Mar del Plata: con más de 700 lobos marinos muertos, apelan a una peculiar obra para evitar la transmisión de la gripe aviar
Ese número de decesos se registró en toda la costa bonaerense; en la Escollera Sur del puerto marplatense comenzaron los trabajos para crear un sector donde se asienten estos animales; de esa forma, buscan reducir el contacto de la especie con la carga pesquera
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MAR DEL PLATA.- El golpe fue duro. Desde la estadística, que toma registro de las muertes, los números son muy altos. Y desde lo emocional, en particular, para quienes más interactúan y desde hace tiempo con la especie, en busca de generarles condiciones de protección y supervivencia.
Las cifras del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) dan cuenta que solo en las playas de la provincia de Buenos Aires murieron en poco más de dos meses más de 700 lobos marinos afectados por gripe aviar. Uno de cada tres se rindió ante el virus en entre el puerto y las playas de Mar del Plata.
Un impacto enorme sobre la colonia que tiene una importante presencia entre la Banquina de Pescadores de la Escollera Sur y es, además, un atractivo turístico dentro de este destacado paseo de la ciudad.
Los especialistas empiezan a respirar por primera vez con alivio ya que la aparición de cadáveres es, desde hace un par de semanas, una situación casi excepcional. Nadie se anima a decir que la situación está controlada, pero sí creen que lo peor ya pasó.
Lo más duro de este período se vivió desde mediados de agosto y durante casi todo septiembre. Los avisos llegaban desde distintos puntos del frente marítimo para dar aviso de animales sin vida, agonizantes o, en el mejor de los casos, con síntomas inequívocos de esta enfermedad que tiene origen en aves, pero que golpeó duro sobre estos mamíferos.
El último sacudón se sufrió en la Patagonia, donde se detectaron casi 2500 casos de elefantes marinos muertos por gripe aviar. La mayoría eran crías.
Registros
A este último fin de semana, cuando se actualizó por última vez la planilla donde se cargan cada una de las muertes o casos sospechosos, eran 707 los cuerpos que se rescataron en la costa bonaerense y pasaron a disposición, mediante un sistema de traslado bajo protocolos sanitarios de estricto cuidado y enterramiento de esos restos. De ese total, 245 se levantaron en Mar del Plata.
Otro casi medio centenar de animales quedó ingresado en el sistema porque presentaba evidencias de gripe aviar. Temblores, espasmos, vómitos y otros indicios fueron lo más frecuente que vieron los veterinarios que trabajaron con la especie en estos meses críticos.
“Seguimos con las normas de cuidado porque continuamos atentos a la evolución de los casos”, afirmó a LA NACIÓN el responsable de Senasa en Mar del Plata, Manuel Baldovino. Se refiere, por ejemplo, al cierre del acceso y visitas a la Escollera Sur local, donde se encuentra un mirador turístico que permite ver, alambrado de por medio, a cientos de lobos marinos.
Si bien no hay antecedentes de transmisión cruzada entre animales y humanos, la prioridad es no correr riesgos. Por eso, también se amplió la distancia para caminar por la Banquina de Pescadores, allí donde los visitantes van a disfrutar de la postal de las lanchas amarillas de pesca artesanal. El lugar está abierto al público, pero a los lobos se los puede ver desde unos 15 o 20 metros, no menos.
Tienen una predilección por esa dársena, seguramente tentados porque allí esas embarcaciones más pequeñas realizan una descarga manual de las capturas que logran en el mar día a día. Y pescado que se cae, desecho que queda en el camino, tanto en suelo firme como en el espejo de agua, es un bocado pretendido por estos lobos marinos.
Por eso también, en medio de esta coyuntura y como un paso más de una medida que se aplicó bastante antes para forzarlos a que se alejen de las áreas operativas, trabajan voluntarios sobre la bandeja inferior de la banquina para evitar que los animales suban a los sectores habilitados para el amarre de estas embarcaciones menores.
“Muy afortunadamente, desde hace un mes y hasta ahora, casi no se han detectado animales con síntomas ni muertos últimamente”, confirmó a LA NACIÓN el responsable de la Fundación Fauna Argentina, Juan Lorenzani, institución que hace décadas trabaja con la especie en este puerto.
Si bien admite que aún frente a estas muy buenas noticias, se sigue toda esta evolución de la enfermedad con enorme atención. Y celebra que se haya dado esta reducción de aparición de animales con algún síntoma. O, más grave aún, fallecidos.
“Esto que ha ocurrido nunca se dio, nunca vimos ni vivimos nada igual, por lo que para nosotros es nuevo todo lo que estamos enfrentando”, explicó el ambientalista.
Obras
La especie tiene una muy fuerte presencia tanto en Mar del Plata como en Quequén. En la actualidad se ve a estas colonias un tanto raleadas, aunque no se descarta que además del impacto de estas muertes esté jugando la migración habitual de épocas de reproducción.
Este escenario, entonces, es más tranquilo y muy distante de aquel que se registró los últimos días de agosto, cuando se dio un pico y los animales morían uno detrás de otro. “Ya no se ve aquello y lo que encontramos son animales que se los ve de buena salud”, explicó Lorenzani.
A la par de este contexto se trabaja en la generación de condiciones que inviten a esta especie a instalarse en zonas más distantes de la operatoria portuaria y pesquera, con la que conviven históricamente.
Desde el Consorcio Portuario Regional Mar del Plata se empezó a construir sobre el margen interior de la Escollera Sur, lindero a la playa que oficia como albergue natural de esta especie, una plataforma plana y firme donde podrán recalar para descansar.
Los que se busca es replicarles las condiciones que encuentran en la Banquina de Pescadores, con superficies de cemento sobre las que retozan durante horas y de las que se los pretende mantener lo más alejados posible.
“Es un trabajo que emprendemos en acuerdo con los especialistas, en el marco de las buenas prácticas ambientales de este puerto y entendiendo el protagonismo que estos animales tienen para ese punto de la ciudad, pero sin desconocer ni atender las necesidades de ordenar la operatoria portuaria” explicó Gabriel Felizia, presidente del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata.
La iniciativa se acordó con especialistas de la Universidad Nacional de Mar del Plata y de la Fundación Fauna Argentina, que hace ya algunas décadas lo intentó y logró en otro sector de la Escollera Sur. Con lobos marinos simulados, elaborados con material, se pudo atraerlos hasta que convirtieran ese sector de la Escollera Sur como su principal punto de encuentro.
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