Maltrato animal: piden que Coco, el mono rescatado de una casona de Belgrano, sea declarado “persona no humana”
Con esa figura, se lo consideraría sujeto de derecho; ahora, tanto para el Código Civil y el Penal, es catalogado como una “cosa”; con la nueva denominación podría ser trasladado a un centro de recuperación
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Ayer la Unidad Fiscal especializada en Materia Ambiental (Ufema), cuyo titular es Carlos Rolero Santurián, presentó un escrito en el Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°4 de la Capital, a cargo de Rocío López Di Muro, para solicitar que Coco, el mono carayá que fue rescatado de una casona de Belgrano R, sea declarado “persona no humana”. Es decir, que sea sujeto de derecho, y se disponga su traslado a un centro de recuperación.
Hace poco mas de diez días, el caso de Coco generó conmoción. El mono, que fue hallado durante un allanamiento en esa casona, no solo estaba en un ropero en la oscuridad, mientras se celebraba una fiesta (en la que se incautaron drogas), sino que pesaba la cuarta parte de lo que correspondería a sus aproximadamente seis años. Además, le faltan los cuatro caninos. También trascendió que es probable que le hayan cortado las cuerdas vocales. Los carayás son los monos mas ruidosos del planeta y se los conoce como aulladores. Son gregarios, forman familias de aproximadamente 15 ejemplares y se los considera como una especie vulnerable. Es decir, no están en vía de extinción, per se encuentran amenazados por el trafico ilegal de fauna y la destrucción del medio ambiente en las provincias de Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones.
El lunes pasado, Coco fue trasladado desde la casa de la familia Lienhard, quienes lo transitan bajo la supervisión de la organización Pájaros Caídos, hacia el Bioparque Temaikèn para hacerle exhaustivos estudios. El diagnóstico fue demoledor: tiene muchos huesos fracturados y nunca mas podrá valerse por sí mismo.
La solicitud
De acuerdo con el Código Civil y el Penal, los animales son considerados cosas. Así, de no ser declarado persona no humana, sujeto de derecho, Coco quedaría vinculado a las decisiones de las causas judiciales de sus captores. Por el caso, se podrían aplicar dos leyes: la de maltrato animal y la de tráfico ilegal de fauna silvestre. Sin embargo, ninguna de ellas prevén penas efectivas de prisión, ni tampoco evitarían que, si son absueltos en las otras causas iniciadas por las presuntas actividades ilegales en la casa, Coco regresara con ellos. Además del expediente por maltrato, cuatro personas fueron imputadas por las contravenciones de ruidos molestos, de encubrimiento de actividad bailable y por violación a la ley 23.737 de drogas. Mientras que el organizador de la fiesta fue detenido cuando intentó golpear a un policía.
En una nota publicada en LA NACIÓN, el 14 pasado, Rolero Santurián explicaba que un animal, cualquiera sea, al ser considerado una “cosa” por los códigos, permanecerá vinculado con el proceso judicial y hasta tanto este no dictamine la culpabilidad o inocencia de sus captores, no podría decidirse su destino. “Es más: tendríamos que esperar a que esto termine y cuando termine, podrían hasta solicitar que lo devuelvan. Nosotros vamos a dirimir sobre su estatus jurídico para que no siga vinculado al proceso y, cuando esté listo, pueda ser trasladado a un refugio”, explicaba el fiscal.
El escrito se apoya en dos famosos fallos que marcaron a nivel mundial jurisprudencia. Uno de ellos es el caso de la orangutana Sandra, que luego de ser declarada “persona no humana” por una decisión de la Sala II de la Cámara de Casación Penal, la jueza en lo Contencioso y Administrativo, Elena Liberatori, exigió que se la trasladara al santuario Centre of Great Apes, en Florida, Estados Unidos, adonde vive en compañía de otros ejemplares de su especie hasta hoy. En segundo es el de la chimpancé Cecilia, del zoológico de Mendoza, que hoy vive en Brasil, en el santuario para grandes primates de Sorocaba. Cecilia fue la primera primate del mundo en ser beneficiada como un ser humano, con la figura jurídica del hábeas corpus, con un fallo presentado sobre “privación ilegitima de libertad”.
La argumentación del fiscal además sostiene: “El presente caso en razón a las características propias de la víctima, debe ser tratado como un ‘animal no humano’ ,que debe ser tratado como un ´ser sintiente´ y, en consecuencia como un ´sujeto de derecho´, que obliga a los operadores judiciales a velar por la defensa efectiva y eficiente de todos sus derechos”.
Es probable que estemos ante un nuevo fallo, similar al de Sandra. Quien sabe si la triste historia de Coco y la de los cientos de animales que en este momento sufren el mismo destino sirvan para que, finalmente, se abra el debate acerca de cambios en el Código Civil y en el Penal, en lo que se refiere a la “cosificación” de los animales.
Hasta tanto no se hagan esas modificaciones, será imposible evitar que miles de animales sean víctimas del trafico ilegal y del maltrato, con consecuencias prácticamente nulas para quienes lo hacen.
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