también había dejado pasar el turno para su segunda dosis. Su amigo se dio la vacuna para completar el requisito exigido por el pase sanitario. “Sé que me lo van a pedir en algún lugar para ir a bailar o ver un show, así que mejor tener todo en condiciones”, explicó.
Tanto aquí como en Pinamar se han visto las peores imágenes de concentración masiva de jóvenes en las playas, en particular para participar de los after beach, que se dan al atardecer. A veces en espacios de arena pública y luego en discotecas. En todos los casos, sin distanciamiento social alguno ni uso de barbijo.
Medidas de cuidado
Kreplak explicó aquí que no están en contra de esas reuniones ni actividades, pero sí reclama que se tomen algunos recaudos para no potenciar la circulación del virus, tanto entre ellos como también entre sus familiares o contactos que tienen durante su estadía en la ciudad.
“A los vacunados les va mucho mejor”, dijo al destacar que hay más posibilidades de morir por coronavirus si no se cuenta con la vacuna. En este sentido, consideró la utilidad del pase sanitario, cuya exigencia obliga a tener el esquema de vacunación completo para participar de distintas actividades, tanto bajo techo como a cielo abierto.
El funcionario valoró además la medida que se acaba de tomar en la provincia con un cambio de criterio para el aislamiento de los contactos estrechos de contagiados. Si tienen al menos dos vacunas y no presentan síntomas podrán continuar con sus actividades normales. “Muchos de ellos ya podrán volver a trabajar, se fortalecerán servicios esenciales que estaban disminuidos por estas ausencias obligadas y será también un estímulo para vacunarse”, remarcó.
La falta de personal acompaña este arranque de temporada que tiene una inmensa cantidad de turistas por aquí, pero a la par un número de contagios récord. Solo en Mar del Plata hay casi 2000 nuevos positivos por día que surgen de centros de testeos abarrotados de gente cada jornada.
Las consecuencias se ven en las prestaciones de servicio restringidas: la hotelería y la gastronomía tienen una merma del 30% del personal, rubros como la seguridad en las playas y la recolección de residuos han trabajado al límite por falta de suplentes y el propio comercio, así como la producción, hace malabares para mantener las persianas abiertas con una dotación mínima de trabajadores.
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